Mostrando entradas con la etiqueta José Ignacio Wert. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta José Ignacio Wert. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de octubre de 2012

Una, grande y libre Cataluña



“Explicamos el Estado plurinacional, no la España una, grande y libre” dijo el pasado domingo  Artur Mas, aludiendo a la polémica surgida por la declaración del Ministro de Educación, José Ignacio  Wert de que había que “españolizar a los niños catalanes”. Continúa el nacionalismo haciendo demagogia barata de la inoportuna, pero no por ello errónea, expresión del Ministro de Educación y Ciencia, de la cual se ha hablado en todos los medios la semana pasada.
Mas nos quiere contar la historia de que los niños catalanes tienen un sistema educativo mejor que el del resto de España, dando a entender que la historia que se estudia en Valladolid o en La Rioja está viciada, alterada, para darle el mérito a los vencedores y quitárselo a los vencidos, mentira, ni lo uno ni lo otro, falso, la historia que se estudia en España, en todo el territorio, de norte a sur y de este a oeste es neutral, con sus pros y sus contras, objetivista dentro de lo posible y no se omite nada, ni de un siglo ni de otro. Es una Historia verídica e imparcial.
Por contra, la Historia que se estudia en Cataluña, y a la vista está porque hemos observado diversos ejemplos en medios de comunicación como el pasado viernes en el programa de Intereconomía El gato al agua, es una Historia segmentada, parcialista, alterada, se omiten muchos episodios históricos, y los niños catalanes acaban la primaria, la ESO y el bachillerato, no sabiendo temas cruciales en la larga Historia de España, se les adoctrina desde el idioma catalán y desde el estudio, haciéndoles ver que el Estado español es un estado opresor y lleno de maldad que ahoga a la pobre Cataluña, crecen con esa idea, formados en un odio hacia todo lo que huela o respire a  español, para luego acabar sentados de parlamentarios en la Generalitat tomando medidas  como prohibir las corridas de toros, fruto de ese pensamiento único.
El Ministro Wert ha dicho la palabra de la discordia esta pasada semana, “españolizar”, ¿acaso está mal visto el término “españolizar”? Sí, sin lugar a dudas, por el Franquismo, apoyado por la Iglesia, que trató de españolizar a base de torturas y palos a aquellos que no comulgaban con sus  ideas, y actualmente por los inmigrantes latinoamericanos en España, que llevan en la cabeza la historia de que España cuando era un Imperio les robó el oro en esa empresa histórica de  “españolizar”. Unos y otros han convertido el término “españolizar” en un sinónimo de “imponer”.
Tan correcto es decir “españolizar” como decir “americanizar” o “afrancesar”, por suerte o por desgracia vivimos en un país llamado España, donde se habla mayoritariamente español, con una democracia consolidada, con sus ventajas e inconvenientes, pero a nadie se le pasa por la cabeza pensar que “españolizar” signifique intentar adoctrinar a los niños catalanes en algo que no sea constitucional y democrático.
Anticonstitucional debería de ser lo que ha estado haciendo el Gobierno de Cataluña con el sistema educativo catalán, pervirtiendo a los niños que ninguna culpa tienen y convirtiéndolos en instrumentos a sus favor de cara al futuro, ahogando las opciones a muchas familias de escolarizar a sus hijos en castellano.
