miércoles, 17 de octubre de 2012

Voilá, España vs Francia

Un partido de fútbol tedioso y complicado el que jugó la pasada noche nuestra Selección contra los galos, España parecía Francia y Francia jugó a ser España.

De la euforia inicial del gol de Ramos terminamos con la aceptación del empate, ni España fue tan buena ni Francia fue tan mala.

Tenemos una selección de fútbol que, a día de hoy, es nuestro mejor y más grande embajador, se pasea invicta por Europa y por el mundo como si de Carlos I a caballo (y V de Alemania) se tratase, sin miedo a nada, lo que se le pone por delante lo arrasa, La Roja.

Muchos, entre los cuales me incluyo, preferiríamos tener unos políticos que fuesen como nuestros deportistas, nobles, leales, sacrificando el bien personal en función del bien general, auténticos camaleones de equipo, que se dejasen la sangre en lo que hacen, pero eso a día de hoy en España parece ser una utopía.
Ni la Monarquía, que durante muchos años fue la institución mejor valorada por los españoles, parece ya tener la confianza del pueblo, la gente se ha ido cada vez más distanciando de una Familia Real que, a medida que transcurre el paso del tiempo, comete más y más torpezas, algunas de ellas delante de los mismos medios de comunicación.
A Francia podemos ganarla en muchos partidos de tenis, de baloncesto, o de fútbol, pero a nivel de país competitivo en la historia del deporte, no hace falta más que echar la vista atrás y mirar los resultados de Juegos Olímpicos pasados, Francia tiene el 200% más de medallas conseguidas que España.
Esta pasada noche se han enfrentado dos países que son de los que más se odian y se aman en el mundo, como buenos vecinos, dijo una vez el embajador de Francia en España, Bruno Delaye, que no hay dos países que se parezcan más en todo en Europa como Francia y España, de hecho si echamos un vistazo a las estadísticas de parejas en las que cada cónyuge es de una nacionalidad, está demostrado científicamente que las parejas formadas por un español y una francesa, o una francés y una española, o francés español, francesa española, son las más duraderas y estables, por algo será.
La rivalidad entre Francia y España se remonta al siglo XV por cuestiones dinásticas y de familias reales con sus casamientos y se acentúa en el siglo XVI con el colonialismo español, España le dio muchas palizas a Francia, sus ejércitos eran los más poderosos y temibles del mundo, pero a mediados del siglo XVIII, con el declive del Imperio Español y, el auge de la Ilustración, Francia tomó ese papel dejado por España y su cultura impregnó todos los rincones del mundo.
A día de hoy, Francia tiene un PIB (producto de interior bruto) que es el doble que el de España, es la quinta economía mundial y potencia nuclear, el sueldo medio de un francés parte de los 1600 euros mensuales, en España para ganar apenas 1000 hay que soñarlo. Francia es un país merecedor de lo que tiene, nadie le baila el agua y son duros de pelar, románticos empedernidos y elegantes como ellos solos.
A medida que han ido pasando los últimos años del siglo XX, España se ha ido afrancesando y Francia se ha ido españolizando, España ha tomado lo peor de la sociedad francesa y lo ha aplicado, cada día que pasa es más superficial esta España nuestra, más insolidaria, materialista, frívola y pecaminosa, mientras que Francia ha tomado de España el conservadurismo que antaño tuvimos, así, si antes los españoles cruzaban la frontera pirenaica para ver películas prohibidas en nuestro país, tales como El último tango en París o Emmanuelle, ahora son los franceses quienes prohíben el topless en la playa artificial de París por considerarlo vulgar y afear la estética de la ciudad, es decir, que mientras en España hemos intentado pasarnos al porno duro, ellos siguen practicando el erotismo, insinuar pero mostrar, que es lo bonito.
La pasada noche España quedó en tablas con Francia, quizá eso demuestra que, a pesar de la diferencia económica, somos muy parecidos, se hizo justicia en un partido aburrido y raro. La Roja no le sacó los colores a Francia y Francia supo estar a la altura de las circunstancias.
Los franceses intentaron afrancesarnos en el siglo XIX, cuando las tropas napoleónicas invadieron la península, pero el pueblo español, ignorante en su mayoría, se negó, y expulsó al ejército francés sin arma alguna, con lo poco que se tenía a mano se organizó un 2 de mayo, el propio pueblo español se negaba a refinarse y prefería seguir siendo el “merdellón” que escuchaba como tocaban la guitarra española y tocaban la castañuela mientras bebían vino en la taberna.
Se perdió una gran oportunidad histórica, dichosos fueron aquellos afrancesados ilustrados que tuvieron esa oportunidad de adquirir la cultura, el refinamiento y la sabiduría necesarias, si eso se hubiese instalado y perdurado en la península, nos habríamos ahorrado muchas guerras y dictaduras posteriores, fruto de ese lado oscuro y auto-aniquilador que tenía el español medio de antaño.
España se quitó el complejo que arrastró durante dos siglos ganando un Mundial y dos Eurocopas, precisamente con esta gran Selección, que nos devolvió la gloria y la confianza en que, juntos, podemos seguir adelante, y, quizás, ganar el próximo Mundial de 2014.
A falta de políticos brillantes, hay grandes deportistas en España, que le plantan cara a cualquier país, sea Francia, Bielorrusia, o Italia, nuestro éxito internacional se basa en el fútbol de La Roja, en contraste con las rebajas que nos va haciendo Standard & Poor de ponernos al borde del bono basura, como Grecia

