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domingo, 29 de junio de 2014

El bable o segunda lengua extranjera

La Consejera de Educación ha implantado como obligatoria para todos los cursos de Primaria la asignatura Lengua Asturiana/Cultura Asturiana, a razón de cincuenta horas al año.


Vivimos en un mundo globalizado, España es un país miembro de la Unión Europea, internet cambió nuestro modo de vida desde su aparición a finales de los noventa, así como el móvil y el desarrollo de la tecnología. España tiene su major aliado en Latinoamérica, por razones  culturales y históricas.

Ahora se pretende que los niños aprendan bable, yo me pregunto para qué, ¿no será que estamos copiando el modelo vasco y catalán y pensamos que por aprender bable nos va a ir major?

¿Y qué bable van a aprender? ¿El de Caso?, ¿el de Castropol?, ¿el de Mieres?, ¿o el de Cangas de Narcea? ¿Acaso no sería mejor primero unificar la gramática del bable para algún día tal vez oficializarlo como lengua y que deje de ser un dialecto? Porque digo yo que si les dan a elegir entre aprender un dialecto que habla menos de un millón de personas o una lengua extranjera que hablan cientos de millones de personas, por practicismo elegirán lo segundo, sin que por ello menosprecien el bable.

Una vez más mezclamos las churras con las merinas, y ello ocurre en un país como el nuestro con pésimos gobernantes. Cuando la República no hubo ningún interés por el bable, ni durante la dictadura, ni en casi 40 años de reinado de Juan Carlos I. A mí me parece todo este tinglado politico una maniobra política más para copiar el modelo catalán y el vasco, pues el segundo se basa en el primero. La lengua como instrumento para adquirir un mayor regionalismo pensando que nos va a brillar más el pelo con mayor autonomía política. Absurdo todo el planteamiento.

En Francia hablan francés, en Italia italiano, en Alemania alemán, en Reino Unido inglés, y así sucesivamente, y en España no sabemos ni lo que queremos hablar, pensamos que España es como Suiza y queremos caminar hacia un modelo de fedealismo inviable, digo inviable porque para que el federalismo fuese posible esas comunidades autónomas antes tuvieron que haber sido estados federales y no es el caso.

Seamos prácticos, nadie desprecia la cultura asturiana por no estar interesado en aprender bable, yo he nacido en Muros de Nalón y jamás escuché a nadie hablar en bable, si acaso tal vez un “ye” o un “coso o “patates”, y poco más, ¿somos por ello menos asturianos?

Pero aquí no acaba el tema, no que va, el tema va más allá, ahora se trata de medir la asturianidad, si, como lo digo, “qué tal asturiano eres” es el nombre del test que te envían por Facebook, vaya que si fallas las preguntas no serás un buen asturiano y te crucificarán. Me suena a que a alguno se le ha ocurrido seguir el camino de Cataluña y País Vasco y se nos olvida lo más esencial.

Lo esencial de todo esto es que somos un estado nación, España, y por encima de todas estas absurdeces regionales, está el estado nación, no somos asturianos, catalanes, vascos y luego españoles, que es lo que algunos parece que pretenden, sino que somos españoles, y luego viene todo lo demás. Por supuesto que en Francia, Italia, Alemania, se hablan dialectos, pero ninguno de ellos está reconocido en sus constituciones, ¿por algo será no? Pues porque con ello han evitado políticas como estas, de 17 autonomías que se aburren y quieren descentralizar más el estado, olvidándose de la esencia misma del estado, que es la unión y el todo.

