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jueves, 12 de septiembre de 2013

Goteras

Hay goteras en el Congreso, cae el agua dentro del hemiciclo como si de una ducha se tratase. No salgo de mi asombro al enterarme de la noticia en la prensa. La imagen de las limpiadoras con la fregona, las lonas cubriendo parte de los asientos y los taiwaneses de visita hacienda fotos del esperpento a los cuales se les explica que nunca antes ha sucedido esto.
Este jarro de agua fria es simbólico, la democracia española tiene grietas, está agujereada por los corruptos, los politicos, los miembros de la Casa Real, sectores de la presa, la banca, el deporte, el arte, y podría seguir citando hasta la semana que viene. Todo ello ha provocado que se resquebraje el techo del máximo órgano de expression de nuestra joven democracia y, cual película catastrófica, comience a penetrar la gota fría dentro del parlamento.
Ello es debido a que se le hizo un apaño al techo del edificio, los apaños y remiendos no valen en democracia, a Buenos Aires se fue con un remiendo de refritos pensando que se podría convencer a los miembros del COI de que “semos” fabulosos.
Una democracia de verdad es aquella en la que se toman medidas de verdad, sin miedo, ni favoritismos, no se trata de hacerle un remiendo al techo, se trata de poner otro techo. Puede que los del PP y del PSOE no se hayan enterado aún, que como muchos de los millones de personas que habitan en España, viven en una especie de nube abstraídos del resto de la humanidad.
No sólo el Parlamento tiene goteras, el país entero tiene goteras porque nada funciona porque todos y cada uno de los estamentos de la sociedad española tienen sus propias goteras. Las empresas responsables de arreglar este tipo de desperfectos también están corruptas, peor que si las representase Pepe Gotera y Otilio, es un país de broma este nuestro.
Las goteras del hemiciclo son, aparte de un espectáculo bochornoso, un dato simbólico, cuando ya nada funciona en el país de la piel de toro, y todo se empieza a resquebrajar, la democracia se ve afectada, nuestras Cortes democráticas empiezan a desestructurarse cuando ya el agua atraviesa sus techos para poder buscar las cabezas de los melons que nos gobiernan y decirles “abre los ojos”.
Espero que tomen buena nota algunos de nuestros politicos de nuestros despropósitos, pretender organizar unos Juegos Olímpicos en una ciudad que está sucia, donde la máxima responsible de lo que sucedió en el Madrid – Arena, Mrs Bottle, aún no ha dimitido, y donde se invierte a diestro y siniestro miles de millones de euros en tonterías, como arreglar monumentos a Franco, nuestro Parlamento, las Cortes, ese edificio que ha sucumbido al paso del tiempo durante los años, tiene goteras porque no está bien atendido. Primero será atender nuestra hacienda, luego ya organizaremos que vengan los demás países a lucir palmito corriendo los mil quinientos metros lisos.
Gota a gota, quizá sea un aviso, de que todo se está hundiendo, lentamente, cuando las grietas de una presa aparecen son un síntoma de que eso se puede resquebrajar y abrir y el agua desbordarlo todo, quizá pueda ser este un toque de atención ante una inminente revolución social del pueblo, cansado de sus politicos y gobernantes y que nadie le escuche.
No es una gota, es un jarro de agua fría para cualquier mediocre gobernante de un país que no lo merece.

sábado, 6 de abril de 2013

La Nalona y el Nalón

¿Qué sería del río Nalón sin la fuente La Nalona? Pues la categoría de su agua no sería la misma.  ¿Y qué sería de Muros de Nalón sin el río Nalón? Pues que sería simplemente Muros, porque no sería testigo de su desemboca en la ría de San Esteban y, posteriormente, en el mar Cantábrico. ¿Y qué seria de Asturias sin el río Nalón? Pues que no existiría el Valle del Nalón, con lo cual no podríamos disfrutar de este explendido y único paisaje que enamora a todo el visitante con su pureza. El Nalón es el río que nos lleva y nos trae, en sus más de 153 kilómetros absorbe todo lo que encuentra a su paso, se nutre de afluentes, como el Orlé y el Nora, siendo el más importante el río Narcea. Todos somos hijos de sus aguas, ya sean de Laviana, de San Martín del Rey Aurelio, de Langreo, de Oviedo, de Ribera de Arriba, de Grado, de Las Regueras, de Candamo, de Pravia, de Soto del Barco o de Muros de Nalón, el río más caudaloso y largo de Asturias es el río de la vida de cualquier asturiano. La Nalona es la madre que parió al río, para verla hay que subir hasta el Puerto de Tarna, a unos 1500 metros de altura, donde una placa con la inscripción del año 1936 se puede contemplar en la fuente de piedra. Es ahí donde brotan las aguas cristalinas de un río que, a medida que avanza en sus trazado por la geografía asturiana, va siendo testigo del acontecer de las vidas de todos estos concejos mencionados.


martes, 15 de mayo de 2012

Rambal, la leyenda


Alberto Alonso Blanco "Rambal" (1929-1976).