martes, 16 de octubre de 2012

Una, grande y libre Cataluña



“Explicamos el Estado plurinacional, no la España una, grande y libre” dijo el pasado domingo  Artur Mas, aludiendo a la polémica surgida por la declaración del Ministro de Educación, José Ignacio  Wert de que había que “españolizar a los niños catalanes”. Continúa el nacionalismo haciendo demagogia barata de la inoportuna, pero no por ello errónea, expresión del Ministro de Educación y Ciencia, de la cual se ha hablado en todos los medios la semana pasada.
Mas nos quiere contar la historia de que los niños catalanes tienen un sistema educativo mejor que el del resto de España, dando a entender que la historia que se estudia en Valladolid o en La Rioja está viciada, alterada, para darle el mérito a los vencedores y quitárselo a los vencidos, mentira, ni lo uno ni lo otro, falso, la historia que se estudia en España, en todo el territorio, de norte a sur y de este a oeste es neutral, con sus pros y sus contras, objetivista dentro de lo posible y no se omite nada, ni de un siglo ni de otro. Es una Historia verídica e imparcial.
Por contra, la Historia que se estudia en Cataluña, y a la vista está porque hemos observado diversos ejemplos en medios de comunicación como el pasado viernes en el programa de Intereconomía El gato al agua, es una Historia segmentada, parcialista, alterada, se omiten muchos episodios históricos, y los niños catalanes acaban la primaria, la ESO y el bachillerato, no sabiendo temas cruciales en la larga Historia de España, se les adoctrina desde el idioma catalán y desde el estudio, haciéndoles ver que el Estado español es un estado opresor y lleno de maldad que ahoga a la pobre Cataluña, crecen con esa idea, formados en un odio hacia todo lo que huela o respire a  español, para luego acabar sentados de parlamentarios en la Generalitat tomando medidas  como prohibir las corridas de toros, fruto de ese pensamiento único.
El Ministro Wert ha dicho la palabra de la discordia esta pasada semana, “españolizar”, ¿acaso está mal visto el término “españolizar”? Sí, sin lugar a dudas, por el Franquismo, apoyado por la Iglesia, que trató de españolizar a base de torturas y palos a aquellos que no comulgaban con sus  ideas, y actualmente por los inmigrantes latinoamericanos en España, que llevan en la cabeza la historia de que España cuando era un Imperio les robó el oro en esa empresa histórica de  “españolizar”. Unos y otros han convertido el término “españolizar” en un sinónimo de “imponer”.
Tan correcto es decir “españolizar” como decir “americanizar” o “afrancesar”, por suerte o por desgracia vivimos en un país llamado España, donde se habla mayoritariamente español, con una democracia consolidada, con sus ventajas e inconvenientes, pero a nadie se le pasa por la cabeza pensar que “españolizar” signifique intentar adoctrinar a los niños catalanes en algo que no sea constitucional y democrático.
Anticonstitucional debería de ser lo que ha estado haciendo el Gobierno de Cataluña con el sistema educativo catalán, pervirtiendo a los niños que ninguna culpa tienen y convirtiéndolos en instrumentos a sus favor de cara al futuro, ahogando las opciones a muchas familias de escolarizar a sus hijos en castellano.
Un  presidente de una Comunidad Autónoma así, debería de ser declarado anticonstitucional y  cesado de inmediato, porque avergüenza al resto del Estado creando mercenarios, haciendo propaganda barata y apología de un territorio que, si acaso algo fue en el pasado, pasó por el simple hecho de ser un condado del Reino de Aragón, pero estos niños estudian unos libros en los que se les dice que son una Nación desde hace mil años, o sea, desde antes que España existiera como Nación, ¿acaso no es eso manipular la Historia? El Ministro está en su derecho y tiene toda la razón cuando dijo su emblemática frase, la cual se comentó entre el rey Juan Carlos y Mariano Rajoy el día del desfile de las Fuerzas Armadas, dando lugar a otra polémica por una supuesta riña del Rey a Rajoy.
Lo que el Ministro debería de haber dicho en lugar de “españolizar”, pero no porque la palabra “españolizar” sea algo ofensivo o políticamente incorrecto, sino porque en pleno siglo XXI no  hace falta españolizar a nadie, porque todos en mayor o menor medida lo somos, lo que tendría que haber dicho es “hay que alfabetizar en algunas asignaturas a los niños catalanes”, no porque no sepan leer ni escribir, que sí saben, sino porque son analfabetos en asignaturas como Historia de España, donde se estudia el origen de Cataluña como algo divino y celestial, proverbial y único, como una cruzada en la historia cuya misión es el independentismo, ¿acaso no nos recuerda a los libros de educación del Franquismo? Idéntica misión, diferente tipo de nacionalismo, pero misma actitud de manipulación histórica a su antojo, donde se les cuenta que vienen de un ser todopoderoso, de una raza que esta por encima del bien y del mal y donde nunca estuvieron los romanos ni los griegos en su territorio.
El Ministro ha comenzado una muy noble tarea de devolverle a la juventud y a los niños el derecho a recibir una educación completa, donde estudien la invasión árabe de España, a Isabel II, que muchos de ellos ni saben quien fue, la caída del Imperio Romano, la Paz de Amiens, el Tratado de Versalles, la independencia de Guinea Ecuatorial, el desastre Colonial, o la Batalla de Trafalgar, porque sólo están haciendo hincapié en los capítulos referentes a Cataluña a lo largo de la historia, es decir, cuando nunca ha sido un país o nación en la Historia, y el resto de Historia se la inventan de forma troceada, poniendo y quitando lo que más o menos les gusta.
Por  tanto,  mientras  en  España  se  estudia  una  Historia  completa,  basada  en  la  libertad,  ajustada  a  los parámetros de la realidad tal y como fue, en Cataluña se les hace creer que son Una (sin España),Grande (se les  hace  creer  a  los  jóvenes  que  estarían  mejor y  más   prósperos  sin  España) y Libre  (afán  de independentismo).
Cataluña en esa línea política y de ideología va camino de ser un IV Reich del siglo XXI, y el  Estado en su conjunto,  va siendo hora de que empiece a detenerlo, la educación puede ser un buen sistema de corregir los intentos de adoctrinamiento por parte de partidos nacionalistas que gobiernan dicho territorio, pero hace falta mano dura para ello, y valor, porque no es de recibo, que en un país como el nuestro, tan viejo, tan evolucionado en algunos aspectos, se permitan hechos  como estos, que no tienen precedente, se trata de corregir los desperfectos de gobiernos anteriores, que tuvieron manga ancha con Cataluña, porque no podemos fiarnos de alguien que nos pueda traicionar, ya nunca más, ni caminar hacia ningún tipo de Federalismo.

lunes, 15 de octubre de 2012

Una democracia de muy mal gusto

Vivimos en una democracia de la que parece que, cada día más, cuesta fiarse. Uno de los rasgos esenciales de la democracia es la atribución de derechos y deberes a todo individuo e instituciones.

En época de crisis y vacas flacas, como la que estamos sufriendo desde hace unos años, el límite de los derechos y deberes parece estar difuso, y se sobrepasa en ocasiones numeradas.
Así, el mes pasado asistimos a actos vandálicos por parte de los manifestantes de Madrid del 25 y 29 de septiembre y a actos violentos por parte de los miembros de la Policía.
La pasada semana, observamos con ira e indignación como un presidente autonómico dijo que va a convocar un referéndum, en plena campaña electoral, para preguntarle a los habitantes de dicha Comunidad si quieren la independencia o no.
Por último, asistimos a una supuesta riña del Rey a Rajoy, durante el desfile de las Fuerzas Armadas, con motivo de las declaraciones del Ministro José Ignacio Wert sobre que “había que españolizar a los niños catalanes”, a lo cual Artur Mas, líder de CiU y Presidente en funciones de la Generalitat, ha respondido que en el resto de España la Educación es la de la época de Franco, “una grande y libre”.
Partiendo de la base de que, una vez más, el Rey se ha excedido en su papel constitucional, y ha llamado la atención a Rajoy, por la frase del Ministro de “españolizar”, estamos de nuevo ante uno de esos típicos casos frecuentes en los últimos años en los que Su Majestad se olvida de su papel de moderador neutral y símbolo del Estado, lo cual significa que no tiene atribución alguna para interferir en las labores del Gobierno, ni tan siquiera para opinar.
Me viene a la cabeza la imagen del Rey hace unos años mandando callar al Presidente Hugo Chávez en una de las Cumbres Iberoamericanas, aquel famoso “por qué no te callas” dio la vuelta al mundo, si bien era gracioso y se imitó hasta la saciedad, conviene recordar que, a Chávez, lo eligieron en las urnas, al Rey de alguna manera no, se le refrendó en el 78 votando la Constitución, pero no se le votó en referéndum, para bien o para mal, es más democrático Chávez que Su Majestad.
La democracia española cojea de tiempo acá, parece como que algunos, no todos, han optado por extralimitarse de su papel y van más allá de sus funciones, vemos con pavor como un presidente autonómico desafía al resto del Estado amenazando con convocar un referéndum anticonstitucional, contemplamos a un Príncipe que expresa su opinión sobre Cataluña diciendo que “es un problema menor”, siguiendo los pasos de su padre de opinar sobre la política de Estado, y por último, observamos que el Rey, supuestamente ha reprendido a Rajoy por un tema que no le debería de incumbir.
No sólo contemplamos como cada líder político, gubernamental o hasta el propio Jefe del Estado opina lo que quiere fuera de sus atribuciones e, incluso en algunos casos, fuera de la legalidad vigente, sino que los españoles estamos desinformados o mal informados por esta llamada democracia.
Aún no está claro si el Rey reprendió o no a Mariano Rajoy, durante días se ha especulado sobre este tema, pero lo gracioso viene cuando tanto Zarzuela como Moncloa desmiente que Su Majestad llamase la atención a Mariano Rajoy durante la celebración del Día de la Hispanidad, el pasado viernes, aunque todos pudimos ver en la televisión como hablaban del tema, por tanto el tema de “españolizar a los niños catalanes” era preocupante para el Rey.
Es más, aún no sabemos con certeza si hubo tal llamada de atención, he visto las imágenes un centenar de veces y puedo afirmar que veo que conversan preocupados sobre el tema, pero sí parece que el Rey le pregunta a Rajoy por la declaración del Ministro Wert y Rajoy se encoge de hombros y dice no saber qué opinar, como avergonzado.
Por tanto, asistimos a un bochornoso espectáculo de un Rey constitucional llamando la atención a un Presidente del Gobierno elegido democráticamente, sobre unas declaraciones muy honestas del Ministro de Educación, sobre algo que todos estamos de acuerdo, en que el modelo de educación catalán es partidista, nacionalista, la Historia que estudian los niños es sesgada, inventada y manipulada y se les fomenta ya desde niños, con mentiras y errores históricos, el odio hacia el resto del Estado, con la argumentación de que el Estado español les roba.
Y para rematar tal esperpento, el señor Mas, dice que va a convocar un referéndum, sea ilegal o no, para consultarle a la gente de Cataluña si quieren ser independientes o no. Caso único en Europa.
Falla la Democracia, va camino de convertirse en una Fallocracia, el Rey, con la edad, interfiere cada vez más en la opinión de los líderes políticos y en sus asuntos, opina sobre la actualidad, no sólo él, sino su hijo y nuera, algunos líderes políticos que son presidentes autonómicos, amenazan al conjunto de la Nación con convocar referéndums ilegales y el Príncipe, con sorna, dice que lo de Cataluña es “un problema menor”.
El pueblo español duda de si el Rey riñó o no Rajoy, yo pienso que sí, pero ahora intentar hacer un lavado de imagen, secundado por Moncloa, que sigue los dictados de Zarzuela en este tipo de menesteres. Una vez más se ha metido la pata, Mas se debe de estar frotando las manos. Al Príncipe le da igual, sólo quiere reinar y que su padre abdique. No lo hará. Como diría la Reina de Gran Bretaña “it’s a duty for life” (es un trabajo para toda la vida).
Pésimo papel de los máximos responsables del país, una vez más, mostrando una democracia con desniveles, a la que le fallan los cimientos, el protocolo, la frontera entre los límites de competencias, de muy mal gusto, una democracia hortera y donde cada cual hace o dice lo que le da la real gana. Sólo nos queda pensar que los tribunales y la justicia pueden, de vez en cuando, poner un freno a tal osadas aventuras. Para ello está el Tribunal Constitucional, del cual dudo también.

