Mostrando entradas con la etiqueta joyas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta joyas. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de enero de 2014

Víctimas y verdugos





Una persona ilusa creería que en los barrios altos no se cometen robos pero el aumento del desempleo juvenil 

londinense ha provocado que nadie escape a esta nueva tendencia, la de que te entren en casa mientras estás en la oficina. Piensa la jovencita del bajo que los cacos, al igual que sucede en las películas, acuden por la noche, la respuesta es no, el ladrón de guante blanco, pero que en realidad es de origen africano, se cuela en todos aquellos portales con cerraduras anticuadas o defectuosas de casas victorianas en horarios de sobremesa de 2 a 4, suben las escaleras enmoquetadas y empiezan el trabajo por los pisos superiores, con la idea de desvalijarlos a la par. Lo peor viene después, cuando acceden al interior del piso y descubren que no hay ni joyas ni dinero en metálico, entonces salen corriendo dejando sus huellas en los marcos de la puerta. Los ladrones se exponen al riesgo no obteniendo botín alguno y la víctima lo es por partida doble, por un lado es víctima porque un servidor la ha visto desde el edificio de al lado, y el shock que recibió era alarmante, pero por otro lado está la acusación a la que esta víctima se ve sometida, como es extranjera, es decir, no británica, sus vecinos de otros pisos, todos ingleses, ya le han hecho un juicio a priori, susurros, cuchicheos, compartir informaciones, especular, 'malditos extranjeros', 'a drede', 'qué raro', 'nunca antes había pasado esto', no se tiene consideración alguna por los sentimientos de la víctima, una trabajadora como otra cualquiera, bella persona y noble, pero con un acento húngaro, ni tampoco se tiene consideración por su sufrimiento. Se le hace una campaña de desprestigio con varios dedos apuntándole antes incluso de que se inicie investigación alguna por parte de la policía. Los vecinos que por delante le dicen 'sorry' por detrás la denostan porque es la única que tiene la puerta de casa, destrozada. Esas cosas no les suceden nunca a los británicos, es lo que tiene la doble moral, que sus propios vecinos se convierten en sus verdugos de escalera. A Eva no le han robado nada, tan sólo unas monedas del suelto y un colgante sin valor económico pero sí simbólico. Los agentes le han dicho que las huellas encontradas en su puerta se corresponden con las de un chico de color robusto de nombre Ciro Magnus Marley, ella asegura que no conoce a ningún hombre de color. Los de color mandan mucho en el mundo, sobre todo cuando inician las acciones intimidatorias (agredir, insultar, acosar, y robar). El peligro está ahí fuera. Los ricos no viven en los barrios pobres por miedo a ser robados y los pobres viven en los barrios ricos para ser robados por delincuentes miopes.