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lunes, 4 de agosto de 2014

Árabes, judíos y los Bardem

A los árabes y a los judíos echó España fuera de sus fronteras, a los árabes mediante la reconquista y posterior repoblación culminando con la toma de Granada en 1492, año en el que los Reyes Católicos mediante el Edicto de Granada decretan la expulsion de los judíos de la peninsula ibérica.   Nunca nuestros gobernantes han tenido claro qué postura adoptar en el conflicto que enfrenta a Israel y Palestina, siempre que ha gobernado el PSOE hemos sido proclives a defender a Palestina, en cambio, cuando gobierna el PP todos somos defensores del estado de Israel. Los Bardem, que son unos malos actores y millonarios en un Hollywood donde la industria cinematográfica es dominada por familias judías, llevaron a su hijo a nacer a un hospital judío (el Cedars-Sinai de Los Ángeles) y también llevaron su afán de abrir la boca inoportunamente. En Estados Unidos hay ultraconservadores como el actor Jon Voight, máximos representantes del macarthismo, es decir, acusar infundadamente de deslealtad o traición a la patria, Estados Unidos,  la cual ha sido el adalid de la libertad individual y de la libre expresión. Cuando un extranjero rico es políticamente incorrecto, hace daño, a Charlot le costó 20 años de exilio. En Estados Unidos manda el dinero de las familias judías. Nunca muerdas la mano que te da de comer. Pronto veremos a los Bardem de vuelta en España haciendo campaña por los saharauis. Si España no hubiese expulsado a los judíos en el siglo XV hoy sería primera potencia mundial, fue Estados Unidos quien los acogió, también a los Bardem, a Vicky, a Cristina y a Barcelona, pero esa es otra historia. Obama envía armamento a Israel. Los Bardem no están a la altura de tanta hipocresía.

domingo, 20 de octubre de 2013

El asco


Que a una persona le dé asco ser español es inverosímil, tanto como si el asco le fuese producido por el mero hecho de ser chino, marroquí, estadounidense o mongol. No hay una nacionalidad mejor o peor que otra, todas ellas tienen sus virtudes y defectos.

Digo esto a propósito de las desafortunadas declaraciones del cómico Alberto Pla durante su estancia en Gijón. En España hemos evolucionado del “me averguenzo de ser español” de Fernando Sánchez Dragó al “siempre he sentido asco de ser español” de Pla.

Y digo desafortunadas porque lo más adecuado hubiese sido decir que te da asco España, no ser español. Que te dé asco España en ésta época de crisis, recortes y vacas flacas que nos ha tocado vivir es no sólo una emotiva expresividad del ser sino una contribución a la colección de improperios que recibe nuestro estado nación desde hace un lustro.

Me contó hace muchos años un amigo italiano una anécdota, él me decía que había emigrado a Londres proveniente de la region Toscana en el norte del país transalpino, y que para él había supuesto una liberación el hecho de haber migrado a Reino Unido, pues desde niño, sufrió el acoso y vejaciones de sus compañeros de colegio e instituto, los cuales le vejaban por ser diferente, diferente en todos los aspectos que uno puede imaginar, es decir, era demasiado moderno, demasiado guapo, con una de esas caras no sólo demasiado bellas para ser italiano, sino para Europa, una cara diferente, peculiar, y sus amistades le hicieron sentir un patito feo, por su orientación sexual no aceptada en un pueblo de provincias de gente conservadora, en realidad, Stefano no se correspondía con lo que tenía (y tiene) que ser un italiano típico de interior.

Con el paso de los años, y ya cuando Stefano prosperó en Londres, se compró un buen coche, un flamante vehículo de color rojo a la última moda y se lo llevó a su tierra por carretera yendo por el Canal de la Mancha, Francia, atravesando Suiza, etc. para poder impresionar a toda aquella gente, que, ahora ya adultos, le habían hecho la vida casi imposible.

Cuenta Stefano que en los primeros días de estancia, la primera puñalada se la dieron en la espalda sus compatriotas, puñalada trapera, mientras estaba tomándose un café con sus primos, el coche fue rajado de un lado a otro con una navaja, incluído el maletero y la puerta del motor, todo ello hecho con ensañamiento, en la parte del motor se leía a navajazos la palabra “finocchio” (término con el que se acuña despectivamente a los homosexuales en Italia).

