Le ha llegado la hora al “preparao”,
por fin, después de años de espera, papa le deja pilotar la nave del estado en
solitario, la repera. El principito tuvo una formación académica que ninguno de
sus antepasados disfrutó por falta de capacidades intelectuales, por cada
Máster que estudiaba una novia se echaba, todas ellas por Zarzuela
descartadas por no cumplir las obligaciones de una real dama. Y dio con la
periodista atea, roja, divorciada, Letizia Ortiz se llama, y la monarquía se
hizo republicana, tanto, que el partido PODEMOS ha obtenido un buen resultado
en las elecciones europeas, lo cual ha supuesto una gran preocupación para el
viejo monarca, quien se rinde cansado de caminar con muletas a sus anchas. Dice
Cayo Lara que conviene debatir no sólo la ley orgánica que asegura la sucesión,
sino también si queremos república o monarquía como religión. No imagino a Jesús
Posada como cabeza de estado, antes prefiero a Felipe, el rey modelo, que si no
hubiese sido príncipe en nómina del estado español, hubiese sido maniquí de
Calvin Klein. Para que el nuevo rey se gane su trono, tiene que jugar la
ansiada carta, el referendum (no el de Cataluña), preguntarle al pueblo qué
quiere el pueblo, si seguir o no con ellos, los borbones, o mandarlos a los
tiburones , si el pueblo habla y dice “pasapalabra”, entonces Felipe ve y haz
lo que te dé la real gana, será un reinado usurpado, pues el pueblo quiere cambio,
pero si en cambio el pueblo amadrina el borbonismo, ¿cómo será a partir de
ahora la vida de los separatistas y republicanos?
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lunes, 2 de junio de 2014
Felipe VI
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lunes, 15 de octubre de 2012
Una democracia de muy mal gusto
Vivimos en una democracia de la que parece que, cada día más, cuesta fiarse. Uno de los rasgos esenciales de la democracia es la atribución de derechos y deberes a todo individuo e instituciones.
En época de crisis y vacas flacas, como la que estamos sufriendo desde hace unos años, el límite de los derechos y deberes parece estar difuso, y se sobrepasa en ocasiones numeradas.
Así, el mes pasado asistimos a actos vandálicos por parte de los manifestantes de Madrid del 25 y 29 de septiembre y a actos violentos por parte de los miembros de la Policía.
La pasada semana, observamos con ira e indignación como un presidente autonómico dijo que va a convocar un referéndum, en plena campaña electoral, para preguntarle a los habitantes de dicha Comunidad si quieren la independencia o no.
Por último, asistimos a una supuesta riña del Rey a Rajoy, durante el desfile de las Fuerzas Armadas, con motivo de las declaraciones del Ministro José Ignacio Wert sobre que “había que españolizar a los niños catalanes”, a lo cual Artur Mas, líder de CiU y Presidente en funciones de la Generalitat, ha respondido que en el resto de España la Educación es la de la época de Franco, “una grande y libre”.
Partiendo de la base de que, una vez más, el Rey se ha excedido en su papel constitucional, y ha llamado la atención a Rajoy, por la frase del Ministro de “españolizar”, estamos de nuevo ante uno de esos típicos casos frecuentes en los últimos años en los que Su Majestad se olvida de su papel de moderador neutral y símbolo del Estado, lo cual significa que no tiene atribución alguna para interferir en las labores del Gobierno, ni tan siquiera para opinar.
Me viene a la cabeza la imagen del Rey hace unos años mandando callar al Presidente Hugo Chávez en una de las Cumbres Iberoamericanas, aquel famoso “por qué no te callas” dio la vuelta al mundo, si bien era gracioso y se imitó hasta la saciedad, conviene recordar que, a Chávez, lo eligieron en las urnas, al Rey de alguna manera no, se le refrendó en el 78 votando la Constitución, pero no se le votó en referéndum, para bien o para mal, es más democrático Chávez que Su Majestad.
La democracia española cojea de tiempo acá, parece como que algunos, no todos, han optado por extralimitarse de su papel y van más allá de sus funciones, vemos con pavor como un presidente autonómico desafía al resto del Estado amenazando con convocar un referéndum anticonstitucional, contemplamos a un Príncipe que expresa su opinión sobre Cataluña diciendo que “es un problema menor”, siguiendo los pasos de su padre de opinar sobre la política de Estado, y por último, observamos que el Rey, supuestamente ha reprendido a Rajoy por un tema que no le debería de incumbir.
No sólo contemplamos como cada líder político, gubernamental o hasta el propio Jefe del Estado opina lo que quiere fuera de sus atribuciones e, incluso en algunos casos, fuera de la legalidad vigente, sino que los españoles estamos desinformados o mal informados por esta llamada democracia.
Aún no está claro si el Rey reprendió o no a Mariano Rajoy, durante días se ha especulado sobre este tema, pero lo gracioso viene cuando tanto Zarzuela como Moncloa desmiente que Su Majestad llamase la atención a Mariano Rajoy durante la celebración del Día de la Hispanidad, el pasado viernes, aunque todos pudimos ver en la televisión como hablaban del tema, por tanto el tema de “españolizar a los niños catalanes” era preocupante para el Rey.
Es más, aún no sabemos con certeza si hubo tal llamada de atención, he visto las imágenes un centenar de veces y puedo afirmar que veo que conversan preocupados sobre el tema, pero sí parece que el Rey le pregunta a Rajoy por la declaración del Ministro Wert y Rajoy se encoge de hombros y dice no saber qué opinar, como avergonzado.
Por tanto, asistimos a un bochornoso espectáculo de un Rey constitucional llamando la atención a un Presidente del Gobierno elegido democráticamente, sobre unas declaraciones muy honestas del Ministro de Educación, sobre algo que todos estamos de acuerdo, en que el modelo de educación catalán es partidista, nacionalista, la Historia que estudian los niños es sesgada, inventada y manipulada y se les fomenta ya desde niños, con mentiras y errores históricos, el odio hacia el resto del Estado, con la argumentación de que el Estado español les roba.
Y para rematar tal esperpento, el señor Mas, dice que va a convocar un referéndum, sea ilegal o no, para consultarle a la gente de Cataluña si quieren ser independientes o no. Caso único en Europa.
Falla la Democracia, va camino de convertirse en una Fallocracia, el Rey, con la edad, interfiere cada vez más en la opinión de los líderes políticos y en sus asuntos, opina sobre la actualidad, no sólo él, sino su hijo y nuera, algunos líderes políticos que son presidentes autonómicos, amenazan al conjunto de la Nación con convocar referéndums ilegales y el Príncipe, con sorna, dice que lo de Cataluña es “un problema menor”.
El pueblo español duda de si el Rey riñó o no Rajoy, yo pienso que sí, pero ahora intentar hacer un lavado de imagen, secundado por Moncloa, que sigue los dictados de Zarzuela en este tipo de menesteres. Una vez más se ha metido la pata, Mas se debe de estar frotando las manos. Al Príncipe le da igual, sólo quiere reinar y que su padre abdique. No lo hará. Como diría la Reina de Gran Bretaña “it’s a duty for life” (es un trabajo para toda la vida).
Pésimo papel de los máximos responsables del país, una vez más, mostrando una democracia con desniveles, a la que le fallan los cimientos, el protocolo, la frontera entre los límites de competencias, de muy mal gusto, una democracia hortera y donde cada cual hace o dice lo que le da la real gana. Sólo nos queda pensar que los tribunales y la justicia pueden, de vez en cuando, poner un freno a tal osadas aventuras. Para ello está el Tribunal Constitucional, del cual dudo también.
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