domingo, 16 de diciembre de 2012

Visonadas de visón


Hubo una época en España, allá por los años 70 y 80, en que era habitual ver puesto a las mujeres los famosos abrigos de visón.
A finales de los años 80 la cultura del abrigo de visón decayó, en parte porque las peleterías eran incapaces de crear innovadores diseños acordes a las nuevas modas, durante toda la década de los 90 el visón quedó relegado a pieza de museo, se convirtió en una prenda desfasada, símbolo del maltrato animal, pues el visón es el animal más explotado en las granjas de peletería europeas, junto con el zorro, la chinchilla, el lince, o incluso el hámster.


Ayer, en uno de mis frecuentes viajes a Oviedo, pude observar que la mujer ya entrada en años es portadora de este tipo de abrigos cuando el frío llega al Principado, son muchas las mujeres que llevan puestos los visones y las joyas por las calles de la capital asturiana, uno se siente realmente transportado a otra época, con ese olor de Guerlain en el ambiente impregnándolo todo.
En Oviedo van a contracorriente de la moda, no importa la prolífera campaña mundial que se ha llevado a cabo en contra del uso de las pieles en moda, incluso modelos como Naomi Campbell se han prestado a colaborar en dichas campañas posando desnudas.
Cabe decir que a partir del nuevo milenio, allá por el 2000/2001, se volvió a poner de moda el abrigo de piel, con diseños más juveniles y asequibles en cuanto a estilo para todas las edades, es decir, el visón dejaba de ser un abrigo exclusivamente para señoras que pasasen la barrera de los cuarenta o cincuenta años, ya no era patrimonio de nuestras madres y abuelas, sino que jovencitas podían comprar, siempre y cuando tuviesen esa capacidad adquisitiva, chaquetas juveniles fabricados en este material.
La cultura del abrigo de visón fue compatible con la de los años del gobierno socialista de Felipe González, Isabel Preysler o Carmen Franco Polo fueron ejemplos de personajes del papel cuché habituales de esta moda.
El uso de las pieles en moda es un símbolo de ostentación, no hay nada más caro que un abrigo de chinchilla o de visón, es el lujo del lujo, símbolo de poder económico, denota poder económico y, a la vez, es un ejemplo del mal gusto aquellos que sufren el llamado “síndrome del rico”, el cual consiste en aparentar no ser pobre, aparentar una gran solvencia económica, y lo padecen este síndrome los “nuevos ricos” es decir, aquellos que primero vieron en su vida miseria y carencia.
El abrigo de visón es un anacronismo, un símbolo de una época en la que no se era consciente de muchas cosas, una de ellas, que para la confección de este tipo de prendas hay que asesinar a una tipología de animales que no lo merecen. Es una prenda cara, y llevarla puesta conlleva dar a entender a los demás que no eres pobre, sino todo lo contrario, que tienes la capacidad de comprar un abrigo que vale miles de euros.
El rico de verdad, ese que lo tiene, lo guarda y prefiere la discreción, ese que tiene el buen gusto de combinar unos vaqueros del zara con unas zapatillas deportivas caras y un abrigo de paño huye de este tipo de ostentosidad, de algo que forma parte de la moda hortera de hace décadas.
Aunque siempre quedarán señoras que lleven puesto estos abrigos de visón, empeñadas en visonear, continuarán haciendo visonadas con el abrigo sacándolo a la calle, es decir, visonadas de visón.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Los chicos con las chicas


El Gobierno de turno está más preocupado en apolillar España que en tomar medidas verdaderas para salir de la crisis económica.

¿Segregación en las escuelas? ¿En pleno siglo XXI? No sé si reír o llorar, es una medida patética, ¡no hombre no!, eso era antes, en el siglo XIX, ¿qué va a ser lo próximo? ¿Obligar a llevar corsé y vestidos largos a las mujeres y sombrero y bastón a los hombres?


Esta es una medida más que confirma la ranciedad del momento, cuando gobierna un gobierno conservador el país se vuelve rancio, se ennegrece, se apolilla, la caspa comienza a caer de los árboles, los buenos días nos los da Dios y la religión sustituye a esa asignatura cívica que aprobó el Gobierno de Zapatero.

Es más importante que los niños aprendan el catecismo o a rezar que no aprendan a tolerar y ver que lo diferente no es malo, que una pareja de dos mujeres es algo tan normal como la de un hombre y una mujer, claro, esto no interesa, preocupa más que los niños no sepan el credo.

Por la misma razón que no se educa a un niño de una forma diferente a la que se educaría a una niña, tampoco se debería de separarles en el ámbito educativo atendiendo a una clasificación de sexos.

Pues mientras a los niños españoles de padres conservadores y no conservadores se les obliga a rezar credos, en otras partes del mundo los niños aprenden cosas más razonables educados en la libertad de elegir, que es lo más importante, que elijan que les gusta y qué no les gusta.

Volvemos, como siempre, atrás en el tiempo cuando gobierna este PP, buscamos como referente el Valle de los Caídos, el blanco del sujetador, el cine de barrio, la peseta rubia, el rosario, la mantilla y el toro.

Mirar atrás no es bueno, jamás, debe de ser sólo un retrovisor que prevenga de errores futuros, mirar atrás supone nostalgia, y la nostalgia nunca es buena, jamás, sobre todo en un país como España, que acumula cadáveres en el armario o metidos bajo la alfombra, los cuales no se tocaron durante la Transición.

Había una canción del grupo musical Los Bravos que se titulaba “Los chicos con las chicas”, título a su vez de una película española de 1967, dirigida por Javier Aguirre, protagonizada por el mismo grupo.

En efecto, los chicos con las chicas deben de estar, las chicas con los chicos han de vivir, y estando todos juntos pueden cantar, y sonreír, y muchas más cosas, ¡y hasta procrear! Que para eso estamos en el 2012 y ya hace doce que no nos quedamos calvos como vaticinaban.

Si en el 67 ya éramos progres, algunos, no entiendo a qué estamos jugando en el 2012, ¿a destruir lo construido?