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jueves, 25 de octubre de 2012

El mundo al revés




El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha reclamado este miércoles al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se comprometa públicamente a descartar una intervención militar sobre Cataluña para frenar un referéndum de autodeterminación.

Junqueras ha reaccionado así a las declaraciones de PP y PSOE sobre la carta que los eurodiputados de CiU, PSC, ICV y BNG enviaron a la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, para censurar las "intolerables invocaciones a las Fuerzas Armadas" y a su posible intervención al hilo de la situación en Cataluña.

No doy crédito, el presidente de un partido nacionalista minoritario catalán le exige al Presidente del Gobierno de la Nación que garantice públicamente que las Fuerzas Armadas de dicha Nación no irrumpirían en la comunidad autónoma catalana, en caso de que el presidente de la Generalitat convocase un referéndum ilegal, el cual cometería un delito si lo hiciese, y le ha pedido al Parlamento Europeo por escrito que tome medidas para impedir que un país democrático como España pueda aplicar la ley con el fin de garantizar su orden constitucional.

Me pregunto si la gente tiene sentido del ridículo para ciertos asuntos, ¿acaso creen estos políticos catalanes que la Unión Europea va a interferir en todo este jolgorio organizado por dichos políticos? Ni aunque se quejasen a la ONU conseguirían algo sobre lo que la Unión Europea no tiene jurisdicción alguna.

España es un país democrático con una Constitución aprobada por mayoría en las urnas y en las Cortes, la Soberanía Nacional reside en el pueblo español y el garante de la Constitución es el Jefe del Estado, el rey Juan Carlos I.

El orden constitucional se defiende mediante la legalidad, los tribunales competentes, y, en su defecto, las Fuerzas Armadas.

Si un gobierno autonómico, del signo que sea, decide ignorar las leyes del Estado español, ahí está la Constitución para aplicarla, en su artículo 155 se deja bien claro, si esto no fuese posible, se aplicará la coacción mediante la intervención militar. Es perfectamente lícito y democrático porque es parte de los mecanismos que tiene el Estado para defender el territorio, es decir, sus regiones, o Comunidades Autónomas, que es la forma en la que está dividida España.

Nunca antes se ha realizado tal maniobra, pero estoy seguro que si España la gobernasen otros, como políticos británicos o alemanes, al día siguiente ya estaban los tanques en Barcelona. 

Que ladran, que ladren, se defiende lo legítimo, no son una colonia invadida por una potencia extranjera, son españoles como tú y como yo, de origen andaluz la mayoría, pertenecieron, pertenecen y pertenecerán al conjunto del Estado español. Lo demás son bravuconerías.

La Constitución es la Norma Suprema del ordenamiento jurídico español, nadie, a la ligera puede pasarse por el forro de la chaqueta dicha norma, es delito de alta traición al Estado, lo mismo que si el ejército o Fuerzas Armadas se revelasen contra dicho Ordenamiento Jurídico, para eso están y tienen su función, defendernos y defender el Estado, el territorio, el conjunto de las autonomías.

La Constitución es el documento que garantiza por escrito nuestros deberes y derechos, nuestras libertades como individuos y ciudadanos de este país llamado España. Si alguien intenta abolir algo de lo que contempla la Constitución o hacer política por encima de dicha norma, ahí están los tribunales de justicia y los cuerpos de seguridad del Estado para defendernos.

Cualquier país democrático actuaría de la misma manera en una situación similar, sin diferencias, los mecanismos en democracia son parecidos de un país a otro.

Lo importante de todo esto es que haya un político en España que se atreva, en una situación límite, a ordenar al ejército intervenir en Cataluña, no hay lo que tiene que haber, bemoles, porque no hay sentido del Estado como tal, ni hay grandes estadistas capaces de apagar estas revueltas y bravuconadas de los políticos nacionalistas.

No cabe un tonto más en España. A falta de sensatez, el nacionalismo gana adeptos, la cultura de la incultura.