domingo, 14 de octubre de 2012

¿Qué día de Octubre?


El pasado viernes 12 de octubre se celebró la Fiesta Nacional de España o día de la Hispanidad, que conmemoró las efemérides históricas del Descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón y los Reyes Católicos tras la firma de las Capitulaciones de Santa Fe. Como cada 12 de octubre, se celebró un desfile militar al que asistieron el Rey junto a la Familia Real y los representantes más importantes de todos los poderes del Estado, además de la mayoría de los presidentes de las autonomías españolas.


El Descubrimiento de América en 1492 fue trascendental y el 12 de octubre se ha considerado como un día memorable porque a partir de entonces se inició el contacto entre Europa y América, que culminó con el llamado “encuentro de dos mundos”, que transforma las visiones del mundo y las vidas tanto de europeos como de americanos, ya que gracias a sus descubrimientos se gesta la Colonización Europea de América.

Ahora bien, lo que los españoles celebramos como una Fiesta Nacional y un día de orgullo por este hecho histórico, en otros países no se celebra de la misma manera.

Así, en Argentina se celebra el “Día del respeto a la diversidad cultural” (feriado nacional), es decir, se conmemora la diversidad étnica y cultural de todos los pueblos, es ésta la última denominación desde 2010; entre el 2007 y el 2010 se lo llamó el “Día de la Diversidad Cultural Americana”; y con anterioridad se le llamó “Día de la Raza”. Originalmente conmemoró el descubrimiento de América por parte del Imperio español.

En Estados Unidos se le denomina “Día de Colón” al 12 de octubre, en Costa Rica se le denomina “Día del encuentro de culturas”, en Belice “Día panamericano y día de Colón”, en Venezuela es el “Día de la resistencia indígena” (anteriormente denominado “Día de la Raza” también), en Nicaragua es el “Día del locutor”, en Perú y Uruguay es el “Día de las Américas”, en Chile es el “Día del descubrimiento de dos mundos”, y así podríamos continuar con el resto de los países que un día estuvieron bajo el poder del Imperio Español y, que a medida que Latinoamérica (un término erróneamente acuñado a la América hispanohablante) ha ido creciendo en importancia, todo lo referente al 12 de octubre, el descubrimiento del continente y la celebración de la Fiesta ha estado acompañada siempre de polémica, polémica que se dio años atrás en 1992 cuando se trató de impedir por parte de Naciones Unidas del V Centenario del Descubrimiento, lo cual se consiguió.

Cabe señalar el odio que aún profesan muchos latinoamericanos hacia España, odio basado en una malformación de la Historia y, que se ha transmitido de padres a hijos para denostar a un país que no hizo algo que no hubiesen podido hacer otros en su misma situación, en una época de exploraciones. España aceptó la independencia de todos los países latinoamericanos en el siglo XIX, cuando eran naciones prósperas y ricas, lo mismo que ahora reclama Cataluña, España no es responsable de que ahora les vaya mal a algunos, sobre todo porque han transcurrido más de 200 años y los gobernantes que han tenido han sido terribles.

En España no sobran los motivos para celebrar tal Fiesta Nacional, al contrario, faltan motivos y hay muchos para darle la espalda a una fecha que, poco a poco, provoca indiferencia por parte del pueblo. Los políticos nacionalistas han sido todos unos expertos en estas tareas, así, para algunos es más importante celebrar el 9 de Octubre, día de Valencia, o el 8 de septiembre, día de Asturias, que celebrar la Fiesta Nacional del 12 de octubre. En muchos libros escolares y de bachillerato de Cataluña apenas se habla del 12 de octubre o de por qué motivo se celebra.

El pueblo español se ha ido acostumbrado a medida que han ido pasando los años de reinado de Juan Carlos I a ver a toda la Familia Real acudir a la Carrera de San Jerónimo a presidir el desfile militar, si bien es cierto, que, tras lo ocurrido con el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, la indiferencia del pueblo hacia la Monarquía ha ido aumentando notablemente, y, por ende, hacia este tipo de celebración rancia y absoleta.

España es un país a fecha de hoy, dividido, por culpa de malos políticos y gobernantes, las autonomías, algunas no todas, se han hecho demasiado fuertes como para pedir la opción de ir por libre, quieren olvidarse algunos de todo aquello que huela a España, los toros, el himno, la bandera, y si pueden, el 12 de octubre.

Una España de separatismo, el ejército está mayoritariamente formado por extranjeros nacionalizados españoles que quieren huir de la crisis y la necesidad, una España que no acaba de fomentar los lazos con Latinoamérica porque el peso del pasado es demasiado fuerte como para que unos y otros acepten que vienen del mismo padre y madre. Una España con una Monarquía cuestionable y que también se ha visto salpicada por la podredumbre de la corrupción por culpa del “yernísimo”, y una España que tiene una crisis de identidad increíble, por un lado un gran complejo de superioridad hacia sus hermanos latinoamericanos, por otro lado un gran complejo de inferioridad hacia sus vecinos europeos, un gran pasotismo hacia la política y un gran radicalismo hacia la clase política por parte de los indignados.

Deberíamos de poner la fecha del 12 de octubre en suspenso hasta que seamos capaces de salir de la crisis, la marca España está devaluada, los inversores no confían en un país cuya solvencia ha bajado al nivel del bono basura, durante la celebración del Día de la Hispanidad, muchos estaban en la playa, algunos incluso pensando que lo mejor que se podría hacer con esta fecha histórica es dejarla como un homenaje a lo que nos une a todos, el idioma, convertirla en el día del Español (como idioma, no como individuo procedente de España), un homenaje a las letras y los escritores, a todos aquellos que escribieron en la lengua de Cervantes, Neruda, Mistral, Borges o Galdós, un nuevo 12 de octubre denominado “Día del Español, idioma universal”, porque, como todos hemos leído alguna vez, el idioma actual que mayor número de estudiantes tiene en el mundo es el español, con más de 20 millones de estudiantes, crece a pasos agigantados, sobre todo en Estados Unidos, y al cabo de unos cuantos cientos de años ocupará el lugar del inglés.

De aquí a unos años, por uno u otro motivo, apenas casi nadie se acordará de la fecha del 12 de octubre y de por qué motivo se celebra y por qué es la Fiesta Nacional.

Dirán eso de, ¿qué día de octubre es eso que me estás preguntando?

lunes, 8 de octubre de 2012

Evasión o victoria

Anoche asistimos a un clásico del fútbol español, el encuentro entre dos grandes, Real Madrid y F.C. Barcelona, los cuales disputaron su tercer y mejor enfrentamiento de esta temporada en el Camp Nou, con un resultado de empate 2-2. Los de Mourinho le regalan dos puntos al Barcelona y se mantienen a ocho de su máximo rival en la gran clasificación.

