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martes, 9 de abril de 2013

Dos mujeres


El 8 de abril será recordado por la casualidad en la fatalidad de dos féminas, tan importantes como diferentes entre sí. El 8 de abril murieron Margaret Thatcher  y Sara Montiel. Reino Unido y España están de luto, los primeros por un baluarte político, odiada y admirada a partes iguales, los segundos lloran a su diva más internacional, la primera que llegó a Hollywood en una época de carencia de bellezas hispanas. Margaret Hilda Roberts, conocida como Maggie, era la hija de un tendero que en su periplo de vida murió siendo Baronesa Thatcher, estuvo once años y medio en el cargo de Primer Ministro, la segunda más longeva en la historia de la Gran Bretaña y la única mujer en ostentarlo. Maria Antonia Abad Fernández, alias Sara Montiel, nació más pobre aún que Maggie, paupérrima, en Campo de Criptana, no aprendió a leer y escribir hasta los 17 años, le dijo a Gary Cooper Would you like to fight with me y Hollywood se rindió a sus pies. Thatcher llevó la Armada Británica a las Islas Malvinas, cuando éstas fueron ocupadas por los argentinos durante la dictadura militar de Videla. Sara Montiel protagonizó su "último cuplé" y resultó ser el primero de sus grandes éxitos y uno de los más grandes del cine español. Sara dejó el cine a los 45 años, Maggie la política a los 65, sus propios miembros de partido le ayudaron en un suicidio político menos doloroso. Maggie se fue con la cabeza bien alta, Sara dejó el cine en el momento en que las películas "S" empezaban a configurarse. Maggie ha estado enferma los últimos diez años, ha tenido de todo, demencia senil, infartos, derrames, y un tumor de vejiga, Sara Montiel ha muerto de repente, su corazón dejó de latir una mañana de lunes a eso de las diez, ya no quería latir más, todo el glamour del mundo la acompaño en ese momento. Maggie ha vivido casi 88 años, Sara 85. Han cumplido con sus tareas, bien o mal, ahora una parte de la prensa se resarcirá con ellas, más probablemente con Sara, de la cual no perdonan que hubiese vivido como quiso en una época en la que era impensable. Ambas mujeres se llevan consigo su fuerte carácter, indómito, contundente, de metérseles una idea en la cabeza y llevarla hasta sus últimas consecuencias. Sara se rodeó de intelectuales, Maggie de mediocres. La reina Isabel no le tenía mucha estima, está triste porque se le va una compañera de generación y ve que son ya muchos años los que han estado en este mundo. Sara quería no morirse jamás, no ha podido cumplir con ese sueño de, al menos, llegar a los cien. Maggie fue une dictadora en una vieja democracia y en un mundo de hombres, Sara fue una demócrata buscando un tanga extraviado en una dictadura esperpéntica y apolillada.