Desde entonces Stefano siente asco por Italia y por algunos italianos, porque no esperaba tal vil acción, la envidia de sus propios compatriotas quedó manifiesta en aquel navajazo al vehículo, desde entonces siente asco por su propia gente, pero no siente asco por ser italiano, se siente muy orgulloso de serlo, de pertenecer a una cultura milenaria que tantos aportes ha dado al mundo mundial a lo largo de la historia.

En el caso de España está muy bien sentir asco por nuestros nefastos politicos que nos mal representan, o sentir asco por la Monarquía y todos sus integrantes, sentir asco por un partido politico en concreto, sentir asco por el ejército o la Iglesia, o sentir asco por el país entero por considerarlo un país mediocre en el plano internacional, político y gubernamental, pero nunca ese asco puede ser infundado por la locura del nacionalismo, ya sea vasco o catalán, que le lleve a uno a sentir asco de ser lo que es, es decir, español, uno mismo, porque eso significa que reniegas de tí mismo, y si uno reniega de sí mismo, tiene varias opciones, una sería cambiarse de de nacionalidad, yo he tenido esa opción desde hace muchos años, convertirme en británico supone unas mil libras esterlinas, para ello uno tiene que renunciar a su nacionalidad de origen (la española) y naturalizarse británico para poder solicitar el pasaporte de Reino Unido. Tuve (y tengo) esa oportunidad, pero por mucho asco que yo sienta por España como país y por algunos españoles que daños me hicieron en el alma, no lo he llevado a cabo nunca ese paso porque tengo muy claro lo que soy y mi asco, a diferencia del de Albert Pla, no viene motivado por la distorsión de la realidad que se crea en Cataluña con respecto al resto del Estado español, mi asco es real, motivado, pero es un asco de razón y con razón, el asco es por no sentirme identificado con un país de pacotilla que nadie toma en serio en el mundo, ahí está la falta de asistencia de once jefes de estado a la Cumbre Iberoamericana de este año, por ejemplo. Es un asco histórico, anecdótico, personal, motivado y donde un servidor podría dar millones de ejemplos, pero no siento asco de ser lo que soy, español, porque si fuese británico en lugar de español, sentiría el mismo asco también.

Me da asco el asco nacionalista que sienten algunos nacionalistas hacia el resto del conjunto de la nación española, uno no puede sentir asco por Galicia y amar Cataluña o sentir asco por Madrid y amar sólo Euskadi, eso no es asco, eso es nacionalismo radical provocado por la malformación histórica y política que sufren los habitantes de estas bellas tierras por parte de los políticos de turno.

Albert Pla se equivocó de lugar y hora para manifestar tal improperio, en el bravo Gijón, la ciudad más poblada de una tierra que fue reino antes de que España existiese, y que inició la Reconquista y posterior repoblación de la meseta cuando se terminó de expulsar a los árabes de la península, si de algo carece un asturiano es de sentir asco por ser español, es asturiano, pero sobre todo español, pues por Asturias ha pasado la historia y nadie la ha malformado a su gusto, es lo que hay, con Pelayos y Francos.

Los artistas deberían de dedicarse más a lo que hacen y alejarse de la política, porque todo lo que toca la política lo contamina, Albert Pla puede ser un buen o mal actor, para gustos hay colores, pero es un artista politizado, pues su asco proviene de su nacionalismo, él preferiría ser simplemente un actor catalán, sin DNI español, en un país independiente llamado Catalunya, pero como este proceso es inviable e inaceptable, a él le provoca asco ser lo otro, que es lo real, ser español y catalán.

