El exterior de la iglesia de Muros de Nalón presenta en la actualidad un aspecto de abandono lamentable, muy especialmente en su fachada, el tiempo ha pasado por ella y ha dejado su huella, es necesario que dé comienzo una restauración.
Yo propongo que se la pinte de
rosa, así tal cual, que se la pinte de rosa para que destaque aún más en medio
de los otros edificios de la plaza, una torre de campanario en rosa palo
llamaría la atención desde la carretera principal que atraviesa El Parador.
Que se la pinte de rosa, en
solidaridad con todos los que se marcharon, de rosa palo por los palos que
recibieron los pobres que defendían la legitimidad de la barbarie, que se la
pinte de rosa para solidarizarse con todos aquellos que se tuvieron que ir
obligados o no por las circunstancias; que se la pinte de rosa en memoria de
los distintos, de los raros, de los advenedizos (como dijo un ex-alcalde
asturiano), de los modernos, de los que vivían con 30 años de adelanto, que se
la pinte de rosa en memoria de los que se fueron y no regresaron, porque no
tuvieron más remedio, porque lo prefirieron o porque se vieron obligados.
Que se la pinte de rosa, para
callar las bocas de las chonis de
pueblo, que son las peores periodistas de este país nuestro, que viven en la
caverna del infierno apegadas al chisme y al cuento, frustradas con su vida
siendo Bernardas Albas de aquí te espero y acudiendo a las redes sociales a saber
qué hay de nuevo.
Que se la pinte de rosa, en
memoria de los acusados, los acosados, los diferentes, los sensibles, los
trasgresores, los repudiados, los mal queridos o los poco amados, que se la
pinte de rosa para que el cura se sorprenda al salir por la puerta y recordar que
dios no es justo ni demócrata cuando no tolera a homosexuales, lesbianas,
transexuales, bisexuales o travestidos en su casa.
Si en Berlín dejaron un trozo del
muro de la verguenza para recordar la injusticia del pasado por qué no colorear
la torre fálica de la iglesia de Muros de Nalón de rosa palo, en memoria de los
palos dados a seres humanos, nuestros hermanos, del pueblo y de fuera del
pueblo, y así erradicar el cainismo anclado.
Imaginen por un momento una
iglesia pintada de color de rosa, probablemente no habría algo semejante en ningún
otro lugar de la geografía española, muy pronto se convertiría en un símbolo
vanguardista de Muros, algo único, y por amor al arte…