Aún no termino de comprender eso de la humildad
que muchos predican en estos tiempos tan desafortunados, desafortunados los
tiempos, desafortunados los comentarios. Reclaman humildad, pero, ¿a qué llaman
humildad? El Papa Francisco es, aparentemente, humilde, ha sido un jesuita, pero
vive rodeado de poder económico y ostenta el poder politico dentro de la iglesia
católica, apostólica y romana. Aún así le consideramos humilde. No entiendo muy
bien que personas que han ocupado un despacho en organismos públicos, por
ejemplo, un ayuntamiento, sin estudios medios ni superiores, cuyo despacho lo
utilizaban para abanicarse gracias a un enchufe personal, vengan ahora a
decir de otros, que tienen el cerebro quemado de tanto trabajar para labrarse un
futuro profesional sin ayuda de nadie, que no son humildes. Me pregunto cómo un
persona puede sobrevivir en un mundo capitalista de feroz competencia siendo
humilde, cuando de lo que se trata es de vender tu currículum como el mejor y de
venderse uno como el mejor profesional en un mercado de fieras. ¿Se puede ser
humilde cuando se lucha contra los 'elementos'? Sí, se puede, para ello hay que
alabar siempre al enemigo, nunca hablar de sueldos ni de posesiones personales,
vestir sobrio, sin ornamentos, nunca celebrar la victoria, relativizar la
derrota, no convertir la vida privada en pública, utilizar un lenguaje decoroso,
con pausas y ser sincero consigo mismo, con lo que quieres y con lo que no
quieres. Los que predican con la humildad son los que no la han aplicado en
algún momento de sus vidas pues bien presumieron de forma torpe en ciertos
momentos, presumir de manera torpe y al mismo tiempo pedir humildad es un
ejemplo más de una España descabellada y patas arriba.