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domingo, 31 de marzo de 2013

El misterio de María Magdalena

La polémica está servida en Reino Unido por la emisión en la BBC, la pasada noche del Viernes Santo, del programa El misterio de María Magdalena, un documental que insinuaba, no sólo que Jesús había tenido sexo con su discípula, sino que también se habían casado. Ha habido una gran reacción de protesta por parte de grupos y asociaciones cristianas, que no consideran como estas fechas las más idóneas para mostrar tal contenido en televisión. El problema es un problema de fondo, no de forma, la forma está clara, Jesús fue un hombre que existió y vivió una época de la historia. Fue Jesús un hombre como otro cualquiera, es decir, con sus virtudes y defectos, si es que se le puede llamar defecto al hecho de haber tenido sexo antes de ser crucificado. Jesús no murió virgen, y ese es el problema de fondo, de trasfondo más bien dicho: la religión nos quiere presentar una idealización de Jesús, por ser supuestamente el hijo de Dios, es decir, Jesucristo, pero una cosa es Dios, algo que no podemos alcanzar a conocer y, otra muy distinta, Jesús como personaje histórico, el nazareno, el predicador. Jesús fue un hombre que gozó de los placeres carnales como cualquier otro, con María Magdalena, algo que ya el director de cine Martin Scorsese había plasmado en su genial obra maestra La última tentación de Cristo, cinta que fue muy vapuleada por organizaciones cristianas en su estreno. El fundamentalismo, sea de una religión u otra, siempre ataca la humanización del dios, sea una película, pieza teatral u obra de arte. Jesús pecó, como lo hizo Mahoma o cualquier otro mensajero enviado por Dios, fueron hombres que vinieron a la tierra, amaron y sufrieron. Jesús vivió y murió, y a partir de ahí, es donde toda creencia comienza, convirtiéndose en un hombre para la eternidad. La religión, la Iglesia y el fanatismo es otra cosa, pueden distorsionar la realidad de lo que ocurrió. Basta con observar el cuadro de Da Vinci La última cena, para apreciar que, la persona que aparece a la izquierda de Jesús, no es otra que su esposa, María Magdalena.