Tomó su seudónimo de uno de los galanes de la época y su nombre acabó siendo casi más conocido por él mismo que por el actor al que admiraba. 


Cuando el célebre Rambal apareció asesinado, nació la leyenda. Hoy, 36 años después de su trágica muerte, son muchos los que se siguen preguntando quién acabó con la vida de uno de los personajes más populares de Cimadevilla. Un 'Falete' de los años 70 que hizo con su vida folklore y con su muerte un puzzle que sigue sin encajar.


Alberto Alonso Blanco cantaba por Marifé de Triana. Y por lo que le echasen. Era un todoterreno. Lo mismo bailaba que copleaba que se arrancaba con la sorna 'playa', o con su propia vida. En pleno franquismo no ocultaba su homosexualidad. No eran tiempos fáciles, pero él supo llevarse a sus vecinos y a su público de calle, que ya era mucho. Llenaba los bares. Subía su desparpajo al escenario y cuando se bajaba seguía siendo igual. Él mismo. Ahora estaría a punto de cumplir los 84 años. Se quedó en unos intensos 47.


Le encontraron porque su casa del Campo de las Monjas ardía. Del segundo piso salía humo. Era la una y pico de la madrugada del 19 de abril de 1976. Cuando llegaron los bomberos y apagaron el fuego lo encontraron sobre la cama. Estaba inerte. Lo habían apuñalado con saña. Su asesino quiso borrar su propio rastro. Y parece ser que lo consiguió. El arma con el que lo mataron nunca se encontró y el agua empleada para extinguir el incendio se llevó las pruebas que lo podrían haber delatado.


«El asesino intentó deshacerse del cadáver y quiso carbonizarlo. Después de matarlo lo colocó inclinado sobre la cama, con los pies fuera, apoyados sobre un montón de ropa. La quemó para que las llamas subiesen por el cuerpo pero los bomberos llegaron antes. Sólo tenía las piernas quemadas». Lo dice Carlos Montero, el médico forense, ya jubilado, quien se encargó de certificar la muerte y hacerle la autopsia.


«El cuerpo tenía numerosas heridas vitales en el cuello y en el tórax producidas con un estilete, que en aquella época era un arma muy común entre los delincuentes», añade. La víctima «no tenía signos de defensa, lo apuñalaron sin que se pudiese mover, por lo que se supone que era alguien más corpulento que él, que le superaba en fuerza».


El asesino de Rambal huyó rápidamente del piso, pero «antes se lavó las manos en un grifo que había en la planta de abajo. Lo dejó abierto». Según los investigadores, pudo ser un crimen premeditado. Lo tenía todo pensado y todo bien atado. En la habitación no se encontró ni una sola huella sospechosa. El agua se lo llevó todo.


«La Policía estuvo muy implicada durante mucho tiempo y cada vez que tenían una nueva línea que seguir la cotejábamos con los datos de la autopsia. Pero nada. En las primeras horas todos creíamos que se iba a esclarecer rápidamente, pero no hubo manera», se lamenta Carlos Montero.


El mito de Rambal lo alimentaron, acertadamente o no, las voces que de forma incesante señalaban que 'alguien influyente' estaba relacionado con el crimen. Se dijo de todo: que si el hijo de un concejal, un político, un deportista, que si se quería tapar, que si había orden de dejar de investigar.¿Qué hay de cierto? ¿Son puros bulos? La idea del complot se extendió de tal forma que posiblemente sean muy pocos los gijoneses de cierta edad que vean en éste un crimen ordinario sin resolver, como otros muchos cometidos en la ciudad.


Los expertos no van en esa dirección. «Una de las hipótesis que más fuerza cobró fue la posibilidad de que el asesino fuese un tripulante de algún barco que hubiese hecho escala en Gijón y que posiblemente no era la primera vez que mataba», considera el forense.


Sea como fuese, el crimen de Rambal ha llenado horas de conversación en chigres y calles y ha hecho de este peculiar personaje todo un mito en el ámbito gijonés cuyas peripecias y ocurrencias han pasado de padres a hijos. El multitudinario funeral da una idea del cariño que le profesaban sus vecinos al intérprete de 'la canción del turco'. Una de las coronas de flores rezaba: 'Cimadevilla pide justicia'. Y aún no la han tenido.