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domingo, 9 de diciembre de 2012

Los chicos con las chicas


El Gobierno de turno está más preocupado en apolillar España que en tomar medidas verdaderas para salir de la crisis económica.

¿Segregación en las escuelas? ¿En pleno siglo XXI? No sé si reír o llorar, es una medida patética, ¡no hombre no!, eso era antes, en el siglo XIX, ¿qué va a ser lo próximo? ¿Obligar a llevar corsé y vestidos largos a las mujeres y sombrero y bastón a los hombres?


Esta es una medida más que confirma la ranciedad del momento, cuando gobierna un gobierno conservador el país se vuelve rancio, se ennegrece, se apolilla, la caspa comienza a caer de los árboles, los buenos días nos los da Dios y la religión sustituye a esa asignatura cívica que aprobó el Gobierno de Zapatero.

Es más importante que los niños aprendan el catecismo o a rezar que no aprendan a tolerar y ver que lo diferente no es malo, que una pareja de dos mujeres es algo tan normal como la de un hombre y una mujer, claro, esto no interesa, preocupa más que los niños no sepan el credo.

Por la misma razón que no se educa a un niño de una forma diferente a la que se educaría a una niña, tampoco se debería de separarles en el ámbito educativo atendiendo a una clasificación de sexos.

Pues mientras a los niños españoles de padres conservadores y no conservadores se les obliga a rezar credos, en otras partes del mundo los niños aprenden cosas más razonables educados en la libertad de elegir, que es lo más importante, que elijan que les gusta y qué no les gusta.

Volvemos, como siempre, atrás en el tiempo cuando gobierna este PP, buscamos como referente el Valle de los Caídos, el blanco del sujetador, el cine de barrio, la peseta rubia, el rosario, la mantilla y el toro.

Mirar atrás no es bueno, jamás, debe de ser sólo un retrovisor que prevenga de errores futuros, mirar atrás supone nostalgia, y la nostalgia nunca es buena, jamás, sobre todo en un país como España, que acumula cadáveres en el armario o metidos bajo la alfombra, los cuales no se tocaron durante la Transición.

Había una canción del grupo musical Los Bravos que se titulaba “Los chicos con las chicas”, título a su vez de una película española de 1967, dirigida por Javier Aguirre, protagonizada por el mismo grupo.

En efecto, los chicos con las chicas deben de estar, las chicas con los chicos han de vivir, y estando todos juntos pueden cantar, y sonreír, y muchas más cosas, ¡y hasta procrear! Que para eso estamos en el 2012 y ya hace doce que no nos quedamos calvos como vaticinaban.

Si en el 67 ya éramos progres, algunos, no entiendo a qué estamos jugando en el 2012, ¿a destruir lo construido?

miércoles, 4 de enero de 2012

Mirando hacia atrás con ira

Me asusta mirar perfiles de gente que conocí en mi infancia, de los de mi generación, porque ya son padres y madres la mayoría y de sus padres, porque ya son abuelos o se han muerto; porque a todos nos j*** envejecer. Mirar hacia atrás, con ira o con nostalgia, es un ejercicio duro, porque ves que de pronto han pasado 15 ó 20 años, tantos como no ves a esas personas. Porque cada uno elige lo que quiere o lo que puede hacer en esta vida, y elegir no es fácil, a veces nos podemos equivocar. Porque a todos nos faltará siempre algo, habrá una carencia, porque todo no se puede tener, unos habrán conseguido una vida rica espiritualmente, otros la familia formada, otros llegar alto en lo profesional. Ver el presente de esas personas de las que sólo te has quedado con una última imagen del pasado, da miedo, apabulla, porque la vida nos cambia en todos los aspectos, física y psicológicamente. Por eso no acepto una invitación de alguien con quien no me hablo desde hace muchos años, sean 5, 10 ó 15, porque así de primeras, ¿de qué podríamos hablar? No tendría sentido. Uno elige a los amigos en esta vida, se los va encontrando a lo largo de los años y los va guardando en su persona, porque nos unen intereses comunes y vivencias compartidas. El pasado, pasado es, y agua que no has de beber, déjala correr.