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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Queridos políticos


Los políticos, a diferencia del resto de los mortales, pueden morir de dos maneras, la primera de ellas, en vida, con una muerte súbita, una "muerte política", cuando el contrincante les deja K.O ó incluso dentro de su propio partido cuando pierden unas primarias, o cuando nos les queda más remedio que dimitir de sus cargos, y, pueden morir como el resto de los mortales, cuando el corazón para y deja de latir, es decir, de muerte natural.

Esta semana se han muerto dos políticos, pero de distinta forma, así, Esperanza Aguirre ha dejado la política activa después de casi 30 años en ella, se ha "suicidado" políticamente, renunciando a su cargo de Presidenta de la Comunidad de Madrid, sus razones sólo y exclusivamente las conoce ella, pero nos ha dejado entrever que el cáncer que sufrió el año pasado, ha tenido una gran influencia en su decisión.

La otra muerte es la de un semental de la política, un hombre que ha vivido casi 100 años y hasta el último minuto de su vida, fumó sus cigarrillos y siguió la actualidad de España, se trata de Santiago Carrillo, quien falleció en la tarde del martes 18 de septiembre, a los 97 años, durante su siesta habitual, de forma natural y sin sufrimiento alguno.


Por tanto, dos políticos han muerto esta semana por diferentes causas, dos políticos de ideologías distintas y de dos generaciones diferentes, el lunes 17 amanecíamos con la noticia de la "muerte política" de Esperanza Aguirre, el martes 18 conocíamos la muerte natural del viejo león de Carrillo.

De hecho Carrillo se enteró, un día antes de morir, del suicidio político de Esperanza Aguirre.

Ahora bien, ¿con cuál de estas dos muertes nos quedamos? ¿Preferimos que Esperancita se haya retirado a un segundo plano de la política o clamamos al cielo para darle gracias por llevarse a Carrillo?

Esta semana se ha demonizado a ambos, es lo que tiene la política, uno se tira palas de excrementos a la espalda a lo largo de su trayectoria, quiera o no lo quiera uno, la mierda te acaba salpicando antes o más tarde.

Así, a Esperanza Aguirre se le han dedicado esta semana todos los improperios del mundo, entre ellos el de decirle que se va una vez que se adjudica el "pelotazo" del Euro Vegas de Madrid calificativos como "choriza", "fraude", "tapa-mierdas", "ladrona", "Esperrancia". "especuladora", "chula" "mala persona" o "prepotente".

Con Carrillo se han ensañado más los de la derechona, su pasado como supuesto genocida en el controvertido suceso de Paracuellos del Jarama ha pesado como una losa, no sólo sobre el propio Carrillo a lo largo de 70 años, sino que ha sido el adalid de la crítica más destructiva por parte de la derecha más reaccionaria, que siempre lo acusó de este lamentable suceso.

Con Carrillo desaparece una figura clave del siglo XX, un icono rojo de primera y una figura de primer orden en la Transición española de la dictadura a la democracia. Con Esperanza Aguirre desaparece una figura clave del PP, una política dura y que no se ha dejado atacar ni manipular por nadie, ahí están sus joyas verbales contestando a Gallardón, el propio Fraga o Aznar.

La Historia pondrá a cada uno en su sitio como se merece, el paso del tiempo nos dirá que tan buenos políticos eran cada uno de los dos.

República y Monarquía, izquierda y derecha, ricos y pobres, conservadurismo y progresismo, ambos políticos representan los dos polos opuestos que se enfrentaron en la Guerra Civil, lo anecdótico hubiese sido que Manuel Fraga hubiese aguantado unos meses más, y, en lugar de irse el pasado mes de enero, hubiese fallecido casi al mismo tiempo que Carrillo, un día uno y al siguiente el otro, hubiese sido digno de resaltar, que dos adalides de causas bien diferenciadas, con rencor y redecillas, pero respeto mutuo, se hubiesen ido a la vez, pero no ha podido ser.

Nadie sobrevive a la política, ni dentro ni fuera de ella, te puede destruir o destruirla tú a ella, uno se retira cuando cree que es conveniente, Esperanza lo ha visto venir. Carrillo nunca nos desveló el secreto de no dejar de fumar y llegar a los 97, en cualquier caso, ahora tiene que someterse al juicio de la historia, el mismo por el que otros pasaron antes, Azaña, Negrín, Sanjurjo, Mola, Millán Astray, Juan de Borbón, Alfonso XIII, o el mismísimo Franco.

Queridos políticos, adiós.

domingo, 26 de agosto de 2012

Nostalgia televisiva: Las chicas de oro

Nunca antes en televisión se había hecho una serie sobre mujeres mayores viviendo juntas una época dorada de sus vidas.


Cuando se estrenó en 1985 "The golden girls" (Las Chicas de Oro) fue un auténtico éxito de audiencia desde el primer episodio.



Cuatro actrices ya consagradas interpretaron durante más de 200 episodios, el que sería el papel más importante de sus carreras y por el que serían recordadas para siempre en la historia de la televisión.



Bea Arthur (Dorothy) y Betty White (Rose) tenían 63 años respectivamente cuando se estrenó "The Golden girls", Estelle Getty (Sophia), que hacía de la madre de Bea Arthur, tenía un añ0 menos, 62, y Rue MacClanahan (Blanche), la más joven, 51.



Bea Arthur y Betty White venían de triunfos anteriores, Arthur había cosechado una gran fama con la telecomedia "Maude" y Betty White como artista invitada de "El show de Mary Tyler Moore".



"The golden girls" cosechó auténticos éxitos de audiencia en sus siete años de emisión, en 1992 el show fue cancelado y en su último episodio, Bea Arthur, se va de la casa con su novio, interpretado por el fallecido actor Leslie Nielsen, dejando a las chicas sólas en una conmovedora escena.



Estelle Getty fue la primera "chica de oro" en dejarnos, en el año 2008 a los 85 años de edad, tras sufrir años de demencia senil; en 2009 fallecería a los 86 años de un cáncer Bea Arthur y en 2010 Rue McClanahan a los 76.



La única superviviente del show es en la actualidad Betty White, quien cumplió en enero de 2012, 90 años.