Es una crisis del Estado de las Autonomías, el cual nació con la Constitución de 1978, aquella fórmula del café para todos, la cual permitió que unas autonomías accediesen al Estatuto por la vía rápida (caso de Andalucía, Cataluña, Galicia, Navarra y País Vasco) y el resto (Principado de Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla y León, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Comunidad de Madrid, Islas Baleares, Islas Canarias, Aragón, y Extremadura) lo hiciesen a través del procedimiento ordinario.
Desde entonces, hace ya casi 35 años, hemos estado viviendo con un modelo que, si a priori, parecía la mejor opción para un país que venía de una dictadura nacionalcatolicista y centralizadora, a la postre, ha resultado ser inviable.
Es inviable en todos los aspectos de la política y ello afecta al día a día de los ciudadanos, uno de los ejemplos clave de este modelo autonómico, es la osadía de Cataluña a pedir la emancipación del resto del Estado. Algo que no es más que el caballo de batalla de unos cuantos millones de personas, acabará siendo el modelo a copiar por parte de otras regiones.
El Estado ha entrado en crisis, sí, pero esta crisis se debe a que el modelo autonómico trajo consigo una diferente distribución de la riqueza, de la cual, unos reciben más y otros menos dineros, y a cambio, lo mismo, unos aportan más y otros aportan menos, la balanza no se equilibra y las cuentas no salen.
Durante la Transición se quiso hacer un modelo a medio camino entre el federalismo de los Estados Unidos y el centralismo de Francia, por eso se optó por la tercera vía, la España de las Autonomías, que ha terminado haciendo honor al título de aquella película de los 80 “Las Autonosuyas”, porque suyas son, muy suyas, sobre todo determinadas comunidades a donde uno viaja y ya de llegada te hacen sentir como que no eres de allí.
Los expertos juristas que en su día fueron padres de la Constitución, crearon, sin ser conscientes de ello, un reino de taifas, es decir, que estamos planteándonos el volver atrás en el tiempo, a la época anterior a la unificación dinástica de los Reyes Católicos, ¿qué va a ser lo próximo? ¿El Califato de Córdoba?
La única salida viable para estos tiempos de crisis que nos toca vivir, crisis económica de la que se responsabiliza al Estado de las Autonomías, por ser incapaz de resolverla en un plazo corto de tiempo, parece discurrir por la vía del Federalismo.
Ahora bien, ese Federalismo no conlleva que cada región de España vaya por libre y tenga una autogestión total, sino que tendría que seguir habiendo una administración central, como la hay en Estados Unidos y una figura central como jefe de Estado como la hay en Estados Unidos, es decir, que es perfectamente compatible la figura del rey Juan Carlos con un modelo federal de Estado.
La otra opción, y no sé si el pueblo español está preparado para ello, pasa por volver a un estado centralizado, sin comunidades autónomas, como en Francia o Italia, o Alemania, un estado más fuerte que desde Madrid administre todas las regiones de España, a las que se se podría llamar Departamentos o Regiones o Territorios, la figura del monarca, en este caso también es indispensable.
Una crisis económica se soluciona desde la unión, para eso el modelo de estado centralizado sería eficaz, como el que existe en los países vecinos de Europa, una mejor administración y distribución de la riqueza desde Madrid, o desde cualquier otro punto de España para solventar una crisis económica, que dura ya desde 2009.
Cuando España ha estado mejor en su historia es desde la unión, haciendo honor al dicho de que “la unión hace la fuerza”, pero cada vez que hemos tenido disputas internas, nos hemos quedado siempre a las puertas de algo, ahí está el ejemplo de los deportes o de los asuntos internacionales, donde siempre tenemos que asistir a la lucha Madrid-Barcelona, la cual no tiene sentido ninguno.
Una crisis económica no se soluciona desde Alcorcón, ni desde Burjassot, ni desde Palma de Mallorca, porque el federalismo traería consigo unas desigualdades totales de riqueza y bienestar, y traería consigo una clase política corrupta que dejaría cada región seca de recursos.
¿Cuál es la identidad de España? ¿Es un país multicultural, con varias lenguas habladas, con diferentes religiones y con diferentes razas? Bien, Reino Unido lo es y no por ello cada idioma quee se habla es oficial ni cada territorio busca la independencia, sino que, al contrario, se utiliza la unión para crear la fuerza, por eso la bandera de Reino Unido es la Union Jack, una bandera que representa la unión de tres colores, cada color a su vez representa a uno de los tres países que forman Reino Unido.
No hay político en España que haya sabido manejar el tema de los nacionalismo y meterles en cintura, hace falta valor y mucho temple, si España es una y no cincuenta y una, por tanto habrá que crear un estado fuerte capaz de salir de la crisis, no un estado con 4 idiomas oficiales, porque España no es Suiza, ni es tampoco India, España es un país donde hay una historia común de estado nación que se remonta al siglo XV, todo lo demás son fábulas distorsionadas de la realidad y cortinas de humo que nos venden los políticos nacionalistas para buscar su propio beneficio y engañar a la plebe.
Si se aboga por un modelo federal, cada federación o territorio tiene que tener los mismos privilegios, no como la fórmula del 78, que por una razón de exclusividad y de haber tenido órganos preautonómicos reconocidos legalmente , unos accedieron a una vía rápida y a una serie de privilegios que los que accedieron por el procedimiento normal no pudieron disfrutar (Conviene recordar que País Vasco y Cataluña jamás han sido reinos, en tal caso Aragón, Galicia, Asturias, Granada, o Navarra).
Un Estado vertebrado, consistente, y no un estado que se descompone a piezas por la pericia de unos pocos políticos corruptos que hay en determinadas regiones, copiemos el modelo francés o italiano de centralización, o, si se va por la vía del federalismo, tipo Suiza o Estados Unidos, que sea equitativo para cada región y que siga existiendo una administración central en caso de conflicto, pero lo que se haga, que se haga bien, porque los errores de cara a un futuro se pagan muy caros, a la vista está lo que nos toca vivir en estos años, la incertidumbre, la poca coherencia, el despropósito, se mezclan churras con merina, independentismo de un antiguo condado de Aragón porque la crisis también les ha afectado a ellos como al resto del país y los políticos catalanes se aprovechan.
Hay que saber estar a la duras y a las maduras, arrimar el hombro cuando viene Paco con las rebajas y saber, que juntos, se puede salir, separados no, y si no, basta con mirar a Alemania, como se reunificó en 1990 tras la caída del muro de Berlín y las condiciones en que se reunieron los dos países.
Para superar una crisis personal, primero establecer la identidad, realzarla, creer en ella, luego se superará todo lo demás.