Un  presidente de una Comunidad Autónoma así, debería de ser declarado anticonstitucional y  cesado de inmediato, porque avergüenza al resto del Estado creando mercenarios, haciendo propaganda barata y apología de un territorio que, si acaso algo fue en el pasado, pasó por el simple hecho de ser un condado del Reino de Aragón, pero estos niños estudian unos libros en los que se les dice que son una Nación desde hace mil años, o sea, desde antes que España existiera como Nación, ¿acaso no es eso manipular la Historia? El Ministro está en su derecho y tiene toda la razón cuando dijo su emblemática frase, la cual se comentó entre el rey Juan Carlos y Mariano Rajoy el día del desfile de las Fuerzas Armadas, dando lugar a otra polémica por una supuesta riña del Rey a Rajoy.
Lo que el Ministro debería de haber dicho en lugar de “españolizar”, pero no porque la palabra “españolizar” sea algo ofensivo o políticamente incorrecto, sino porque en pleno siglo XXI no  hace falta españolizar a nadie, porque todos en mayor o menor medida lo somos, lo que tendría que haber dicho es “hay que alfabetizar en algunas asignaturas a los niños catalanes”, no porque no sepan leer ni escribir, que sí saben, sino porque son analfabetos en asignaturas como Historia de España, donde se estudia el origen de Cataluña como algo divino y celestial, proverbial y único, como una cruzada en la historia cuya misión es el independentismo, ¿acaso no nos recuerda a los libros de educación del Franquismo? Idéntica misión, diferente tipo de nacionalismo, pero misma actitud de manipulación histórica a su antojo, donde se les cuenta que vienen de un ser todopoderoso, de una raza que esta por encima del bien y del mal y donde nunca estuvieron los romanos ni los griegos en su territorio.
El Ministro ha comenzado una muy noble tarea de devolverle a la juventud y a los niños el derecho a recibir una educación completa, donde estudien la invasión árabe de España, a Isabel II, que muchos de ellos ni saben quien fue, la caída del Imperio Romano, la Paz de Amiens, el Tratado de Versalles, la independencia de Guinea Ecuatorial, el desastre Colonial, o la Batalla de Trafalgar, porque sólo están haciendo hincapié en los capítulos referentes a Cataluña a lo largo de la historia, es decir, cuando nunca ha sido un país o nación en la Historia, y el resto de Historia se la inventan de forma troceada, poniendo y quitando lo que más o menos les gusta.
Por  tanto,  mientras  en  España  se  estudia  una  Historia  completa,  basada  en  la  libertad,  ajustada  a  los parámetros de la realidad tal y como fue, en Cataluña se les hace creer que son Una (sin España),Grande (se les  hace  creer  a  los  jóvenes  que  estarían  mejor y  más   prósperos  sin  España) y Libre  (afán  de independentismo).
Cataluña en esa línea política y de ideología va camino de ser un IV Reich del siglo XXI, y el  Estado en su conjunto,  va siendo hora de que empiece a detenerlo, la educación puede ser un buen sistema de corregir los intentos de adoctrinamiento por parte de partidos nacionalistas que gobiernan dicho territorio, pero hace falta mano dura para ello, y valor, porque no es de recibo, que en un país como el nuestro, tan viejo, tan evolucionado en algunos aspectos, se permitan hechos  como estos, que no tienen precedente, se trata de corregir los desperfectos de gobiernos anteriores, que tuvieron manga ancha con Cataluña, porque no podemos fiarnos de alguien que nos pueda traicionar, ya nunca más, ni caminar hacia ningún tipo de Federalismo.