lunes, 3 de junio de 2013

Nigel Farage se ensaña con los débiles


"Los británicos que están en España deberían sacar su dinero lo más rápido posible", así de polémicas fueron las últimas declaraciones de Nigel Farage, líder del emergente Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP).
Entiendo que el señor Farage odie Europa, el ente construido de la Unión Europea y todas las instituciones de dicho ente, Comisión, Parlamento y Consejo, así como la inmigración masiva de trabajadores provenientes de países del este de Europa, como Polonia, Bulgaria, Rumanía, etc., entiendo que Nigel Farage es un hombre muy británico, nostálgico de la época victoriana y de los tiempos del Imperio Británico, cuando la Unión Europea no existía.
Lo que no alcanzo a entender es por qué siendo Alemania quien ha colonizado la industria inglesa, no arremete contra ella, porque odio hacia los alemanes lo hay, y de que prosperen mejor que Reino Unido les provoca escozor, tampoco llego a entender por qué no se ataca a China, que domina el mercado mundial con su bajo coste de producción, o a USA, que mantiene con vida la economía británica, tampoco concibo por qué no se ataca a los países árabes, que provocan actos terroristas en Londres y este hombre no abre la boca con respecto a esos temas por miedo. No entiendo por qué no se mete con Grecia, la cual está llevando al conjunto de la Unión Europea a la ruina, ¿por qué no ataca a los países del Golfo Pérsico? Claro, a esos no, esos son lo que mantienen todo este tinglado de Reino Unido, sólo se atreve con España. Que tomen nota en España con este señor.
Farage es ese personaje que viene a Madrid a una cumbre europea con su gabardina inglesa y no encuentra un restaurante en todo Madrid donde, según él "poder comer decente", se pasea como el freak que es de un lado para otro buscando comida de calidad (como si Inglaterra fuese Francia en gastronomía) y le dice a los medios acreditados en la cumbre que los españoles siempre llegan tarde.
Realmente convendría saber qué opinan todos esos cientos de miles británicos jubilados que viven en el sur y levante de España, la cifra oscila entre los 300.000 y el millón de personas, la mayoría de ellos personas de clase media o clase media baja que han vendido o alquilado su casa en Reino Unido para comprarse una casa en España y disfrutar de una calidad de vida que en su país no pueden disfrutar por el tipo de pensión que les ha quedado. ¿Van a hacerle caso estos ancianos a Nigel Farage? La respuesta es no.
El efecto que busca Nigel Farage es atacar al más débil, en este caso España, somos una cabeza de turco de cara al mundo; en Reino Unido ya hace unos cuantos años que las cosas van muy mal, cada vez de mal en peor, y para defenderse lo mejor es un buen ataque, y esas son las provocaciones que nos envían desde la pérfida Albión, se trata de ahogar al más débil, en este caso un país como el nuestro, que tiene un gobierno titiritero, para crear un efecto boomerang hacia ellos mismos, al fin y al cabo, las cifras están ahí, el paro en Reino Unido va en aumento, Escocia se quiere independizar, el país no produce, y se depende de la actividad financiera de la City, el país entero está en manos de Alemania, por eso, aunque se la odia, no se le reprocha nada, chitón, en realidad, no es hispanofobia, es germanofobia, pero como no pueden decir nada contra los alemanes porque son los que pagan el conglomerado, descargan su ira contra los pobres españoles, que callan y otorgan.
Este efecto boomerang es una táctica pirata, se trata de hacer leña del árbol caído porque ellos tampoco tienen mucha leña, es un sabotaje mediático en toda regla, digno del siglo XXI, cuando no es un tabloide británico realzando la hispanofobia, son las declaraciones de personajes conocidos como el señor Farage, al cual le declararemos persona non grata en España.
Aunque si bien es cierto que en España nos hace falta un personaje así, al estilo de Nigel Farage, mediático a más no poder y que lance este tipo de provocaciones contra otros países, necesitamos más de un Nigel Farage, porque tenemos políticos mediocres, y pésimos oradores. Por culpa de ellos es que estamos como estamos, detrás de la trinchera defendiéndonos de todo tipo de ataques como los de este señor.
A España le bailan el agua por todas partes, los marroquíes provocando para que les devolvamos Ceuta y Melilla, la UEFA reconociendo a Gibraltar como miembro de pleno derecho, Bruselas apretándonos las tuercas con respecto al plan de ajuste económico, etc. etc. etc.
Nigel Farage es el claro exponente británico de político que tiene en mente atacar a los países del sur de Europa, España primordialmente (más aún porque en ella reside el mayor porcentaje de británicos de la Unión Europea) y, a los de arriba (Alemania, Francia, Escandinavia) ni tocarlos ni provocarlos, sino acatarlos, en la teoría y en la práctica.
Nigel Farage se ensaña sólo con los débiles, a los fuertes ni se atreve a mencionarlos, no vaya a ser que se enfanden y le hagan pupa.