Tanto Messi como Cristiano Ronaldo estuvieron a la altura de las circunstancias, siendo Ronaldo quien marcó el primer gol, ambos tuvieron claras ocasiones de ganar el partido, el cual estuvo muy igualado en sus noventa minutos.
Lo paradójico de este encuentro merengue – culé, fue la afición blaugrana, la cual desplegó cartulinas rojas y amarillas en la grada formando una gran senyera catalana de cara a la galería, visualmente lo de anoche no tiene precedente en la historia del fútbol español ni en la de España como nación.
El mundo asistió, en vivo o a través de los medios de comunicación, al despliegue de una gran senyera catalana por parte de las 98.000 personas que llenaban el aforo del estadio.
No contentos con mostrar la senyera, en los minutos previos al partido y en los minutos se entonaron cánticos por parte de la afición al grito de “Independencia, independencia”, los cuales se repitieron en el minuto 17 y 14 segundos (para conmemorar la fecha de 1714 cuando el rey Felipe V tomó Barcelona) y pancartas con el lema Catalonia european next state (Cataluña nuevo estado europeo).
Es más que preocupante haber visto un evento futbolístico de tal magnitud politizado hasta tal extremo. Una vez más, en España, se mezcla el deporte con la política, se mezclan las churras con las merinas, todo en beneficio del pueblo que está hambriento de pan y circo, y se consiente, no se hace nada para impedirlo, lo cual demuestra la debilidad de un Estado resquebrajado, que tolera incidentes como el de anoche, que si bien son muestras de libertad de expresión, son ejemplos de una gran auténtica falta de respeto por parte de las autoridades catalanas a la afición del F.C Barcelona, cuya peña de socios está formada mayoritariamente por personas no catalanas, sin las cuales, no podría subsistir como club de fútbol.
Dice Arturo Mas sobre el espectáculo de anoche: “hay que destacar este ambiente espectacular, y además respirando este país, muy catalán, muy catalanista, pero a la vez este ambiente muy positivo y educado”. Se frota la manos el President en funciones porque se ha conseguido lo que los circuitos catalanistas buscaban previo al partido, llenar un estadio de casi 100.000 personas con sólo y exclusivamente personas de ideología radical o nacionalista que estuviesen dispuestas a portar esteladas (banderas independentistas) y senyeras (banderas catalanas) y cánticos a favor del despropósito de la independencia.
Porque si analizamos la cuestión del graderío, en un estadio que tiene un aforo para casi 100.000 personas, que es el estadio más grande de Europa, ¿cómo es posible que se llene sólo con personales nacionalistas? ¿Selección natural? ¿Dónde estaban los socios del F.C. Barcelona catalanes no nacionalistas que suelen acudir a este tipo de partidos? Me imagino que estarían en casa para evitar el bochorno o no se les habría permitido el acceso con la excusa del “lleno total” del estadio.
Con lo cual por un lado tenemos a unos líderes políticos que gobiernan el Parlamento de Cataluña pertenecientes a una ideología concreta, los miembros del partido CIU (Convergencia i Unió) que gobiernan sólo para los nacionalistas independentistas y se olvidan de su electorado no independentista, y, por otro lado, tenemos un estadio que pertenece a un club de fútbol que es de todos los socios del F.C. Barcelona, es decir, catalanes (independentistas o no) y resto de españoles que se llena a tope de asistentes pero sólo de una ideología en particular, la nacionalista radical independentista.
Me recuerda lo sucedido la pasada noche a la película de John Huston de 1981 Evasión o Victoria, protagonizada por Pelé, Sylvester Stallone y Max Von Sydow,
La película está inspirada en un hecho real llamado El partido de la muerte. El 9 de agosto de 1942, el FC Start, un equipo de ex-jugadores del FC Dinamo de Kiev (en su mayor parte) se enfrentó al más potente equipo alemán, en la época en que Ucrania estaba ocupada por el III Reich. Los jugadores del FC Start, a pesar de ser advertidos de que, en caso de vencer, serían ejecutados, ganaron y humillaron a los alemanes para el delirio colectivo. Pocos días después las amenazas se cumplieron.
A pesar de estar inspirada en este hecho real, la historia de la película varía un poco con respecto a la misma. La película está ambientada hacia 1943 en el campo de concentración de Gensdorff. Un oficial alemán visita el campo y ve a unos prisioneros jugar al fútbol, y, al recordar que había sido jugador antes de la guerra, se le ocurre organizar un encuentro entre una selección de futbolistas alemanes y los prisioneros.
La pasada noche hubiese sido anecdótico que, en un estadio de seguidores del Barça, en este caso sólo miembros de la Asamblea Catalana e independentistas, donde el equipo juega en casa ante su afición, hubiese ganado el Real Madrid, el cual tuvo claras ocasiones de hacerlo, ya a los pocos minutos de comenzar el partido, con el gol de Ronaldo, había una cierta esperanza, hubiesen tenido que salir por peteneras del estadio en caso de ganar, ante el delirio nacionalista y la indignación, porque esa victoria, aunque sólo futbolística, para algunos habría representado el triunfo del Estado español ante un territorio que se quiere independizar, hubiese sido tomado mal por todos estos visitantes al estadio portando pancartas y banderas, hubiese sido una gran decepción, la derrota y humillación de una Comunidad Autónoma, que utiliza a un club de fútbol, cuyos socios mayoritariamente están fuera de Cataluña, para imponer su ideología y mostrarlo al resto del mundo, humillando a la vieja España.
Pero lo paradójico es que el resultado fue un inesperado empate, si lo tomamos desde el punto de vista simbólico, estas tablas significan que ni independencia ni centralismo feroz, sino que ambos, el Estado español y el conjunto de catalanes, están condenados a entenderse y a cooperar, sin secesiones ni federalismos, sin crispación por ambos lados, porque tanto monta monta tanto, España incluye Cataluña y Cataluña es parte integral de España y la Unión Europea, sólo contemplaría una incorporación de Cataluña en su seno si España se lo permite, y España por ahí no pasa, porque España somos todos, la Soberanía Nacional es del pueblo español, de todos.
Anoche hubiese sido necesario por parte del poder político este tipo de espectáculos, pero a Cataluña se le ha dado demasiado poder por parte del Gobierno de la Nación, hasta el extremo de que todo este entramado político de llenar un estadio y utilizar un partido de fútbol para mostrar su desacuerdo con formar parte del Estado, ha sido permitido con el visto bueno de una Generalitat politizada y corrompida hasta límites inimaginables.
Me pregunto qué pensaban los jugadores en ese momento mientras corrían detrás de la pelota, porque unos más y otros menos, nadie es indiferente a este tipo de bochornosos espectáculos.
Si España fuese un país serio, anoche se hubiese tomado medidas para evitar este tipo de “demostraciones pacíficas” y exaltaciones que me recordaban a las del Bernabéu con Franco en otros tiempos, mismo perro, diferente collar.

domingo, 7 de octubre de 2012

La metamorfosis

La incapacidad de los gobiernos que ha habido en España (incluido el actual Gobierno) de sacar al país de la crisis económica que padece desde hace casi cuatro años, unido a los sucesos ocurridos en las últimas semanas en Madrid entre manifestantes y miembros de la Policía, ponen de relieve el hecho fundamental de la crisis del Estado español, el Estado de las Autonomías.

