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martes, 22 de julio de 2014

Vulgar

Es más vulgar ésta España nuestra que la de la época de Franco. La democracia trajo la partitocracia y la partitocracia trajo la corrupción del todo, y con ello muchos se pusieron medallas, la meritocracia de hojalata trajo el gusto por el mal gusto. Es patético admitir que en aquella dictadura gris de un país triste había caballeros con traje que se preocupaban por las damas, sí, porque si no tenías un traje no eras nadie, caballeros bajitos  con traje que fumaban cigarros o habanos y damas con perlas que eran el colmo de la feminidad, no como las de hoy en día que tienen modales de camionero. Hemos transitado mal de la dictadura a la democracia, a lo bestia, se liberó todo demasiado rápido que no dio tiempo a analizar si la movida tenía algún glamour, si el porno en vhs era mejor que el destape, si Telecinco es mejor que el nodo o si los borbones han sido más honrados que los Franco. Hemos pasado de una España que anhelaba ser un país libre a una España bizca, coja y sinverguenza. Bizca porque sus gobiernos no son capaces de ver los verdaderos problemas, coja porque es una España de taifas, y dos de esas taifas han avisado que se marchan y sinverguenza porque son los únicos que aparecen en los medios de comunicación, sobre todo en las cadenas privadas, y la sociedad ha copiado ese modelo, lo ha asumido como propio y no somos capaces de exportar otra cosa que no sea mediocridad. El complejo de inferioridad es tan grande, que aún no se ha descubierto cómo cambiar el modelo económico de país y que deje de ser un país camarero.

martes, 9 de abril de 2013

Dos mujeres


El 8 de abril será recordado por la casualidad en la fatalidad de dos féminas, tan importantes como diferentes entre sí. El 8 de abril murieron Margaret Thatcher  y Sara Montiel. Reino Unido y España están de luto, los primeros por un baluarte político, odiada y admirada a partes iguales, los segundos lloran a su diva más internacional, la primera que llegó a Hollywood en una época de carencia de bellezas hispanas. Margaret Hilda Roberts, conocida como Maggie, era la hija de un tendero que en su periplo de vida murió siendo Baronesa Thatcher, estuvo once años y medio en el cargo de Primer Ministro, la segunda más longeva en la historia de la Gran Bretaña y la única mujer en ostentarlo. Maria Antonia Abad Fernández, alias Sara Montiel, nació más pobre aún que Maggie, paupérrima, en Campo de Criptana, no aprendió a leer y escribir hasta los 17 años, le dijo a Gary Cooper Would you like to fight with me y Hollywood se rindió a sus pies. Thatcher llevó la Armada Británica a las Islas Malvinas, cuando éstas fueron ocupadas por los argentinos durante la dictadura militar de Videla. Sara Montiel protagonizó su "último cuplé" y resultó ser el primero de sus grandes éxitos y uno de los más grandes del cine español. Sara dejó el cine a los 45 años, Maggie la política a los 65, sus propios miembros de partido le ayudaron en un suicidio político menos doloroso. Maggie se fue con la cabeza bien alta, Sara dejó el cine en el momento en que las películas "S" empezaban a configurarse. Maggie ha estado enferma los últimos diez años, ha tenido de todo, demencia senil, infartos, derrames, y un tumor de vejiga, Sara Montiel ha muerto de repente, su corazón dejó de latir una mañana de lunes a eso de las diez, ya no quería latir más, todo el glamour del mundo la acompaño en ese momento. Maggie ha vivido casi 88 años, Sara 85. Han cumplido con sus tareas, bien o mal, ahora una parte de la prensa se resarcirá con ellas, más probablemente con Sara, de la cual no perdonan que hubiese vivido como quiso en una época en la que era impensable. Ambas mujeres se llevan consigo su fuerte carácter, indómito, contundente, de metérseles una idea en la cabeza y llevarla hasta sus últimas consecuencias. Sara se rodeó de intelectuales, Maggie de mediocres. La reina Isabel no le tenía mucha estima, está triste porque se le va una compañera de generación y ve que son ya muchos años los que han estado en este mundo. Sara quería no morirse jamás, no ha podido cumplir con ese sueño de, al menos, llegar a los cien. Maggie fue une dictadora en una vieja democracia y en un mundo de hombres, Sara fue una demócrata buscando un tanga extraviado en una dictadura esperpéntica y apolillada.


lunes, 13 de agosto de 2012

Los Juegos Olímpicos de Londres 2012

Londres 2012 ha sido una demostración de poder, de técnica, de originalidad, de puntualidad y de orgullo nacional con sus viejas glorias, a ratos cansino. 


Le doy una nota de aprobado alto, un 6.



Han sido unos juegos seguros, excesivamente británicos, pero tanto en la ceremonia de inauguración, como en la de clausura, no han llegado al corazón de la gente.



He visto demasiados zombies anoche volviendo de sus tumbas (Mercury, Lennon, Harrison...) demasiadas viejas glorias (Spice girls, Bowie, Take That). Lo mejor de la noche, quizá, Monthy Piton.



Han sido los juegos del glamour, del despilfarro, de la técnica, de la ingeniería, de los efectos especiales y visuales, pero han sido unos juegos demasiado fríos.



La ceremonia de clausura fue tediosa, ¿qué sentido tiene relacionar a personas vinculadas con la droga (Kate Moss, George Michael, Naomi Campbell) con los deportistas? No tenía sentido ninguno esa amalgama de invitados "ilustres".



Han sido unos juegos con mucho amaño arbitral (sí, porque todo está podrido, incluído los juegos) y países como China y Gran Bretaña han sido los más beneficiados en el medallero, España entre los más perjudicados.



Lo peor, yo diría que la actitud del deportista de Hockey Alex Fábregas, que dice no sentir los colores, bien, que opte por competir por Uganda.