domingo, 3 de marzo de 2013

Europa es conservadora


Europa es un continente muy conservador, y cada vez más evoluciona hacia un conservadurismo atroz.
Sin ir más lejos no hay más que observar los jóvenes de hoy en día, son más conservadores que lo que lo fueron sus padres en una época que era más difícil.
Estados Unidos por un lado, con su moral puritana (pues fueron los puritanos ingleses quienes fundaron las famosas Trece Colonias, en el siglo XVIII) y el Vaticano por otro, influyen en el mapa europeo en cuanto a valores y actitudes se refiere.
La moral estadounidense condena la desnudez humana en una foto de una página web, en una película, o incluso en una obra de arte, por considerarlo poco decoroso, pero no condena la posesión de armas de fuego por parte de las personas, cuyas armas matan a la gente en plena calle, colegios de niños amparado por la Ley.
El Vaticano aún no ha evolucionado en temas concernientes como la homosexualidad de las personas, (donde hay leyes promulgadas en más de diez países del mundo que protegen los derechos fundamentales de personas de orientación sexual diferente) o en temas más escabrosos, como la eutanasia o el aborto (donde también hay legislación abundante dependiendo de cada país).
La influencia por tanto es mutua, Estados Unidos influye en Europa y en el resto del mundo con su cultura imperialista, influye a su vez en el Vaticano, no es de extrañar que alguno de los Papas que hemos tenido a lo largo de la historia hayan sido decisiones influidas por el Gobierno de USA, y poco influye Europa en USA más que lo justo y necesario, pues los americanos se consideran un mundo aparte en todo.
Con la llegada masiva de nuevos países a la Unión Europea en el año 2004, entre ellos Polonia, se acabó de construir un nuevo universo de mezclas culturales, étnicas y lingüísticas que configuraban una Europa más rancia que nunca, donde países que habían estado bajo el mando comunista de la URSS ahora venían a poner su voz y voto en un nuevo espectro político, comenzaba por tanto una oleada masiva de emigrantes a países como Reino Unido, Francia, Alemania o España (ésta última antes de la crisis) y llevaban consigo un cúmulo de prejuicios y barreras difíciles de superar en un mundo nuevo.
Europa siempre ha sido un continente de guerras y problemas religiosos, España expulsó a los árabes, a los judíos más tarde y a los franceses de la península, Inglaterra rompió con el Vaticano porque éste se oponía a la unión de Enrique VIII con la plebeya Ana Bolena, ignorando el matrimonio con la princesa española Catalina de Aragón, Francia inició una revolución social en el siglo XVIII donde rodaron las cabezas de los aristócratas y miembros del clero… y así podríamos seguir contando infinidad de ejemplos. Europa ha sido siempre una torre de Babel peligrosa, un polvorín donde unos y otros han querido siempre gobernar, España dominó Europa en los siglos XV, XVI y XVII, Francia en el XVII y XIX y Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Rusia, y Francia de nuevo en el XX.
La Unión Europea no es más que una respuesta a los Estados Unidos de América, llevar a la práctica la idea de Churchill de los Estados Unidos de Europa, donde todos nos llevamos como colegas pero cada uno barre para su casa, sobre todo Francia, Alemania y Reino Unido, éste último con anhelo de irse de un ente en el que jamás ha confiado.
España nunca se ha sentido europea hasta llegar a 1986, Franco nos aisló en un bunker donde no penetraba ni el aire que provenía de Europa, Europa para nosotros era algo que no entendíamos, nos daba igual, porque ya desde los Borgia, estando Alejandro VI de Papa en el Vaticano se le obligaba a hacer lo que los Reyes de España querían, es decir, repartirse medio mundo con Portugal en la época de los descubrimientos.
Felipe II y Carlos V respectivamente enviaban a sus temibles ejércitos, los famosos Tercios de Flandes a sofocar cualquier revuelta en Flandes (actual Bélgica y Países Bajos), la revuelta era en pro de la libertad política, religiosa y social.
Ni Amsterdam en Holanda es ya tan “progre” ni incluso Barcelona, ni mucho menos Paris, queda lo transgresor en la superficie y se hunde con los nuevos valores, el conservadurismo se expande y con el conservadurismo, el neofascismo, el radicalismo, el ultra-conservadurismo…
Los valores de los jóvenes del siglo XXI, son en cierta medida “carcas”, hasta sus abuelos eran más “progres” todo ellos fruto de una pésima educación de finales del siglo XX, hay un dicho que dice algo así como “no eduques a tus hijos en el mismo modo que te educaron a ti y no te gustó”, pues bien, muchos padres ignoraron tal refrán.
Es una pena ver que jóvenes de 18 años condenan la homosexualidad, que una mujer tenga varios amantes, que un chico se case con otro chico, que adopten, que una mujer decida abortar, que un hombre mayor decida morir en el pleno uso de sus facultades.
Unos más y otros menos, pero entre todos un poco, han creado una generación venidera temible, más promiscua sí, pero más intolerante también, menos solidaria, más cobarde y, ante todo, europea de palabra y oración, pero no de convicción.
Pronto tendremos nuevo Papa, que será otro dogmático conservador al servicio de USA, de la corrupción dentro de una institución que ya de por sí es un anacronismo histórico, y todo ello acompañado de la vuelta al poder del italiano Silvio Berlusconi, siempre nos quedará Obama, pero Obama ha resultado no ser tan bueno como cuando nos vendió la moto, por eso a Obama le sucederá un republicano cuando llegue el momento.

