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miércoles, 17 de octubre de 2012

Voilá, España vs Francia

Un partido de fútbol tedioso y complicado el que jugó la pasada noche nuestra Selección contra los galos, España parecía Francia y Francia jugó a ser España.

De la euforia inicial del gol de Ramos terminamos con la aceptación del empate, ni España fue tan buena ni Francia fue tan mala.

Tenemos una selección de fútbol que, a día de hoy, es nuestro mejor y más grande embajador, se pasea invicta por Europa y por el mundo como si de Carlos I a caballo (y V de Alemania) se tratase, sin miedo a nada, lo que se le pone por delante lo arrasa, La Roja.

Muchos, entre los cuales me incluyo, preferiríamos tener unos políticos que fuesen como nuestros deportistas, nobles, leales, sacrificando el bien personal en función del bien general, auténticos camaleones de equipo, que se dejasen la sangre en lo que hacen, pero eso a día de hoy en España parece ser una utopía.
Ni la Monarquía, que durante muchos años fue la institución mejor valorada por los españoles, parece ya tener la confianza del pueblo, la gente se ha ido cada vez más distanciando de una Familia Real que, a medida que transcurre el paso del tiempo, comete más y más torpezas, algunas de ellas delante de los mismos medios de comunicación.
A Francia podemos ganarla en muchos partidos de tenis, de baloncesto, o de fútbol, pero a nivel de país competitivo en la historia del deporte, no hace falta más que echar la vista atrás y mirar los resultados de Juegos Olímpicos pasados, Francia tiene el 200% más de medallas conseguidas que España.
Esta pasada noche se han enfrentado dos países que son de los que más se odian y se aman en el mundo, como buenos vecinos, dijo una vez el embajador de Francia en España, Bruno Delaye, que no hay dos países que se parezcan más en todo en Europa como Francia y España, de hecho si echamos un vistazo a las estadísticas de parejas en las que cada cónyuge es de una nacionalidad, está demostrado científicamente que las parejas formadas por un español y una francesa, o una francés y una española, o francés español, francesa española, son las más duraderas y estables, por algo será.
La rivalidad entre Francia y España se remonta al siglo XV por cuestiones dinásticas y de familias reales con sus casamientos y se acentúa en el siglo XVI con el colonialismo español, España le dio muchas palizas a Francia, sus ejércitos eran los más poderosos y temibles del mundo, pero a mediados del siglo XVIII, con el declive del Imperio Español y, el auge de la Ilustración, Francia tomó ese papel dejado por España y su cultura impregnó todos los rincones del mundo.
A día de hoy, Francia tiene un PIB (producto de interior bruto) que es el doble que el de España, es la quinta economía mundial y potencia nuclear, el sueldo medio de un francés parte de los 1600 euros mensuales, en España para ganar apenas 1000 hay que soñarlo. Francia es un país merecedor de lo que tiene, nadie le baila el agua y son duros de pelar, románticos empedernidos y elegantes como ellos solos.
A medida que han ido pasando los últimos años del siglo XX, España se ha ido afrancesando y Francia se ha ido españolizando, España ha tomado lo peor de la sociedad francesa y lo ha aplicado, cada día que pasa es más superficial esta España nuestra, más insolidaria, materialista, frívola y pecaminosa, mientras que Francia ha tomado de España el conservadurismo que antaño tuvimos, así, si antes los españoles cruzaban la frontera pirenaica para ver películas prohibidas en nuestro país, tales como El último tango en París o Emmanuelle, ahora son los franceses quienes prohíben el topless en la playa artificial de París por considerarlo vulgar y afear la estética de la ciudad, es decir, que mientras en España hemos intentado pasarnos al porno duro, ellos siguen practicando el erotismo, insinuar pero mostrar, que es lo bonito.
La pasada noche España quedó en tablas con Francia, quizá eso demuestra que, a pesar de la diferencia económica, somos muy parecidos, se hizo justicia en un partido aburrido y raro. La Roja no le sacó los colores a Francia y Francia supo estar a la altura de las circunstancias.
Los franceses intentaron afrancesarnos en el siglo XIX, cuando las tropas napoleónicas invadieron la península, pero el pueblo español, ignorante en su mayoría, se negó, y expulsó al ejército francés sin arma alguna, con lo poco que se tenía a mano se organizó un 2 de mayo, el propio pueblo español se negaba a refinarse y prefería seguir siendo el “merdellón” que escuchaba como tocaban la guitarra española y tocaban la castañuela mientras bebían vino en la taberna.
Se perdió una gran oportunidad histórica, dichosos fueron aquellos afrancesados ilustrados que tuvieron esa oportunidad de adquirir la cultura, el refinamiento y la sabiduría necesarias, si eso se hubiese instalado y perdurado en la península, nos habríamos ahorrado muchas guerras y dictaduras posteriores, fruto de ese lado oscuro y auto-aniquilador que tenía el español medio de antaño.
España se quitó el complejo que arrastró durante dos siglos ganando un Mundial y dos Eurocopas, precisamente con esta gran Selección, que nos devolvió la gloria y la confianza en que, juntos, podemos seguir adelante, y, quizás, ganar el próximo Mundial de 2014.
A falta de políticos brillantes, hay grandes deportistas en España, que le plantan cara a cualquier país, sea Francia, Bielorrusia, o Italia, nuestro éxito internacional se basa en el fútbol de La Roja, en contraste con las rebajas que nos va haciendo Standard & Poor de ponernos al borde del bono basura, como Grecia

domingo, 23 de septiembre de 2012

El mercenario



Se conoce como mercenario a aquel soldado que lucha o participa en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal, normalmente con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad o preferencias políticas con el bando para el que lucha.