El mundo al revés.

domingo, 21 de octubre de 2012

El artículo 155 de la Constitución



En 34 años de democracia nunca se ha aplicado el Artículo 155 de nuestra Constitución, el cual dice textualmente lo siguiente:
 
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.


2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.


Hemos tenido gobiernos que fueron muy blandos con el problema nacionalista de Cataluña y País Vasco, y que cedieron a casi todas las pretensiones que se plantearon en los debates, se aceptó todo tipo de chantaje hasta alcanzar un límite como el que estamos ahora viviendo, fruto de una educación, la de la Comunidad de Cataluña, que recoge sus frutos, tras haber instruido durante años a los niños y jóvenes, fomentando el odio hacia todo lo que pareciese español, olvidándose de que la mayoría de catalanes que viven en Cataluña, descienden de andaluces, extremeños y manchegos, que en su día emigraron a esta tierra en busca de trabajo, en una España de postguerra desolada, Franco decidió que la mejor solución era instalar la industria textil y de la automoción en Cataluña, como por ejemplo la fábrica Seat de automóviles, que dio trabajo a mucha gente durante décadas.
El nacionalismo se frota las manos con la crisis de la que aún no ha salido el España, se aprovecha la coyuntura económica para culpar al Estado, y fomentar aún más el deseo de un pueblo adoctrinado en unas ideas descabelladas para acusar al propio Estado de robarles y no entregarles nada a cambio. Se coacciona a todo aquel que piense diferente, se censura todo lo que no esté a favor de las ideas nacionalistas, por poner un ejemplo, hay familias catalanas de origen andaluz que, coaccionados por la presión nacionalista que ejerce la Generalitat, prohiben a sus hijas ir a clases de flamenco con el traje de faralaes.
 
¿Qué buscan los nacionalistas como el Señor Mas? El poder, aunque tengan que reducir su Estado a lo que es la actual Comunidad Autónoma de Cataluña, aunque tengan que dividir a la sociedad catalana entre nacionalistas y no nacionalistas y gobernar sólo para los primeros, marginando socialmente a los segundos. Se busca irse de un Estado monárquico de cientos de años para crear uno nuevo al estilo del antiguo III Reich alemán, un mini estado europeo intolerante políticamente donde todos estén adoctrinados, para poder resarcirse en que sus ideas nacionalistas son las correctas, un nuevo Mónaco pero estigmatizado por el tufo político de unas ideas caducas, habiendo engañado al pueblo y habiéndose engañado ellos mismos pensando que, sin el resto de España, estarían económicamente mejor y su economía crecería más que la de cualquier país de la Unión Europea.

¿Qué debe de hacer nuestro Gobierno, ese que ha elegido la mayoría del pueblo español? Hacer lo que nadie se ha atrevido a hacer hasta ahora, aplicar el Artículo 155 de la Constitución si el señor Arturo Mas decide convocar, ya sea referéndum o consulta soberanista al pueblo catalán sobre la independencia, asimismo se debe aplicar dicho Artículo si Arturo Mas prosigue forzando los límites legales de la Constitución en su labor como Presidente de una Comunidad Autónoma.
La Soberanía Nacional reside en el pueblo español, quienes ratificaron democráticamente en 1978 (los catalanes en mayoría) la Constitución y a Don Juan Carlos I como Jefe del Estado. Todo lo demás es acoso al Estado, a un Gobierno que titubea, y tiene un problema de manejar situaciones como éstas, donde no bastan las palabras, el pueblo pide acciones, hay que tomar la iniciativa de decirles a estos mercenarios que durante años han sacado hasta el último Euro al Gobierno central, basta, o ceden en sus propósitos, o se les suprime la Autonomía y la Generalitat si no cumplen dicho Artículo. Están obviando la Constitución, el Estado de las Autonomías y al resto de españoles, practicando una desobediencia política y social como auténticos desertores y traidores de la democracia y del Estado por sus ideas desproporcionadas.
¿A qué está esperando el Gobierno? Artículo 155 ya, por favor.