Me viene a la cabeza, mientras escribo éstas líneas, la famosa novela de Frank Kafka La metamorfosis publicada en 1915. 
En ella, se nos cuenta la historia de Gregorio Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo, quien un día amanece convertido en una criatura no identificada claramente en ningún momento. Se despierta una mañana como un gran insecto. Tras la metamorfosis, Gregorio se encuentra incapacitado para trabajar. Esto obligará a su padre, a su madre y a su hermana a trabajar. Gregorio sufrirá la incomprensión por parte de toda su familia, que poco a poco irán despreciándolo más e intentando verlo como a un insecto y no como a su familiar.
Al Estado español le ha ocurrido algo semejante que al protagonista de la novela kafkiana, primero ha sido un Estado que ha mantenido a todo tipo de individuos, inmigrantes, estudiantes, independentistas, parados, familias, trabajadores, empresarios, etc., y ahora que es un estado enfermo, deficitario, roto, resquebrajado, muchos de los anteriormente citados, le dan la espalda.
Por un lado los nacionalistas, quienes en 1978 apoyaron masivamente la Constitución española, aprovechan ahora la coyuntura económica del país para pedir a gritos la independencia con la excusa electoral y propagandística de que en una Cataluña libre les iría mucho mejor.
Por otro lado algunos inmigrantes, como los que un servidor ha visto en un viaje en metro, se ríen de la situación, pues, o bien ya han hecho todo el dinero que deseaban hacer (pidiendo en su momento créditos a los bancos españoles y ayudas) o bien, en el caso de los que mencionados, son estudiantes cuyas carreras han sido costeadas con becas españolas del Ministerio de Educación, y que esperan el último año de carrera a terminar sus estudios e irse del país, como decía uno de ellos: “Y que den gracias a que les van a dar 100.000 millones de euros”. Una clara muestra de ingratitud por parte de una gente que fue acogida en su día, estoy hablando de jóvenes africanos matriculados en universidades españolas.
Luego hay los que le dan la espalda al Estado español actual porque son favorables a un posible federalismo, un estado tipo Suiza, dividido en cantones o regiones, o un Estado como Estados Unidos de América, con pequeños mini estados dentro del gran Estado.
Los más reaccionarios son firmes defensores de la unidad de España, por tanto no apuestan por ninguna opción que divida aún más de lo que está, al país, se mantienen en la creencia de que el centralismo, como en Francia o Italia, es la fórmula más eficaz.
Vivimos una época, la de ahora, la actual, en la que España ha llegado al límite de su vieja crisis de identidad como Estado Nación. Una crisis que habría que buscarla atrás en el tiempo, y que su origen podría ser el año
1898. cuando tuvo lugar la pérdida de las últimas colonias del Imperio, Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, a favor de los Estados Unidos de América, este desastre tras la guerra hispano-americana, trajo consigo una crisis moral, del ego, lo cual supuso un gran complejo de inferioridad, del que en mayor o menor medida, España no se ha repuesto aún.

La crisis económica que perdura en España, cuando el resto de países europeos ya han superado esta crisis, y la crisis política de la fórmula del Estado de las Autonomías, plantea la necesidad de un cambio, de una metamorfosis política que nos lleve hacia una nueva forma de administrar el Estado español de manera eficaz, justa y mitigando de una vez por siempre, los dolores nacionalistas.
Este cambio provoca dos reacciones distintas en el pueblo español, el pasotismo o indiferencia y la revolución, la cual puede ser de dos tipos, los que quieren una revolución desde arriba, política, de acuerdo a la Ley y con la Ley, y los que son proclives a una revolución social, desde abajo, enfrentando el Sistema, como por ejemplo los manifestantes del pasado 25 y 29 de septiembre en Madrid.
La revolución desde abajo es un auténtico despropósito y conduciría a un sublime desastre, sí es cierto que la Revolución Francesa funcionó en 1789, pero eran otros tiempos, donde había que acabar con el Antiguo Régimen, el régimen con el que hay que terminar ahora no es un régimen feudal ni viola derechos fundamentales de los individuos, todo lo contrario, con sus errores y logros, podemos decir que vivimos en una democracia consolidada y real.
Una revolución desde abajo sería una revolución sin ley, sería el anarquismo del pueblo, como en épocas pasadas en la Rusia imperial de los zares, o como en la Rumanía de Ceaucescu de 1989, o como en Irán en 1979 cuando el pueblo derrocó al Sha. No funcionaría, porque nos llevaría a un enfrentamiento civil entre hermanos, sería un epílogo a la cruenta Guerra Civil.
No hay cosa que más teman los americanos que la revolución, sobre todo porque las revoluciones se cargan todo lo construido, atentan contra los intereses económicos y llevan a una situación caótica de injusticias humanas y aberraciones políticas, esto queda muy bien reflejado en el libro de Alexis de Tocqueville, “La democracia en América” (1835-1840).
La revolución ha de hacerse desde arriba, una revolución política, una gran metamorfosis, con la Ley y sobre la Ley, siguiendo el modelo político de nuestra Transición que siguió al régimen franquista, ha de hacerse con un gran esfuerzo de cohesión, de integridad y honestidad, dejando de lado los intereses particulares y poniendo el bien general y el interés de todos por encima de cualquier otro asunto.
Esa nueva transición tiene que regenerar el Estado de arriba abajo, no de abajo a arriba, tiene que hacerlo desde lo más alto, es decir, reformando la Constitución, que es la norma máxima y fundamental de un Estado de Derecho como es España.
Reformando la Constitución ha de hacerse hincapié en reformar la división y administración del Estado, que quede claro si se va hacia un modelo federalista o un modelo centralizado. He de decir que no soy partidario de un modelo federalista porque España no esta preparada para ello, un modelo federalista traería una nueva Yugoslavia como la de Tito, y ello desembocaría en guerras civiles por intentos independentistas. No es viable en absoluto el modelo federalista pues España como Estado Nación no fue concebida como modelo federal desde sus inicios, algo que sí ocurrió con los Estados Unidos de América.
Dentro de la reforma de la Constitución ha de reformarse la Ley electoral y el sistema de voto, que haya una ley más justa a la hora de establecer el número de diputados por cada región y el porcentaje de votos para diputado. Ha de modificarse la composición del Congreso, suprimirse el Senado, eliminar las diputaciones provinciales, las autonomías, los gobernadores civiles o comarcales, eliminar la oficialidad de las lenguas vernáculas (gallego, catalán y vasco) para que no se fomente el bilingüismo y el radicalismo a la hora de darle un peso más importante a la lengua vernácula que al castellano en determinadas regiones como está sucediendo. Véase países como Francia, por ejemplo, donde catalán, vasco, bretón, occitano o provenzal son lenguas no reconocidas por la Constitución francesa y no ocurre absolutamente nada, se hablan igual, se utilizan y no se hace de estas lenguas un motivo político.
El siguiente paso a esta reforma de la Ley suprema, la llamada Constitución, es la convocatoria de nuevas elecciones, donde haya un gobierno plural y que represente a todas las tendencias, los cuales modificarán las leyes, haciéndoles más justas, como por ejemplo reformar el sistema educativo (el peor de Europa y uno de los peores del mundo), crear leyes que protejan a los consumidores y ciudadanos, aumentar la inversión en I+D, subir los salarios (los más bajos de Europa) y ajustar los precios (los cuales subieron con el euro) y no se adaptan al tipo de salarios, crear empleo, crear industria para poder crear empleo y un largo etcétera de leyes y mejoras desde una idea clara de Estado, no dejando ningún hueco a los nacionalismos ni a los intereses particulares.
Los miembros de este nuevo Parlamento y Gobierno deberían de ser personas intelectuales, ligadas a la cultura, sin ánimo de lucro o intereses partidistas, personas que mirasen por el bien del pueblo.
Juntos se puede salir de una crisis, por separado no, la unión hace la fuerza dice el dicho, para poder realizar este gran cambio o metamorfosis, es decir, para pasar del estado de este Estado a uno mucho más favorables, tenemos que tener claro, a priori, si queremos una España o cincuenta y una.
Llevamos ya mucho tiempo siendo el hazmerreir de medio mundo, solamente cuando hemos estado unidos de verdad por una causa, se han conseguido logros

