Vivimos en un mundo globalizado, España es un
país miembro de la Unión Europea, internet cambió nuestro modo de vida desde su
aparición a finales de los noventa, así como el móvil y el desarrollo de la
tecnología. España tiene su major aliado en Latinoamérica, por razones
culturales y históricas.
Ahora se pretende que los niños aprendan bable,
yo me pregunto para qué, ¿no será que estamos copiando el modelo vasco y catalán
y pensamos que por aprender bable nos va a ir major?
¿Y qué bable van a aprender? ¿El de Caso?, ¿el de
Castropol?, ¿el de Mieres?, ¿o el de Cangas de Narcea? ¿Acaso no sería mejor
primero unificar la gramática del bable para algún día tal vez oficializarlo
como lengua y que deje de ser un dialecto? Porque digo yo que si les dan a
elegir entre aprender un dialecto que habla menos de un millón de personas o una
lengua extranjera que hablan cientos de millones de personas, por practicismo
elegirán lo segundo, sin que por ello menosprecien el bable.
Una vez más mezclamos las churras con las
merinas, y ello ocurre en un país como el nuestro con pésimos gobernantes.
Cuando la República no hubo ningún interés por el bable, ni durante la
dictadura, ni en casi 40 años de reinado de Juan Carlos I. A mí me parece todo
este tinglado politico una maniobra política más para copiar el modelo catalán y
el vasco, pues el segundo se basa en el primero. La lengua como instrumento para
adquirir un mayor regionalismo pensando que nos va a brillar más el pelo con
mayor autonomía política. Absurdo todo el planteamiento.
En Francia hablan francés, en Italia italiano, en
Alemania alemán, en Reino Unido inglés, y así sucesivamente, y en España no
sabemos ni lo que queremos hablar, pensamos que España es como Suiza y queremos
caminar hacia un modelo de fedealismo inviable, digo inviable porque para que el
federalismo fuese posible esas comunidades autónomas antes tuvieron que haber
sido estados federales y no es el caso.
Seamos prácticos, nadie desprecia la cultura
asturiana por no estar interesado en aprender bable, yo he nacido en Muros de
Nalón y jamás escuché a nadie hablar en bable, si acaso tal vez un “ye” o un
“coso o “patates”, y poco más, ¿somos por ello menos asturianos?
Pero aquí no acaba el tema, no que va, el tema va
más allá, ahora se trata de medir la asturianidad, si, como lo digo, “qué tal
asturiano eres” es el nombre del test que te envían por Facebook, vaya que si
fallas las preguntas no serás un buen asturiano y te crucificarán. Me suena a
que a alguno se le ha ocurrido seguir el camino de Cataluña y País Vasco y se
nos olvida lo más esencial.
Lo esencial de todo esto es que somos un estado
nación, España, y por encima de todas estas absurdeces regionales, está el
estado nación, no somos asturianos, catalanes, vascos y luego españoles, que es
lo que algunos parece que pretenden, sino que somos españoles, y luego viene
todo lo demás. Por supuesto que en Francia, Italia, Alemania, se hablan
dialectos, pero ninguno de ellos está reconocido en sus constituciones, ¿por
algo será no? Pues porque con ello han evitado políticas como estas, de 17
autonomías que se aburren y quieren descentralizar más el estado, olvidándose de
la esencia misma del estado, que es la unión y el todo.
Aprender inglés, francés o alemán es lo adecuado
y el mundo empresarial recibirá a esas pesonas con los brazos abiertos, para
aprender bable primero hay que hablar muy bien español y la mayoría de la gente
estropea el idioma de Cervantes cuando habla, y para hablar bien un idioma
extranjero primero hay que hablar bien el propio.