Se conoce como mercenario a aquel soldado que lucha o participa en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal, normalmente con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad o preferencias políticas con el bando para el que lucha.
Con el tiempo, el término se ha ido ampliando y se aplica a todo aquel que trabaja por la pasta en un lugar, grupo o partido en el que no cree y que va en contra de sus verdaderos ideales.
El señor José Guardiola (no confundir con el cantante) más conocido en catalán como Josep, o Pep Guardiola, ha acudido a México éste sábado, 22 de septiembre, para participar como orador en una conferencia ante 10.000 estudiantes, en un foro convocado por la Fundación Telmex, que preside el hombre más rico del mundo, el magnate mexicano Carlos Slim.
Entre las muchas hipócritas frases que este señor ha soltado sobre sí mismo y de su vida, me quedo con la fase más emblemática de la jornada, “Nunca se sabe”, respondiendo a la pregunta de si se plantea algún día entrenar a la Selección Española de fútbol, a lo que continúa diciendo: “en Nueva York se está bien (le pagan bastante, claro), aquí estaré un año. No sé cuando voy a regresar, dije que este año no entreno, y si tengo ganas de entrenar lo haré, pero en este momento no las tengo”.
Guardiola no responde un no rotundo, tampoco dice sí de manera contundente, sino que explica “nunca se sabe”, es decir, que deja abierta la posibilidad de que un día le llamen de Madrid y le pregunten si acepta entrenar a los jugadores de la Selección.
Hace menos de una semana, Guardiola participaba desde Nueva York, vía videoconferencia, dando su apoyo a la manifestación independentista de Barcelona, del pasado 11 de septiembre, con las palabras “Desde Nueva York, aquí tenéis uno más” y enseñando a cámara la papeleta verde que exhibía en su mano, significativa del voto afirmativo de independencia de Cataluña.
Donde dije digo, digo Diego. Palabra de mercenario, en Nueva York apoya la causa independentista de Cataluña de separarse del resto del Estado y acude a México y responde que “nunca se sabe” a la pregunta de si entrenaría a la Selección.
¿Acaso este hombre es bipolar, se ha vuelto loco o es que el dinero hace lo imposible? ¿Con qué desfachatez se atreve un señor, que lo único que ha hecho en su vida es darle a la pelota, decir que se plantea en un futuro no muy lejano entrenar a la Selección del país del que se quiere independizar?
El señor Guardiola, ya por lo pronto, no debería ni de haber sido invitado a esa conferencia, porque una cosa es que haya sido buen deportista, y la otra que pretenda ser un lumbrera al estilo Steve Jacobs y darnos lecciones de como triunfar en la vida, es decir, guiándote por la pasta. A Dios rogando y con el mazo dando, ser buen catalán es llorar por la independencia mientras te lucras de España.
Guardiola, por desgracia, no es el único mercenario de España, de hecho España es un país de mercenarios, los de derechas se metían allá por los 80 en las filas del PSOE para poder lucrarse y beneficiarse de la política, y a la inversa, hoy tenemos a antiguos socialistas que militan en las bases del PP, ocurre en todos los ámbitos de la vida de este país, los mercenarios están en todos los estamentos sociales, no sólo en el deporte. No hay más que acudir a embajadas españolas repartidas por el mundo y ver que, en algunas de ellas, hay independentistas catalanes trabajando.
Guardiola, con sus pasadas declaraciones y con las de ayer sábado, se está cavando su propia tumba, está dando un mal ejemplo a la juventud, de hecho ya lo ha conseguido en México, pues les está explicando a estudiantes como triunfar en la vida, pobres estudiantes si tienen que creerle algo a este señor, que durante años ha jugado en la Selección Española mientras en Barcelona lloraba por el independentismo.
España es un país de zalameros y mercenarios, todo sea por el dinero y el poder, por medrar, por egoísmo personal. Guardiola y otros tantos del FC Barcelona han conseguido, no sólo politizar el fútbol y el club, sino que mucha gente se borre como socios de un club, que está mayoritariamente formado por socios de toda España.
“La clave del éxito es encontrar y hacer lo que te apasiona. Yo no he vivido de mi pasión, he vivido con mi pasión”. Guardiola quiere decir con éstas palabras, que él ha hecho lo que le ha dado dinero, sí le apasiona el fútbol, pero no le apasionaba jugar en la Selección, pero como el dinero era muy tentador lo hacía, y ha vivido con esa pasión de ganar dinero hasta que se ha retirado.
Si este señor ha triunfado es porque el resto del país está aborregado, un deportista millonario más a engrosar la lista de personas que dan conferencias sobre su éxito personal a estudiantes que no saben que harán cuando terminen sus estudios, que quiere independizarse de España pero seguir beneficiándose económicamente de ella.
Guardiola no tiene la formación académica necesaria para ir hablando a unos estudiantes, los cuales, a partir de este momento, seguro que se plantearán dejar los estudios y aspirarán a ser famosos, ese es el pan nuestro de cada día en España porque es lo que los medios de comunicación (algunos) nos han vendido.
Semanas atrás abogaba por una nación catalana y ahora se plantea la posibilidad de ser Seleccionador Nacional.
¿Qué relación puede tener un independentista catalán confeso con la Selección Nacional de fútbol española?
Pues ojo al dato, como diría José María García, porque en un país de cobardes como es España, en un plazo corto de tiempo, auguro que Guardiola será el próximo Seleccionador Nacional, el nuevo mercenario.
Vivir para ver.