lunes, 1 de octubre de 2012

Puro y paro


Una de las fotos más polémicas de la pasada semana fue la imagen tomada por el fotógrafo Jonan Basterra a Mariano Rajoy, en compañía de su séquito y escoltas,  paseándose por la Sexta Avenida de Nueva York, cuando se dirigía a la sede de la ONU, para pronunciar su discurso ante la Asamblea General.
La foto en sí, podría haber pasado desapercibida, sino fuera por el hecho de ver en ella al Presidente del Gobierno español fumando un puro en plena calle, lo cual se contrapone a la tensa situación vivida en Madrid un par de días antes con la manifestación de 25-S, sucesos que volvieron a repetirse  el sábado 29 en la Plaza de Neptuno.
No ha debido de ser una semana horribilis como tal para el Presidente del Gobierno cuando una de las frases que ha pronunciado en Nueva York fue: “Es una situación fascinante ésta que estoy abordando”.
Imagino que viajar a Nueva York, alojarse unos días con todos los gastos pagados en uno de los mejores hoteles, visitar el diario conservador “Wall Street Journal”, caminar por una de las mejores calles de la ciudad  y disfrutar de un caro habano, debe ser fascinante, aunque este señor se olvida, por unos momentos, que está en viaje oficial, no de vacaciones, que la premisa de su viaje es la de mejorar la imagen exterior de un país quebrado, el cual se manifiesta a menudo, porque el paro afecta a millones de personas en España y cientos de miles de familias.
La foto es la antítesis de lo que hemos estado viendo toda la semana pasada en los medios de comunicación, los disturbios en Madrid y los antidisturbios peleándose con los manifestantes. Tanto unos como otros se han excedido en sus propósitos y esto ha traído consigo que los miembros de la Policía hayan perdido los nervios en más de una ocasión. Dicha foto se contrapone a otras fotos más dolorosas que hemos estado viendo en internet y televisiones, donde jóvenes lanzan piedras a los miembros de la Policía y donde los agentes de seguridad apalean a varios de los manifestantes, les toman declaración y se los llevan detenidos. A esta situación, desgraciadamente, hemos llegado en España, un país con casi seis millones de parados.
Rajoy, en lugar de viajar para mejorar la imagen de España ha acudido para deteriorar esa imagen, en primer lugar porque no habla inglés, ningún presidente de los gobiernos que ha habido en España lo ha sabido hablar ni ha hecho el mínimo esfuerzo por aprenderlo, esto marca una barrera sociocultural de cara a las relaciones diplomáticas y políticas difícil de superar, no es lo mismo hablar cara a cara con Barak Obama que utilizando traductores simultáneos.
En segundo lugar, el papel de Rajoy es cómico, es cierto que si antes dábamos por sentado que tiene un cierto parecido con Groucho Marx, la foto de este artículo lo corrobora, faltaba el elemento que mejor lo caracterizase como el hermano mayor de los Marx, el famoso puro. Como tal cómico, ha ido caminando por la céntrica calle de Nueva York dando una imagen ridícula, casposa, mediocre y muy carca. Es la quintaesencia del ridículo, viene a ser como cuando Manuel Fraga se bañó en Palomares en 1966, cuando era Ministro de Información y Turismo.
En tercer lugar, su actitud de cara a los medios y sus declaraciones, dijo “estar fascinado” mientras en España la gente se rebela contra la Policía Nacional, porque creen que su derecho a manifestarse es perturbado por los cuerpos de seguridad, o se violan derechos fundamentales como la libertad de expresión. Todo ello es cuestionable, pues ni los manifestantes tiene que ir a una manifestación con piedras en los bolsillos, o tapas de contenedores de basura pegadas al torso, ni los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado tienen que atemorizar, tirar al suelo o pegar a personas que no han hecho nada más que preguntar por una identificación, repito, todo es cuestionable, ni los malos son tan malos ni los buenos son tan buenos. Pero en una situación así, como la que vive España, donde cada dos o tres días hay una manifestación, en las cuales siempre se introduce alguna personas violenta, así como policías vestidos de calle, decir que la situación le “fascina”, pues denota un cierto tinte sadomasoquista por su parte.
Por último, el acto de encender un puro y fumarlo en plena calle, a efectos de body language (lenguaje corporal, ese que los anglosajones analizan a la perfección y es fundamental para describir las acciones de un individuo), es muy negativo, por el simple hecho de que la acción de encender un puro y fumarlo, se suele realizar en momentos en los que hay que celebrar algo, por ejemplo, o cuando un trabajo ha sido finalizado con éxito; es parte de ese lenguaje corporal del ser humano, al igual que un cigarrillo se fuma para aliviar el nerviosismo, por el efecto de la nicotina, el puro es más glamuroso, es un acto de sentirse bien consigo mismo, es una muestra de poder, denota poder económico, satisfacción, fin de un trabajo bien hecho o de un plan llevado a cabo.
En cualquiera de los citados ejemplos, no veo que Mariano Rajoy haya terminado una labor satisfactoriamente, apenas lleva nueve meses de legislatura y el pueblo ya le está pasando la factura porque muchos se sienten engañados, tampoco hay por qué mostrar satisfacción porque nada se ha logrado aún, ningún objetivo, seguimos padeciendo la crisis desde hace cuatro años, cuando otros países ya han superado dicha crisis, y tampoco veo por ningún lado motivos para celebrar un éxito, porque España está ahogada y, a punto de solicitar el rescate financiero de sus bancos a la Unión Europea.
Dicho lo anterior, este señor ha hecho un ridículo estrepitoso en Nueva York, mientras la Policía Nacional española, amedrenta al pueblo que se manifiesta, porque el nuevo Gobierno le ha dado mayores poderes de coacción. No hay más que sustituir los uniformes actuales por los de los famosos “grises” de antaño y la diferencia es mínima, no se observa diferencia alguna en el paso de casi 40 años, si antes el pueblo español se manifestaba por la falta de libertades, ahora se manifiesta por la falta de capacidad adquisitiva y el endeudamiento paulatino.
El viaje de Rajoy a Estados Unidos ha sido un desastre absoluto, una muestra más de como el nuevo Gobierno sabe hacer el ridículo, en tiempos de crisis en España, el Presidente se fuma un puro, me imagino que no a la salud de los españoles, sino a la de los americanos, que ven con escepticismo sus reformas.
Por un lado un Presidente incompetente que mintió al electorado con su programa se fuma un puro en la Sexta Avenida, porque cree que los que se manifiestan en Madrid o en Barcelona son una minoría y la verdadera mayoría está en su casas, por el otro, la gente de todas las edades que no tiene para comer, que no encuentra un trabajo porque el paro crece cada día y no se encuentra la forma lógica de reducirlo. El ying y el yang, las dos caras de la moneda.
El puro de Rajoy y el paro de España.

domingo, 30 de septiembre de 2012

El Guionista


En esta semana que está a punto de terminar, ha cumplido 80 años el ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, el pasado martes 25 de septiembre.
Suárez, que desde 2003 sufre una demencia senil degenerativa, el mal llamado de Alzheimer, no recuerda quien fue, no hace muchos años, el acertado guionista de un thriller político llamado “La Transición”, un proyecto del rey Juan Carlos I.


Adolfo Suárez fue elegido, a dedo por un rey que aún no era constitucional, presidente del Gobierno el 3 de julio de 1976, tenía entonces 43 años.
Tan pronto como su anunció su nombramiento, surgieron las dudas a los más proclives al cambio y a una aceleración del proceso, pues vieron en él a un falangista de toda la vida, un tecnócrata del Opus que ofrecería más de lo mismo.
Suárez, se convirtió en el segundo presidente de la Monarquía, sustituyendo a Carlos Arias Navarro, último presidente del franquismo, el cual era inviable para los planes del Rey.
La película “La Transición” era un proyecto de más de 40 años atrás, desde que el padre de Juan Carlos I, Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, había heredado los derechos dinásticos de la casa de Borbón española tras la muerte de su padre, el rey Alfonso XIII, en Roma en 1941.
Para poder llevar a cabo esta película, el rey tuvo que esperar a convertirse en Príncipe de España (hoy Príncipe de Asturias) en 1969, vivir a la sombra de un dictador durante casi 30 años, jurar fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales del Reino así como a la figura del dictador Franco.
Pero la película no era esa, pues ello conllevaría a una película de terror y melodramática, de lo que se trataba era de hacer un thriller político, en donde el guión iba a estar confeccionado por un joven político, brillante, elegante, cuya forma de hablar y comportarse no tenía nada que ver con la de aquellos rancios procuradores a Cortes Franquistas, ese hombre de estilo kennediano era Adolfo Suárez, nacido en el pueblo de Cebreros, Ávila, el 25 de septiembre de 1932.
Adolfo Suárez, en palabras del periodista Manuel Campo Vidal, que recientemente ha publicado el libro “Adolfo Suárez: El presidente inesperado de la Transición”, era un personaje “atrevido” para su época, que cada noche “escribía el guión” de la Transición y que, al día siguiente, “como director de escena, y primer actor representaba”.
Nadie lo esperaba como Presidente, había otros políticos, que, por su larga experiencia, podrían haber sido nombrados para realizar este proceso, tales como Manuel Fraga, José María de Areilza, o el propio Torcuato Fernández Miranda, presidente de las Cortes.
Suárez desafió a una época y las últimas Cortes Franquistas con el proyecto de ley para la Reforma Política, las Cortes en pleno votaron la Ley, la 8ª Ley Fundamental del Reino, la última, la cual se cargaba todas las siete anteriores del franquismo, y se daba luz verde al proyecto de reforma y democratización de la sociedad española, haciéndolo con astucia desde dentro, desde el propio sistema, desmontando las propias estructuras del viejo régimen y haciendo honor a la frase de Fernández-Miranda, “ una ley se quita con otra ley”.
Adolfo Suárez ganó como Presidente, dos elecciones más, libres y democráticas, las del 15 de junio de 1977, a cortes constituyentes (para la elaboración y aprobación de la Constitución de 1978), y las legislativas del 3 de marzo de 1979. Suárez, un político habilidoso y excepcional, reunió en torno a su persona y las filas de su partido, la UCD (Unión de Centro Democrático), a un grupo de personas de diferente ideología, socialdemócratas, liberales, democristianos, y demás personas del centro y la derecha reformista democrática.
Indudablemente Suárez jugó sus cartas, y en un periodo corto de tiempo, realizó su más que noble y honrada tarea, la cual tuvo sus peores momentos de tensión con la legalización del Partido Comunista el 9 de abril de 1977, en la fecha que se conoce como “sábado santo rojo” y la disolución del partido único de la Dictadura, El Movimiento.
Nadie más hubiese llevar a cabo este proceso en tan sólo 4 años y medio. Los peores años de la Transición los vivió Suárez, primer inquilino del Palacio de la Moncloa, en los años 79 y 80, cuando la escalada de atentados militares de ETA puso en jaque y preocupó a los estamentos militares más reaccionarios.
Dicen que una buena retirada a tiempo es una victoria, Suárez hizo caso a esta premisa y el 29 de enero de 1981 anunció por televisión española su dimisión, sería sucedido por su vicepresidente Leopoldo Calvo Sotelo, para el cual hubo que llevar a cabo dos tandas de votaciones en el Congreso, siendo durante la segunda tanda de votaciones, cuando irrumpe Tejero y la Guardia Civil en el hemiciclo para intentar dar un golpe de Estado.