lunes, 15 de octubre de 2012

Una democracia de muy mal gusto

Vivimos en una democracia de la que parece que, cada día más, cuesta fiarse. Uno de los rasgos esenciales de la democracia es la atribución de derechos y deberes a todo individuo e instituciones.

En época de crisis y vacas flacas, como la que estamos sufriendo desde hace unos años, el límite de los derechos y deberes parece estar difuso, y se sobrepasa en ocasiones numeradas.
Así, el mes pasado asistimos a actos vandálicos por parte de los manifestantes de Madrid del 25 y 29 de septiembre y a actos violentos por parte de los miembros de la Policía.
La pasada semana, observamos con ira e indignación como un presidente autonómico dijo que va a convocar un referéndum, en plena campaña electoral, para preguntarle a los habitantes de dicha Comunidad si quieren la independencia o no.
Por último, asistimos a una supuesta riña del Rey a Rajoy, durante el desfile de las Fuerzas Armadas, con motivo de las declaraciones del Ministro José Ignacio Wert sobre que “había que españolizar a los niños catalanes”, a lo cual Artur Mas, líder de CiU y Presidente en funciones de la Generalitat, ha respondido que en el resto de España la Educación es la de la época de Franco, “una grande y libre”.
Partiendo de la base de que, una vez más, el Rey se ha excedido en su papel constitucional, y ha llamado la atención a Rajoy, por la frase del Ministro de “españolizar”, estamos de nuevo ante uno de esos típicos casos frecuentes en los últimos años en los que Su Majestad se olvida de su papel de moderador neutral y símbolo del Estado, lo cual significa que no tiene atribución alguna para interferir en las labores del Gobierno, ni tan siquiera para opinar.
Me viene a la cabeza la imagen del Rey hace unos años mandando callar al Presidente Hugo Chávez en una de las Cumbres Iberoamericanas, aquel famoso “por qué no te callas” dio la vuelta al mundo, si bien era gracioso y se imitó hasta la saciedad, conviene recordar que, a Chávez, lo eligieron en las urnas, al Rey de alguna manera no, se le refrendó en el 78 votando la Constitución, pero no se le votó en referéndum, para bien o para mal, es más democrático Chávez que Su Majestad.
La democracia española cojea de tiempo acá, parece como que algunos, no todos, han optado por extralimitarse de su papel y van más allá de sus funciones, vemos con pavor como un presidente autonómico desafía al resto del Estado amenazando con convocar un referéndum anticonstitucional, contemplamos a un Príncipe que expresa su opinión sobre Cataluña diciendo que “es un problema menor”, siguiendo los pasos de su padre de opinar sobre la política de Estado, y por último, observamos que el Rey, supuestamente ha reprendido a Rajoy por un tema que no le debería de incumbir.
No sólo contemplamos como cada líder político, gubernamental o hasta el propio Jefe del Estado opina lo que quiere fuera de sus atribuciones e, incluso en algunos casos, fuera de la legalidad vigente, sino que los españoles estamos desinformados o mal informados por esta llamada democracia.
Aún no está claro si el Rey reprendió o no a Mariano Rajoy, durante días se ha especulado sobre este tema, pero lo gracioso viene cuando tanto Zarzuela como Moncloa desmiente que Su Majestad llamase la atención a Mariano Rajoy durante la celebración del Día de la Hispanidad, el pasado viernes, aunque todos pudimos ver en la televisión como hablaban del tema, por tanto el tema de “españolizar a los niños catalanes” era preocupante para el Rey.
Es más, aún no sabemos con certeza si hubo tal llamada de atención, he visto las imágenes un centenar de veces y puedo afirmar que veo que conversan preocupados sobre el tema, pero sí parece que el Rey le pregunta a Rajoy por la declaración del Ministro Wert y Rajoy se encoge de hombros y dice no saber qué opinar, como avergonzado.
Por tanto, asistimos a un bochornoso espectáculo de un Rey constitucional llamando la atención a un Presidente del Gobierno elegido democráticamente, sobre unas declaraciones muy honestas del Ministro de Educación, sobre algo que todos estamos de acuerdo, en que el modelo de educación catalán es partidista, nacionalista, la Historia que estudian los niños es sesgada, inventada y manipulada y se les fomenta ya desde niños, con mentiras y errores históricos, el odio hacia el resto del Estado, con la argumentación de que el Estado español les roba.
Y para rematar tal esperpento, el señor Mas, dice que va a convocar un referéndum, sea ilegal o no, para consultarle a la gente de Cataluña si quieren ser independientes o no. Caso único en Europa.
Falla la Democracia, va camino de convertirse en una Fallocracia, el Rey, con la edad, interfiere cada vez más en la opinión de los líderes políticos y en sus asuntos, opina sobre la actualidad, no sólo él, sino su hijo y nuera, algunos líderes políticos que son presidentes autonómicos, amenazan al conjunto de la Nación con convocar referéndums ilegales y el Príncipe, con sorna, dice que lo de Cataluña es “un problema menor”.
El pueblo español duda de si el Rey riñó o no Rajoy, yo pienso que sí, pero ahora intentar hacer un lavado de imagen, secundado por Moncloa, que sigue los dictados de Zarzuela en este tipo de menesteres. Una vez más se ha metido la pata, Mas se debe de estar frotando las manos. Al Príncipe le da igual, sólo quiere reinar y que su padre abdique. No lo hará. Como diría la Reina de Gran Bretaña “it’s a duty for life” (es un trabajo para toda la vida).
Pésimo papel de los máximos responsables del país, una vez más, mostrando una democracia con desniveles, a la que le fallan los cimientos, el protocolo, la frontera entre los límites de competencias, de muy mal gusto, una democracia hortera y donde cada cual hace o dice lo que le da la real gana. Sólo nos queda pensar que los tribunales y la justicia pueden, de vez en cuando, poner un freno a tal osadas aventuras. Para ello está el Tribunal Constitucional, del cual dudo también.