Con el tiempo, el término se ha ido ampliando y se aplica a todo aquel que trabaja por la pasta en un lugar, grupo o partido en el que no cree y que va en contra de sus verdaderos ideales.

El señor José Guardiola (no confundir con el cantante) más conocido en catalán como Josep, o Pep Guardiola, ha acudido a México éste sábado, 22 de septiembre, para participar como orador en una conferencia ante 10.000 estudiantes, en un foro convocado por la Fundación Telmex, que preside el hombre más rico del mundo, el magnate mexicano Carlos Slim.

Entre las muchas hipócritas frases que este señor ha soltado sobre sí mismo y de su vida, me quedo con la fase más emblemática de la jornada, “Nunca se sabe”, respondiendo a la pregunta de si se plantea algún día entrenar a la Selección Española de fútbol, a lo que continúa diciendo: “en Nueva York se está bien (le pagan bastante, claro), aquí estaré un año. No sé cuando voy a regresar, dije que este año no entreno, y si tengo ganas de entrenar lo haré, pero en este momento no las tengo”.

Guardiola no responde un no rotundo, tampoco dice sí de manera contundente, sino que explica “nunca se sabe”, es decir, que deja abierta la posibilidad de que un día le llamen de Madrid y le pregunten si acepta entrenar a los jugadores de la Selección.

Hace menos de una semana, Guardiola participaba desde Nueva York, vía videoconferencia, dando su apoyo a la manifestación independentista de Barcelona, del pasado 11 de septiembre, con las palabras “Desde Nueva York, aquí tenéis uno más” y enseñando a cámara la papeleta verde que exhibía en su mano, significativa del voto afirmativo de independencia de Cataluña.

Donde dije digo, digo Diego. Palabra de mercenario, en Nueva York apoya la causa independentista de Cataluña de separarse del resto del Estado y acude a México y responde que “nunca se sabe” a la pregunta de si entrenaría a la Selección.

¿Acaso este hombre es bipolar, se ha vuelto loco o es que el dinero hace lo imposible? ¿Con qué desfachatez se atreve un señor, que lo único que ha hecho en su vida es darle a la pelota, decir que se plantea en un futuro no muy lejano entrenar a la Selección del país del que se quiere independizar?

El señor Guardiola, ya por lo pronto, no debería ni de haber sido invitado a esa conferencia, porque una cosa es que haya sido buen deportista, y la otra que pretenda ser un lumbrera al estilo Steve Jacobs y darnos lecciones de como triunfar en la vida, es decir, guiándote por la pasta. A Dios rogando y con el mazo dando, ser buen catalán es llorar por la independencia mientras te lucras de España.

Guardiola, por desgracia, no es el único mercenario de España, de hecho España es un país de mercenarios, los de derechas se metían allá por los 80 en las filas del PSOE para poder lucrarse y beneficiarse de la política, y a la inversa, hoy tenemos a antiguos socialistas que militan en las bases del PP, ocurre en todos los ámbitos de la vida de este país, los mercenarios están en todos los estamentos sociales, no sólo en el deporte. No hay más que acudir a embajadas españolas repartidas por el mundo y ver que, en algunas de ellas, hay independentistas catalanes trabajando.

Guardiola, con sus pasadas declaraciones y con las de ayer sábado, se está cavando su propia tumba, está dando un mal ejemplo a la juventud, de hecho ya lo ha conseguido en México, pues les está explicando a estudiantes como triunfar en la vida, pobres estudiantes si tienen que creerle algo a este señor, que durante años ha jugado en la Selección Española mientras en Barcelona lloraba por el independentismo.

España es un país de zalameros y mercenarios, todo sea por el dinero y el poder, por medrar, por egoísmo personal. Guardiola y otros tantos del FC Barcelona han conseguido, no sólo politizar el fútbol y el club, sino que mucha gente se borre como socios de un club, que está mayoritariamente formado por socios de toda España.

“La clave del éxito es encontrar y hacer lo que te apasiona. Yo no he vivido de mi pasión, he vivido con mi pasión”. Guardiola quiere decir con éstas palabras, que él ha hecho lo que le ha dado dinero, sí le apasiona el fútbol, pero no le apasionaba jugar en la Selección, pero como el dinero era muy tentador lo hacía, y ha vivido con esa pasión de ganar dinero hasta que se ha retirado.

Si este señor ha triunfado es porque el resto del país está aborregado, un deportista millonario más a engrosar la lista de personas que dan conferencias sobre su éxito personal a estudiantes que no saben que harán cuando terminen sus estudios, que quiere independizarse de España pero seguir beneficiándose económicamente de ella.

Guardiola no tiene la formación académica necesaria para ir hablando a unos estudiantes, los cuales, a partir de este momento, seguro que se plantearán dejar los estudios y aspirarán a ser famosos, ese es el pan nuestro de cada día en España porque es lo que los medios de comunicación (algunos) nos han vendido.

Semanas atrás abogaba por una nación catalana y ahora se plantea la posibilidad de ser Seleccionador Nacional.

¿Qué relación puede tener un independentista catalán confeso con la Selección Nacional de fútbol española?

Pues ojo al dato, como diría José María García, porque en un país de cobardes como es España, en un plazo corto de tiempo, auguro que Guardiola será el próximo Seleccionador Nacional, el nuevo mercenario.

Vivir para ver.