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lunes, 8 de abril de 2013

Sara Montiel

Puede que no fuese una gran actriz, pero tuvo la mejor fotogenia del séptimo arte, su cara era perfecta. 
Puede que no haya sido la mejor cantante, pero puso de moda el cuplé con su voz grave y sensual. 
Puede que no fuese perfecta, pero supo combinar el glamour con el recuerdo de unos orígenes humildes.
Fue simpática, erótica, dicharachera, divina, única, fue Sara en Broadway y Antonia en el barrio de Salamanca.
Ha muerto fumando puros, como Hemingway, y de vieja, de muerte natural, hasta para morir lo ha hecho con clase, si ella lo hubiese podido explicar hubiese dicho aquello de 'se me pasó Maru, fue una subida de tensión y el médico vino tarde'.
Fue nuestra primera diva en Hollywood, cuando los padres de Bardem y Penélope aún gateaban, fue la 'nena', La Violetera, la bien pagá, Carmen la de Ronda, la Dama de Beirut, y mucho más.
Sara Montiel fue 'esa mujer', de las que nacen porque tienen que nacer, superlativa en todo, llevó el erotismo (dentro de sus posibilidades) a un país rancio e inmerso en una dictadura militar.
María Antonia Abad Fernández, manchega universal, Caballera de la Mancha, conquistó Hollywood, se codeó con Burt Lancaster, Marlon Brando o Gary Cooper.
No supo envejecer de forma natural, porque toda diva que se precie de serlo tiene que recurrir al bisturí para conservarse joven.
Sara, nuestra Mae West española, entra a formar parte de la historia del cine español, de la leyenda, del mito, ya lo era antes de morirse, pero alcanza, hoy, la categoría que por derecho propio le corresponde.
La estrella más grande del cine patrio, la sensualidad hecha persona, saritísima y punto. Donde quiere que esté lo hará bien acompañada, por Aldrich, por Mann, por León Felipe, Severo Ochoa, James Dean, o Gary Cooper.
Se la echará mucho de menos, sobre todo su gracia, su arte espontaneo, su presencia de diosa.
D.E.P


jueves, 16 de febrero de 2012

Las relaciones diplomáticas con Brasil

España tiene que acercar posturas con Brasil, no es un turismo como el inglés o el alemán (que beben mucho y gastan poco). Es un turismo de calidad y durante años la policía española en las aduanas les ha escupido en la cara y nuestro Gobierno ha mirado hacia otro lado.


Brasil no es Bolivia o Ecuador, no es Rumanía, es un gigante económico, sexta economía mundial y creciendo día a día con un 7% de crecimiento. Siempre nos han querido y nos han tratado bien y por ahí debemos de seguir.



No todos los que vienen a España vienen con falsos matrimonios, ni buscando familiares perdidos, ni a por el pasaporte, es un turismo de clase media alta. 



Lo que están haciendo con esta medida recíproca es un "ojo por ojo diente por diente" por como se les ha tratado a ellos en los principales aeropuertos españoles durante décadas.

Brasil tiene casi 200 millones de habitantes y España 47 millones, nuestros socios deben de ser de ahora en adelante estos países emergentes, Brasil, India, Rusia y China. 



No necesitamos a los países de la ceja (Reino Unido, Francia y Alemania), sino a estas mega economías emergentes con poblaciones inmensas y gran cantidad de recursos.



España ha estado durante años con el estereotipo en la boca de que los brasileños no vienen de turismo sino a vender drogas o prostituirse, mientras que nuestros emigrantes van a trabajar o de turismo, es un mito falso.



En Barajas se ha detenido a mucha gente que venía a ver a familiares, se les ha dado un trato injusto y devuelto en otro avión.

España en el plano de las relaciones internacionales, no sólo no existe, sino que no sabe tratarlas. 



Nuestros gobiernos han dejado que millones de británicos se instalen en todo el sur y levante de la península, así como en las islas, auténticos parásitos que no aportan nada a nuestra economía porque todo se lo traen de sus países. 
Hemos recibido a millones de rumanos que sólo han ocasionado vandalismo.



Hemos recibido a miembros de Alkaeda y a mafias chinas y rusas, que habitan por ciudades españolas.



España es el coladero de Europa, un coladero sin filtro. 



Nuestra política de inmigración es floja y mal hecha. Y decimos que sí a todo como a los países de Europa que nos gobiernan con eso del Schengen, que para lo único que sirve es para que le pongamos 2000 inconvenientes a nuestros hermanos latinoamericanos para que vengan a España.



España debe de romper con el Schengen, como Reino Unido que nunca ha formado parte de él y tiene sus propias leyes de emigración y su Home Office.



España tiene que tener una inmigración regulada al estilo de la de otros países europeos pero dando siempre prioridad a los países latinoamericanos que son nuestra sangre y nuestra cultura.