Adolfo Suárez, como toda persona carismática en política, fue traicionado por los suyos, quienes le abandonaron, es éste el motivo principal por el que deja la presidencia del Gobierno antes de terminar la legislatura.
Hoy, recluido en su domicilio familiar, apenas recuerda quien es y quien fue, pero el resto de españoles si le recordamos, recordamos sus emblemáticas frases como “Puedo prometer y prometo” o lo que dijo cuando anunció que dejaba la Presidencia “Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España”.
La película española “La Transición”, un proyecto antiguo de Juan de Borbón y continuado por su hijo, el rey Juan Carlos I, ha tenido sus imitadores en muchos otros países, pues, tal cual obra maestra, ha sido, y es, admirada en todo el mundo, pero en algunos casos no ha funcionado en esos países, pues no ha contado con la presencia de un excelente guionista como lo fue Adolfo Suárez.
Ojalá se hiciesen películas hoy en día como estas de “La Transición”, donde había un espíritu de concordia, donde primaban los intereses generales y no los particulares, y los políticos, eran al menos honrados. Hoy vemos que proliferan una serie de películas de serie B, que utilizan una serie de subtítulos en castellano y que se centran en los temas regionales y nos hablan de absurdeces como la independencia. “La Transición” ha ganado todos los premios habidos y por haber, es ya una obra mítica, su director y productor, el rey Juan Carlos I fue galardonado en 1987 con el Premio Carlomagno, la máxima condecoración europea por el esfuerzo realizado por llevar al país a una democracia parlamentaria.
Tuvo una exitosa segunda parte “La transición II, el cambio” (1982) que tuvo otro guionista distinto, Felipe González Márquez, la cual puso a España en el mapa mundial y nos modernizó.
No estaría mal que los políticos actuales se mirasen en Suárez a la hora de legislar, dejando de lado sus ambiciones personales y dando prioridad al interés general del Estado, el cual arrastra una crisis desde 2008, de la que no se ha salido aún.
Como Suárez dijo en las Cortes españolas allá por 1976, citando al poeta Antonio Machado:

«Está el hoy abierto al mañana
mañana al infinito Hombres de España:
Ni el pasado ha muerto
Ni están el mañana ni el ayer escritos.»

Por encima de cualquier otro político, incluyendo al Rey, Adolfo Suárez es, junto con Felipe González, el político más sobresaliente del siglo XX.

 

lunes, 24 de septiembre de 2012

“Las Autonosuyas

No se trata de una crisis del Estado de derecho, ni de una crisis de la democracia, tampoco una crisis de la Monarquía, y mucho menos, del estado de bienestar. Se trata de una crisis de identidad que España arrastra desde hace un tiempo, ya largo, de si es una o muchas.

Es una crisis del Estado de las Autonomías, el cual nació con la Constitución de 1978, aquella fórmula del café para todos, la cual permitió que unas autonomías accediesen al Estatuto por la vía rápida (caso de Andalucía, Cataluña, Galicia, Navarra y País Vasco) y el resto (Principado de Asturias, Cantabria, La Rioja, Castilla y León, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Comunidad de Madrid, Islas Baleares, Islas Canarias, Aragón, y Extremadura) lo hiciesen a través del procedimiento ordinario.
Desde entonces, hace ya casi 35 años, hemos estado viviendo con un modelo que, si a priori, parecía la mejor opción para un país que venía de una dictadura nacionalcatolicista y centralizadora, a la postre, ha resultado ser inviable.
Es inviable en todos los aspectos de la política y ello afecta al día a día de los ciudadanos, uno de los ejemplos clave de este modelo autonómico, es la osadía de Cataluña a pedir la emancipación del resto del Estado. Algo que no es más que el caballo de batalla de unos cuantos millones de personas, acabará siendo el modelo a copiar por parte de otras regiones.
El Estado ha entrado en crisis, sí, pero esta crisis se debe a que el modelo autonómico trajo consigo una diferente distribución de la riqueza, de la cual, unos reciben más y otros menos dineros, y a cambio, lo mismo, unos aportan más y otros aportan menos, la balanza no se equilibra y las cuentas no salen.
Durante la Transición se quiso hacer un modelo a medio camino entre el federalismo de los Estados Unidos y el centralismo de Francia, por eso se optó por la tercera vía, la España de las Autonomías, que ha terminado haciendo honor al título de aquella película de los 80 “Las Autonosuyas”, porque suyas son, muy suyas, sobre todo determinadas comunidades a donde uno viaja y ya de llegada te hacen sentir como que no eres de allí.
Los expertos juristas que en su día fueron padres de la Constitución, crearon, sin ser conscientes de ello, un reino de taifas, es decir, que estamos planteándonos el volver atrás en el tiempo, a la  época anterior a la unificación dinástica de los Reyes Católicos, ¿qué va a ser lo próximo? ¿El Califato de Córdoba?
La única salida viable para estos tiempos de crisis que nos toca vivir, crisis económica de la que se responsabiliza al Estado de las Autonomías, por ser incapaz de resolverla en un plazo corto de tiempo, parece discurrir por la vía del Federalismo.
Ahora bien, ese Federalismo no conlleva que cada región de España vaya por libre y tenga una autogestión total, sino que tendría que seguir habiendo una administración central, como la hay en Estados Unidos y una figura central como jefe de Estado como la hay en Estados Unidos, es decir, que es perfectamente compatible la figura del rey Juan Carlos con un modelo federal de Estado.
La otra opción, y no sé si el pueblo español está preparado para ello, pasa por volver a un estado centralizado, sin comunidades autónomas, como en Francia o Italia, o Alemania, un estado más fuerte que desde Madrid administre todas las regiones de España, a las que se se podría llamar Departamentos o Regiones o Territorios, la figura del monarca, en este caso también es indispensable.
Una crisis económica se soluciona desde la unión, para eso el modelo de estado centralizado sería eficaz, como el que existe en los países vecinos de Europa, una mejor administración y distribución de la riqueza desde Madrid, o desde cualquier otro punto de España para solventar una crisis económica, que dura ya desde 2009.
Cuando España ha estado mejor en su historia es desde la unión, haciendo honor al dicho de que “la unión hace la fuerza”, pero cada vez que hemos tenido disputas internas, nos hemos quedado siempre a las puertas de algo, ahí está el ejemplo de los deportes o de los asuntos internacionales, donde siempre tenemos que asistir a la lucha Madrid-Barcelona, la cual no tiene sentido ninguno.
Una crisis económica no se soluciona desde Alcorcón, ni desde Burjassot, ni desde Palma de Mallorca, porque el federalismo traería consigo unas desigualdades totales de riqueza y bienestar, y traería consigo una clase política corrupta que dejaría cada región seca de recursos.
¿Cuál es la identidad de España? ¿Es un país multicultural, con varias lenguas habladas, con diferentes religiones y con diferentes razas? Bien, Reino Unido lo es y no por ello cada idioma quee se habla es oficial ni cada territorio busca la independencia, sino que, al contrario, se utiliza la unión para crear la fuerza, por eso la bandera de Reino Unido es la Union Jack, una bandera que representa la unión de tres colores, cada color a su vez representa a uno de los tres países que forman Reino Unido.
No hay político en España que haya sabido manejar el tema de los nacionalismo y meterles en cintura, hace falta valor y mucho temple, si España es una y no cincuenta y una, por tanto habrá que crear un estado fuerte capaz de salir de la crisis, no un estado con 4 idiomas oficiales, porque España no es Suiza, ni es tampoco India, España es un país donde hay una historia común de estado nación que se remonta al siglo XV, todo lo demás son fábulas distorsionadas de la realidad y cortinas de humo que nos venden los políticos nacionalistas para buscar su propio beneficio y engañar a la plebe.
Si se aboga por un modelo federal, cada federación o territorio tiene que tener los mismos privilegios, no como la fórmula del 78, que por una razón de exclusividad y de haber tenido órganos preautonómicos reconocidos legalmente , unos accedieron a una vía rápida y a una serie de privilegios que los que accedieron por el procedimiento normal no pudieron disfrutar (Conviene recordar que País Vasco y Cataluña jamás han sido reinos, en tal caso Aragón, Galicia, Asturias, Granada, o Navarra).
Un Estado vertebrado, consistente, y no un estado que se descompone a piezas por la pericia de unos pocos políticos corruptos que hay en determinadas regiones, copiemos el modelo francés o italiano de centralización, o, si se va por la vía del federalismo, tipo Suiza o Estados Unidos, que sea equitativo para cada región y que siga existiendo una administración central en caso de conflicto, pero lo que se haga, que se haga bien, porque los errores de cara a un futuro se pagan muy caros, a la vista está lo que nos toca vivir en estos años, la incertidumbre, la poca coherencia, el despropósito, se mezclan churras con merina, independentismo de un antiguo condado de Aragón porque la crisis también les ha afectado a ellos como al resto del país y los políticos catalanes se aprovechan.
Hay que saber estar a la duras y a las maduras, arrimar el hombro cuando viene Paco con las rebajas y saber, que juntos, se puede salir, separados no, y si no, basta con mirar a Alemania, como se reunificó en 1990 tras la caída del muro de Berlín y las condiciones en que se reunieron los dos países.
Para superar una crisis personal, primero establecer la identidad, realzarla, creer en ella, luego se superará todo lo demás.

