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viernes, 4 de julio de 2014

La iglesia rosa


El exterior de la iglesia de Muros de Nalón presenta en la actualidad un aspecto de abandono lamentable, muy especialmente en su fachada, el tiempo ha pasado por ella y ha dejado su huella, es necesario que dé comienzo una restauración.

Yo propongo que se la pinte de rosa, así tal cual, que se la pinte de rosa para que destaque aún más en medio de los otros edificios de la plaza, una torre de campanario en rosa palo llamaría la atención desde la carretera principal que atraviesa El Parador.

Que se la pinte de rosa, en solidaridad con todos los que se marcharon, de rosa palo por los palos que recibieron los pobres que defendían la legitimidad de la barbarie, que se la pinte de rosa para solidarizarse con todos aquellos que se tuvieron que ir obligados o no por las circunstancias; que se la pinte de rosa en memoria de los distintos, de los raros, de los advenedizos (como dijo un ex-alcalde asturiano), de los modernos, de los que vivían con 30 años de adelanto, que se la pinte de rosa en memoria de los que se fueron y no regresaron, porque no tuvieron más remedio, porque lo prefirieron o porque se vieron obligados.

Que se la pinte de rosa, para callar las bocas de las chonis de pueblo, que son las peores periodistas de este país nuestro, que viven en la caverna del infierno apegadas al chisme y al cuento, frustradas con su vida siendo Bernardas Albas de aquí te espero y acudiendo a las redes sociales a saber qué hay de nuevo.

Que se la pinte de rosa, en memoria de los acusados, los acosados, los diferentes, los sensibles, los trasgresores, los repudiados, los mal queridos o los poco amados, que se la pinte de rosa para que el cura se sorprenda al salir por la puerta y recordar que dios no es justo ni demócrata cuando no tolera a homosexuales, lesbianas, transexuales, bisexuales o travestidos en su casa.

Si en Berlín dejaron un trozo del muro de la verguenza para recordar la injusticia del pasado por qué no colorear la torre fálica de la iglesia de Muros de Nalón de rosa palo, en memoria de los palos dados a seres humanos, nuestros hermanos, del pueblo y de fuera del pueblo, y así erradicar el cainismo anclado.


Imaginen por un momento una iglesia pintada de color de rosa, probablemente no habría algo semejante en ningún otro lugar de la geografía española, muy pronto se convertiría en un símbolo vanguardista de Muros, algo único, y por amor al arte…

lunes, 2 de junio de 2014

Bocamar



Se independizó Muros de Nalón de Pravia el 14 de abril de 1847, diez años antes lo había hecho Cudillero. Hasta 1916 se denominó Muros de Pravia, pasando a denominarse Muros de Nalón en ese mismo año. Nunca he entendido por qué San Esteban (de Pravia) no hace lo propio y utiliza su nombre oficial de San Esteban de Bocamar en las señales de tráfico y guías de carretera, o simplemente Bocamar, que es una palabra fundamental para eso que llaman el Marketing. San Esteban no es de Pravia, es de Muros, y en caso de que algún día se embelleciese tanto que pareciese Mónaco y pidiese la independencia de Muros, porque a un rico mejicano le tentase la idea de comprar el territorio, seguiría sin pertenecer a Pravia, ni política ni geográficamente. Si Muros es de Nalón, San Esteban es de Bocamar, ahora si San Esteban quiere continuar siendo de Pravia (nominalmente), no entiendo muy bien a qué venía aquella descabellada idea hace algunos años por parte de algunos habitantes, de querer anexionar Somado, que es de Pravia de toda la vida, al concejo de Muros. Entre Somado y Muros de Nalón hay apenas 500 metros (si los hubiese), pero entre San Esteban de Bocamar y Pravia ¡hay más de 12 kilómetros por carretera! Una cosa es el falso criterio de utilizar las distancias físicas para realizar utopías de anexiones territoriales y otra muy distinta es faltar al respeto a la toponimia del concejo.

sábado, 6 de abril de 2013

La Nalona y el Nalón

¿Qué sería del río Nalón sin la fuente La Nalona? Pues la categoría de su agua no sería la misma.  ¿Y qué sería de Muros de Nalón sin el río Nalón? Pues que sería simplemente Muros, porque no sería testigo de su desemboca en la ría de San Esteban y, posteriormente, en el mar Cantábrico. ¿Y qué seria de Asturias sin el río Nalón? Pues que no existiría el Valle del Nalón, con lo cual no podríamos disfrutar de este explendido y único paisaje que enamora a todo el visitante con su pureza. El Nalón es el río que nos lleva y nos trae, en sus más de 153 kilómetros absorbe todo lo que encuentra a su paso, se nutre de afluentes, como el Orlé y el Nora, siendo el más importante el río Narcea. Todos somos hijos de sus aguas, ya sean de Laviana, de San Martín del Rey Aurelio, de Langreo, de Oviedo, de Ribera de Arriba, de Grado, de Las Regueras, de Candamo, de Pravia, de Soto del Barco o de Muros de Nalón, el río más caudaloso y largo de Asturias es el río de la vida de cualquier asturiano. La Nalona es la madre que parió al río, para verla hay que subir hasta el Puerto de Tarna, a unos 1500 metros de altura, donde una placa con la inscripción del año 1936 se puede contemplar en la fuente de piedra. Es ahí donde brotan las aguas cristalinas de un río que, a medida que avanza en sus trazado por la geografía asturiana, va siendo testigo del acontecer de las vidas de todos estos concejos mencionados.