Aún no termino de comprender eso de la humildad
que muchos predican en estos tiempos tan desafortunados, desafortunados los
tiempos, desafortunados los comentarios. Reclaman humildad, pero, ¿a qué llaman
humildad? El Papa Francisco es, aparentemente, humilde, ha sido un jesuita, pero
vive rodeado de poder económico y ostenta el poder politico dentro de la iglesia
católica, apostólica y romana. Aún así le consideramos humilde. No entiendo muy
bien que personas que han ocupado un despacho en organismos públicos, por
ejemplo, un ayuntamiento, sin estudios medios ni superiores, cuyo despacho lo
utilizaban para abanicarse gracias a un enchufe personal, vengan ahora a
decir de otros, que tienen el cerebro quemado de tanto trabajar para labrarse un
futuro profesional sin ayuda de nadie, que no son humildes. Me pregunto cómo un
persona puede sobrevivir en un mundo capitalista de feroz competencia siendo
humilde, cuando de lo que se trata es de vender tu currículum como el mejor y de
venderse uno como el mejor profesional en un mercado de fieras. ¿Se puede ser
humilde cuando se lucha contra los 'elementos'? Sí, se puede, para ello hay que
alabar siempre al enemigo, nunca hablar de sueldos ni de posesiones personales,
vestir sobrio, sin ornamentos, nunca celebrar la victoria, relativizar la
derrota, no convertir la vida privada en pública, utilizar un lenguaje decoroso,
con pausas y ser sincero consigo mismo, con lo que quieres y con lo que no
quieres. Los que predican con la humildad son los que no la han aplicado en
algún momento de sus vidas pues bien presumieron de forma torpe en ciertos
momentos, presumir de manera torpe y al mismo tiempo pedir humildad es un
ejemplo más de una España descabellada y patas arriba.
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jueves, 24 de julio de 2014
La humildad
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miércoles, 31 de octubre de 2012
Dulce o truco
Los anglosajones, americanos, irlandeses, canadienses y británicos primordialmente, son más optimistas a la hora de celebrar la víspera de los muertos, la noche de Walpurgis o noche de las brujas, que en la religión católica es noche de difuntos, ellos la llaman Halloween.
La fiesta de Halloween consiste en vaciar una calabaza y hacerle con un cuchillo unos ojos, nariz y boca y ponerle una vela dentro, disfrazarse como si fuese carnaval y salir por la tarde noche de casa a casa a pedir el aguinaldo de tan señalada fecha.
Cuando esto último sucede, los niños llaman a las puertas, sabiendo que a los que visitan tienen preparado algún dulce para ellos. La pregunta clave es "dulce o truco", (trick or treating), una mala traducción del inglés que se ha generalizado, pues la traducción correcta sería "dulce o susto" o "dulce o travesura".
Los niños, disfrazados de muertos vivientes, vampiros, fantasmas, y otros personajes de terror y del más allá, amenazan simbólicamente con darle un susto a la persona que no tenga dulces para ellos cuando les abren la puerta.
La fiesta se completa con otras fiestas en pubs, discotecas, clubs de las ciudades donde los jóvenes se disfrazan y acuden a un gran baile. Todo optimismo para celebrar una fecha triste, qué mejor forma de entender la vida, la de mirar al futuro recordando el pasado con alegría.
A pesar de que en España la gente es reacia a adaptar esta tradición, para eso somos unos auténticos expertos, Halloween se ha extendido con los años a otros países como Australia, Nueva Zelanda, Perú, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, entre otros. En España se prefiere la tragedia griega, como en Italia, por la pérdida del ser querido, es decir, el drama de sentarse en la lápida del panteón con el luto de rigor.
domingo, 28 de octubre de 2012
Tropezones en la India
Ha manifestado su campechana majestad en su viaje a Nueva Delhi “Desde fuera, España se ve mejor. Desde dentro, dan ganas de llorar”.
Imagino yo que el té de Bombay debe de soltarle la lengua a más de uno. Está Su Majestad muy dicharachero con los medios en esta ocasión.
España no se ve mejor desde fuera de España, esa perla de frase es un tropiezo más verbal de un monarca últimamente habla y hace demasiadas cosas, extralimitándose de su papel constitucional.
A España se la ve con buenos ojos cuando se trata de ir de vacaciones, pues siempre ha sido el país patio de recreo de los europeos, el cortijo de los británicos, la maison de verano de los franceses, el sitio cool de los americanos, y un largo etcétera.
Cada vez que el Rey abre la boca, la Monarquía pierde una décima de punto, no contento con ser nuestro mejor embajador en el mundo, ahora se ha convertido en nuestro negociador, porque todo hay que decirlo, a falta de políticos brillantes y que sepan idiomas, Rajoy el último, Su Majestad puede defenderse expresándose en inglés y francés.
Pero con los años, el Rey dice demasiadas frases bananeras, propias de un país bananero, es como si el tiempo no hubiese pasado, a veces cuesta creer que estemos en 2012, parece un Bienvenido Míster Marshall pero a la inversa, en este caso la comitiva visita el país de Gandhi.
Parecemos pedigüeños, lo somos, yendo por el mundo a ver quien nos echa una mano, el Rey sabe a donde acudir, los políticos no, India, Rusia, Brasil, Sudáfrica, China, son los países clave del futuro, economías emergentes, algunas de ellas ya figuran entre los primeros puestos de países más ricos del mundo.
España hace como el vecino pobre que viene a pedirte una pizca de sal o de azúcar, a cambio de algún otro favor, pero yo me pregunto, ¿qué puede ofrecer España a India? No veo que podemos darles, quizás que aprendan español en el Instituto Cervantes.
Por lo pronto India fabrica más coches que España, Daewoo, Kia, Tata, se fabrican Audi y Suzuki también, en España recuerdo que en los últimos dos años se han cerrado dos plantas, Irisbus en Barcelona y Santana en Linares (Jaén), dejando a mucha gente sin trabajo y engrosando las listas del paro.
Pedir podemos pedir muchas cosas a India, pero habría que pensar qué podemos realmente ofrecer. Podemos ofrecer que el Rey se calle más a menudo a partir de esta última visita, que ya no mande callar a dignatarios de otros países como Hugo Chávez, y deje las cacerías a Botsuana de lado
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