Aprender inglés, francés o alemán es lo adecuado y el mundo empresarial recibirá a esas pesonas con los brazos abiertos, para aprender bable primero hay que hablar muy bien español y la mayoría de la gente estropea el idioma de Cervantes cuando habla, y para hablar bien un idioma extranjero primero hay que hablar bien el propio.

domingo, 18 de noviembre de 2012

El Bovarismo


En palabras del escritor Marcelo Scalona, el Bovarismo es una de esas enfermedades que (curiosamente), debería propagarse para fortalecer al hombre y salvaguardar la especie. Es más, sólo si sucede una pandemia universal de bovarismo, el hombre del futuro podrá sobrevivir a las máquinas, las corporaciones y el discurso unilateral del poder nuclear. 
Se entiende por bovarismo el estado de insatisfacción crónica de una persona, producido por el contraste entre sus ilusiones y aspiraciones (a menudo desproporcionadas respecto a sus propias posibilidades) y la realidad, que suele frustrarlas. El término fue utilizado por primera vez por el filósofo francés Jules de Gaultier en su estudio Le Bovarysme, la psychologie dans l’oeuvre de Flaubert (1892), en el que se refiere a la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, en concreto a la figura de su protagonista, Emma Bovary, que se ha convertido en el prototipo de la insatisfacción conyugal.
Pocas novelas han dado tanto que hablar como Madame Bovary de Gustave Flaubert. Esta obra, de puro corte realista, produjo en la sociedad europea primero, y en todo Occidente después, una serie de críticas, análisis e investigaciones fuera de lo común.
Don Quijote fue el primer bovarista, el ingenioso hidalgo fue el primero en contraer el temible mal, de esta enfermedad crónica, incurable, sintomática, y Miguel de Cervantes fue el primer descubridor del virus. Aunque el término bovarismo no está recogido en el Diccionario de la Real Academia Española tiene un uso relativamente frecuente en obras ensayísticas y figura en diccionarios de Psicología.
Los bovaristas son unos auténticos incomprendidos por una sociedad hipócrita del siglo XXI, como lo fueron Ana Ozores y Emma Bovary dos siglos antes.
Transitan por la calle buscando el ideal de las cosas, ni el parque está lo suficiente verde, ni las calles lo suficientemente limpias.
El bovarista es capaz de suicidarse por ser incapaz de soportar la vulgaridad que le rodea, la de una sociedad feista donde cada vez más son frecuentes los desahucios y suicidios, no lo haría si fuese acosado por su banco bajo amenaza de ser despojado de su propia casa, ¡qué contradicción!

lunes, 12 de noviembre de 2012

Donde dije digo, digo Diego



¡Oh sorpresa, pero si Artur Mas sabe hablar castellano! El líder de Convergencia ha inaugurado hoy el congreso anual del Instituto de la Empresa Familiar, la influyente asociación que agrupa a cien empresas líderes de toda España, desde Acciona, Mercadona, o Mango, donde ha manifestado, entre otras muchas cosas, que ve difícil la independencia, para referirse a España como "nuestro país" y expresándose en todo momento en la lengua de Cervantes.

Donde dije digo, digo Diego. 

Según el tipo de oyente y espectador, ajusta el discurso, cada día más ambiguo, todo sea por ganar las elecciones y ganar el referendum de la discordia.

Parece ser que el señor Mas se ha dado cuenta por fin, que por encima de Cataluña está España, y que por encima de España hay un ente llamado Unión Europea, donde no tiene cabida ni su nacionalismo ni una hipotética Cataluña independiente.

¿Hace falta ir a Moscú para darse cuenta de ello?

A medida que van transcurriendo los días va elaborando su discurso político, quitando y añadiendo elementos, si antes era la osadía de celebrar el referendum pese a quien pese y decir que nadie les iba a detener, ahora ya oimos perlas de su boca como que se retirará de la vida política tras las elecciones, que la independencia es muy difícil, que Cataluña es una Comunidad Autónoma con un gran potencial y que es la que más turismo atrae de toda España, algo que ya sabemos, el 25% del total.

La jeta de este señor no tiene límites, claro que amansa la fiera cuando se reune con el empresariado catalán en tal solemne sesión, donde no se tocó en ningún momento el debate soberanista, al contrario, ha pedido cooperación al Gobierno central y un proyecto ilusionante, Mas ha pedido "mas liderazgo".

La contradicción hecha hombre, donde dije digo, digo Diego. No estamos ni sordos ni ciegos Arturo.

Veo un hombre cual perro con el rabo entre las piernas.