domingo, 23 de septiembre de 2012

El mercenario



Se conoce como mercenario a aquel soldado que lucha o participa en un conflicto bélico por su beneficio económico y personal, normalmente con poca o nula consideración en la ideología, nacionalidad o preferencias políticas con el bando para el que lucha.

Con el tiempo, el término se ha ido ampliando y se aplica a todo aquel que trabaja por la pasta en un lugar, grupo o partido en el que no cree y que va en contra de sus verdaderos ideales.

El señor José Guardiola (no confundir con el cantante) más conocido en catalán como Josep, o Pep Guardiola, ha acudido a México éste sábado, 22 de septiembre, para participar como orador en una conferencia ante 10.000 estudiantes, en un foro convocado por la Fundación Telmex, que preside el hombre más rico del mundo, el magnate mexicano Carlos Slim.

Entre las muchas hipócritas frases que este señor ha soltado sobre sí mismo y de su vida, me quedo con la fase más emblemática de la jornada, “Nunca se sabe”, respondiendo a la pregunta de si se plantea algún día entrenar a la Selección Española de fútbol, a lo que continúa diciendo: “en Nueva York se está bien (le pagan bastante, claro), aquí estaré un año. No sé cuando voy a regresar, dije que este año no entreno, y si tengo ganas de entrenar lo haré, pero en este momento no las tengo”.

Guardiola no responde un no rotundo, tampoco dice sí de manera contundente, sino que explica “nunca se sabe”, es decir, que deja abierta la posibilidad de que un día le llamen de Madrid y le pregunten si acepta entrenar a los jugadores de la Selección.

Hace menos de una semana, Guardiola participaba desde Nueva York, vía videoconferencia, dando su apoyo a la manifestación independentista de Barcelona, del pasado 11 de septiembre, con las palabras “Desde Nueva York, aquí tenéis uno más” y enseñando a cámara la papeleta verde que exhibía en su mano, significativa del voto afirmativo de independencia de Cataluña.

Donde dije digo, digo Diego. Palabra de mercenario, en Nueva York apoya la causa independentista de Cataluña de separarse del resto del Estado y acude a México y responde que “nunca se sabe” a la pregunta de si entrenaría a la Selección.

¿Acaso este hombre es bipolar, se ha vuelto loco o es que el dinero hace lo imposible? ¿Con qué desfachatez se atreve un señor, que lo único que ha hecho en su vida es darle a la pelota, decir que se plantea en un futuro no muy lejano entrenar a la Selección del país del que se quiere independizar?

El señor Guardiola, ya por lo pronto, no debería ni de haber sido invitado a esa conferencia, porque una cosa es que haya sido buen deportista, y la otra que pretenda ser un lumbrera al estilo Steve Jacobs y darnos lecciones de como triunfar en la vida, es decir, guiándote por la pasta. A Dios rogando y con el mazo dando, ser buen catalán es llorar por la independencia mientras te lucras de España.

Guardiola, por desgracia, no es el único mercenario de España, de hecho España es un país de mercenarios, los de derechas se metían allá por los 80 en las filas del PSOE para poder lucrarse y beneficiarse de la política, y a la inversa, hoy tenemos a antiguos socialistas que militan en las bases del PP, ocurre en todos los ámbitos de la vida de este país, los mercenarios están en todos los estamentos sociales, no sólo en el deporte. No hay más que acudir a embajadas españolas repartidas por el mundo y ver que, en algunas de ellas, hay independentistas catalanes trabajando.

Guardiola, con sus pasadas declaraciones y con las de ayer sábado, se está cavando su propia tumba, está dando un mal ejemplo a la juventud, de hecho ya lo ha conseguido en México, pues les está explicando a estudiantes como triunfar en la vida, pobres estudiantes si tienen que creerle algo a este señor, que durante años ha jugado en la Selección Española mientras en Barcelona lloraba por el independentismo.

España es un país de zalameros y mercenarios, todo sea por el dinero y el poder, por medrar, por egoísmo personal. Guardiola y otros tantos del FC Barcelona han conseguido, no sólo politizar el fútbol y el club, sino que mucha gente se borre como socios de un club, que está mayoritariamente formado por socios de toda España.

“La clave del éxito es encontrar y hacer lo que te apasiona. Yo no he vivido de mi pasión, he vivido con mi pasión”. Guardiola quiere decir con éstas palabras, que él ha hecho lo que le ha dado dinero, sí le apasiona el fútbol, pero no le apasionaba jugar en la Selección, pero como el dinero era muy tentador lo hacía, y ha vivido con esa pasión de ganar dinero hasta que se ha retirado.

Si este señor ha triunfado es porque el resto del país está aborregado, un deportista millonario más a engrosar la lista de personas que dan conferencias sobre su éxito personal a estudiantes que no saben que harán cuando terminen sus estudios, que quiere independizarse de España pero seguir beneficiándose económicamente de ella.

Guardiola no tiene la formación académica necesaria para ir hablando a unos estudiantes, los cuales, a partir de este momento, seguro que se plantearán dejar los estudios y aspirarán a ser famosos, ese es el pan nuestro de cada día en España porque es lo que los medios de comunicación (algunos) nos han vendido.

Semanas atrás abogaba por una nación catalana y ahora se plantea la posibilidad de ser Seleccionador Nacional.

¿Qué relación puede tener un independentista catalán confeso con la Selección Nacional de fútbol española?

Pues ojo al dato, como diría José María García, porque en un país de cobardes como es España, en un plazo corto de tiempo, auguro que Guardiola será el próximo Seleccionador Nacional, el nuevo mercenario.

Vivir para ver.