La reina de Gran Bretaña ha visitado en el día de
ayer la redacción de noticias de la BBC, como parte de su itinerario por las
nuevas instalaciones del ente público británico, donde trabajan más de 6000
personas. La anécdota de la jornada la marcó la falta de coordinación a la hora
de programar la visita, pues la reina asistió, en vivo, a la retransmisión del
noticiario de la 1 de la tarde, desde el gran cristal que divide el estudio del
informativo del resto del centro de informaciones. Los presentadores, Julian
Worricker y Sophie Long, informaban de la visita de la reina, al mismo tiempo
que ésta los observaba desde la panorámica de cristal, con lo cual los
presentadores se giraron e hicieron una reverencia ante la soberana. Una vez más
la reina era la noticia, pero esta vez con la diferencia de ser noticia y
espectadora de su propia noticia, en carne y hueso, la noticia dentro de la
noticia. El momento fue, muy probablemente, el más bochornoso de las carreras de
los presentadores y, en palabras del comentarista Simon McCoy, éste había sido
uno de los momentos televisivos más raros de la historia de la BBC en mucho
tiempo.