martes, 6 de noviembre de 2012

El país más cotilla del planeta



España es un país de cotillas, como todos aquellos países mediterráneos de Europa, Italia, Grecia, Portugal, que han estado ocupados durante siglos por los árabes. El cotilleo va asociado a la mentalidad suroeuropea, a lo mediterráneo, a los españoles les gusta meter la nariz en todo aquel lugar donde les coja, para luego ir contando a quien pueden el tipo de olor que han percibido.
La mentalidad europea pasa por el individualismo del ser en la sociedad, cuanto más anónimo es uno, mejor que mejor, la vida de cada uno no es asunto de nadie, yo soy yo y mi circunstancia, diría Ortega y Gasset. Por eso cada persona tiene una personalidad única y maravillosa y nadie copia a nadie, son personas con estilo y personalidad, que cuando vienen a España, muchos de ellos deslumbran.
El cotilleo va a asociado a la envidia, la persona que es envidiosa cotillea, y el que cotillea o critica se debe a que su vida es imperfecta, tiene alguna carencia importante, por eso es más importante vivir la vida ajena que la propia, por eso España tiene en su parrilla diaria de programación un éxito de audiencia como es la telebasura de "Sálvame", porque la gente está aburrida, o con una vida "light" y necesitan suplirla de cosas bonitas, por eso lo intentan con esperpentos televisivos como el programa de telecinco, el cual sustituye al patio de vecinas de antaño.
El patio de vecinas de antaño ahora es virtual, televisión, internet, redes sociales, cotillear las fotos ajenas es un ejemplo de criticar la vida de los otros, porque la de esas personas no está bien, le faltan cosas, le falta dinero, amor, glamour, eperiencias de vida, salud, viajar, cultura, sobre todo la cultura, la cual brilla por su ausencia en un país de pan y circo.
Pienso que cuando uno tiene, o ha tenido una vida rica en matices, llena de experiencias vitales que le dan una dimensión humana de un magnífico calibre a la personalidad de un ser, todo lo demás le resbala por la espalda, como si de una cagadita de gorrión se tratase. 
El body language es fácil de interpretar en un país como el nuestro, basta con mirar las caras, las mujeres suelen arrugar la nariz cuando te miran y sus ojos lo dicen todo, basta con leer los labios y ver semejantes barbaridades, y los gestos del cuerpo, toscos, antinaturales, llenos de una basteza increíble. 
España a fecha de hoy no sólo es el país con mayor índice de chonis, población de la tercera edad, cainitas, déspotas y envidiosos, sino que es el país más cotilla del mundo mundial. Pobres de nosotros los intelectuales ante las nuevas generaciones, porque hay defectos que algunos padres transmiten a sus hijos, el chisme se perpetúa en el tiempo.
Confirmado, España es el país más cotilla del planeta, a la vista está, el setenta por ciento de los rumores que aparecen en internet, provienen de España.